7 de octubre 2025 - 13:26

El Banco Mundial mantiene la proyección de crecimiento para Uruguay, una de las más bajas de la región

El Informe Económico de América Latina y el Caribe ubicó al país en torno a la media de expansión del PIB, y por detrás de las grandes economías sudamericanas.

El Banco Mundial mantiene la proyección de crecimiento para Uruguay, una de las más bajas de la región.

El Banco Mundial mantiene la proyección de crecimiento para Uruguay, una de las más bajas de la región.

El Banco Mundial (BM) mantiene sus perspectivas de crecimiento para Uruguay tanto para este año como para los próximos dos, en línea con el magro avance a nivel regional y en medio de un escenario que sigue presentando desafíos para las economías latinoamericanas.

Mientras Uruguay apunta a superar la meseta de crecimiento con un proyecto de ley de Presupuesto "audaz" y "optimista" en cuanto a sus perspectivas para el final del quinquenio —en palabras del mismo ministro de Economía y Finanzas (MEF), Gabriel Oddone—, el horizonte estimado por el Banco Mundial para el país no tuvo cambios, al igual que en junio pasado.

Así, el organismo internacional prevé un crecimiento del 2,2% del Producto Interno Bruto (PIB) para este año, y un 2,3% tanto para 2026 como 2027; en un panorama general similar para América Latina y el Caribe, de un 2,3% para 2025 y de 2,5% para el año que viene.

De esta forma, y según los datos del BM presentados en su último Informe Económico de América Latina y el Caribe, llamado "Emprendimiento transformador para el empleo y el crecimiento" —cuya fecha de corte para la información fue el 25 de setiembre—, Uruguay es el país de la región sudamericana con menor proyección para este año, con excepción de Bolivia (-0,5%). Por encima están Argentina (4,6%), Paraguay (4,2%), Perú (3%), Chile (2,6%), Brasil y Colombia (2,4%) y Ecuador (2,3%).

Si se tiene en cuenta la previsión para 2026 y 2027, la posición del país mejora un poco, quedando por detrás de Argentina (4% para ambos años), Paraguay (3,7%, también en ambos casos), Colombia (2,7% y 2,9%), y Ecuador y Perú (2,5% para los dos años próximos); pero por encima de Brasil y Chile, que crecerían un 2,2% en 2026 y un 2,3% en 2027. Bolivia, en cambio, seguiría el camino negativo, con -1,1% y -1,5%, respectivamente.

Desafíos estructurales y un entorno global limitado

El panorama general para la región no es el más optimista, según el Banco Mundial: "La trayectoria de crecimiento de la región sigue estando determinada por persistentes desafíos estructurales y un entorno global más limitado, por lo que ALC vuelve a encontrarse entre las regiones de menor crecimiento del mundo", indicó.

Esto, incluso pese a la leve mejora en las proyecciones para el continente que, igualmente y pese a los "esfuerzos por reactivar el crecimiento y crear más y mejores empleos", oculta una reducción en las perspectivas de muchos de los países contemplados, aunque no es lo que ocurrió en el caso uruguayo que, aunque magros, mantiene sus niveles de mejora esperada.

"Esto refleja, en parte, un entorno externo que ofrece un apoyo limitado, caracterizado por un enfriamiento de la economía mundial, la caída de los precios de las materias primas y una mayor incertidumbre", consideró el organismo multilateral que, si bien destacó un manejo "competente" de la inflación por parte de las autoridades monetarias en la región, advirtió que "la 'última milla' está demostrando ser más larga y difícil de los esperado".

"La desaceleración en la caída de las tasas de interés en las economías avanzadas ha condicionado la reducción de las tasas de interés en la región, postergando el alivio financiero necesario para los hogares, los bancos y las cuentas fiscales de los gobiernos. La inversión, tanto pública como privada, sigue deprimida, y el impulso para el 'nearshoring' —la práctica de trasladar operaciones extraterritoriales a países cercanos o amigables— se ha estancado por el aumento de la incertidumbre mundial y la falta de preparación de un entorno propicio para atraerlo y recibirlo. La persistente falta de espacio fiscal pone en evidencia la importancia de mejorar la eficiencia del gasto público y de replantearse las formas en que los gobiernos recaudan ingresos para financiar inversiones de desarrollo", enumeró, dando cuenta de la compleja coyuntura que enfrentan las economías regionales.

"Estos desafíos subrayan la necesidad de retomar una agenda de reformas para el crecimiento en materia de infraestructura, educación, regulación, competencia y política tributaria", concluyó el Banco Mundial, para quien será necesario "reformas profundas" en el sistema educativo en todos sus niveles, fortalecer la calidad de la investigación y sus vínculos con el sector privados, y profundizar los mercados de capitales y facilitar la gestión del riesgo inherente a los procesos de innovación y emprendimiento.

"Esta agenda, junto con una mayor inversión y una modernización institucional, son fundamentales para que la región aproveche al máximo sus abundantes recursos naturales, lo que incluye fuentes de energía renovable más eficientes", afirmó el informe.

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