El anhelo del 5G en Uruguay está cada vez más cerca de materializarse. El gobierno hizo una gran apuesta a fines de diciembre y, después de renovar de forma automática los espectros de 3G y 4G, habilitó a la Unidad Reguladora de los Servicios de Comunicación (Ursec) a realizar la licitación para la concesión de esta nueva tecnología, algo que se espera concretar en marzo.
¿Qué efectos tendrá en las empresas la llegada del 5G a Uruguay?
El gobierno desea una licitación competitiva para el mes de marzo. ¿Cómo se posicionan los distintos sectores de la economía ante su desembarco?
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El gobierno apuesta al 5G y habilita la licitación del espectro
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El gobierno espera realizar la licitación de la red 5G en marzo.
La nueva red cuenta con una proyección de mercado por un valor de 65.000 millones de dólares a escala mundial para 2026. Su desembarco en Uruguay implica no solo una competitividad más pujante entre las compañías de telecomunicaciones -dentro de las cuales la estatal Antel tiene reservado uno de los tres bloques licitados a nivel local-, sino también una gran oportunidad para el resto de las empresas del país, especialmente las de servicios y fintech.
Optimización, automatización y velocidad, ventajas del 5G
El 5G dispara un amplio abanico de posibilidades. Desde la creación de ciudades inteligentes hasta el desarrollo de la denominada Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), que permitirá a los usuarios formar parte de un ecosistema complejo de dispositivos interconectados.
Para las empresas uruguayas, el desembarco de la nueva tecnología podría significar un salto de calidad, sobre todo en el sector TI. “Esto presenta una apertura a nuevas oportunidades de negocios para las empresas que desarrollan soluciones vinculadas a la industria informática”, afirmó Claudio Siebel, director de T2Company, una empresa abocada a la investigación de nuevas tecnologías en el área de las telecomunicaciones, a Ámbito.com.
Lo cierto es que el 5G, al contar con un ancho de banda mayor que sus predecesoras, permitirá multiplicar exponencialmente el número de dispositivos conectados y, paradójicamente, reducir el consumo de energía.
Además, posibilitará la transmisión de datos en volúmenes mucho mayores, automatizados mediante robots inteligentes, a través de la nube y con una reducción enorme de la latencia (es decir, en tiempo real). Se trata de una revolución en términos de optimización, agilización y mayor eficiencia en los procesos productivos de las empresas.
“Para el usuario final, nos afecta positivamente, siempre y cuando sea un buen diseño de la red 5G”, señaló a este medio Franco Miceli, director de Abya Corp, una firma internacional de Cloud Gaming, una incipiente industria donde los videojuegos se ejecutan a partir de un sistema remoto. “Nuestro usuario precisa baja latencia”, explicó el ingeniero informático.
Oportunidades también en el sector manufacturero y el agro
Aunque el rubro fintech es uno de los que más pujan por la concreción de este nuevo escenario, otros más tradicionales también podrían aprovecharlo para sortear sus propias dificultades.
En el sector manufacturero, por ejemplo, se suele pensar el proceso productivo de forma lineal: se piden los insumos, hay maquinas preconfiguradas que los tratan, existe un flujo constante y el resultado es un proceso al que le cuesta responder rápido a los cambios en la demanda y a contratiempos, como cuando deja de funcionar algún aparato.
En cambio, el 5G podría permitir que estos procesos se vuelvan más dinámicos, flexibles, autorregulables, con mayor capacidad de reacción y, por lo tanto, mayor productividad.
En el campo también hay terreno por recorrer. Por ejemplo, Siebel, además de ser director de T2Company, lidera Interfase, una firma que creó recientemente una nueva área dedicada al agro donde desarrollan proyectos que tienen que ver con el seguimiento de ganado en pie. “A través de una serie de sensores, detectamos el comportamiento de las vacas”, explicó.
“Podemos ver el comportamiento del ganado, saber cuántas veces baja la cabeza la vaca, dónde se desplaza y, en función de eso, saber dónde están las mejores pasturas. Así, podemos ayudar al productor agropecuario a ser más eficiente”, siguió el empresario, que marcó ese caso como un ejemplo donde la red de quinta generación puede “agregar valor”, ya que les permitiría obtener la información en tiempo real y en grandes volúmenes.
El problema de la relación costo-beneficio entre inversión y resultados
Gastón Farías Bouvier, fundador de We Haus, una consultora de soluciones IoT para empresas, advirtió a Ámbito.com un punto por fuera de lo tecnológico: “Cuesta caro”. En esas dos palabras se encierra toda una discusión respecto a si, por la inversión que requiere, el 5G vale la pena o no.
Se estima que el costo para el desarrollo de infraestructura de quinta generación en los próximos 10 años alcanzará los 4 billones de dólares en todo el globo, según Forbes. Para Farías Bouviver, “los beneficios no son tan superiores a los costos”.
Frente a las promesas que trae consigo el 5G, el especialista expresó que “hay temas de retrocompatibilidad que hacen que no sea tan verdad esto” y que “muchos de esos recursos ya están disponibles en 4G”. En ese sentido, precisó: “Dicen que podrías usar NB-IoT o Cat-M1, ciertos protocolos o dispositivos hardware que te permiten acceder a mejores costos, pero esos ya están disponibles en 4G. Entonces, es solo tecnología anterior con una red de infraestructura más cara”.
Miceli, de Abya, señaló otra salvedad: “Si se hace una mala planificación y un mal despliegue, terminamos con la misma situación que tenemos hoy en 4G, donde en ciertos lugares hay una saturación”. El ingeniero explicó que “cuanta más gente esté colgada de la misma celda, menos capacidad hay, y todas las bondades del 5G no están en realidad, porque hay demasiada gente”.
En esa línea, Miceli insistió en que para que funcione la nueva red en Uruguay, la planificación debe contemplar que las antenas no se ubiquen en lugares tan cercanos; porque, caso contrario, generarían interferencia entre ellas. Eso, en tal caso, ya excederá a las empresas y será el desafío de las tres firmas que obtengan la licencia a partir de este año.
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