15 de noviembre 2018 - 20:12
Sudáfrica: fabricaron un bioladrillo ecológico hecho con orina
El invento podría sustituir los tradicionales ladrillos de arcilla cocida o cemento. Se realiza mezclando orina, arena y bacterias, mediante un proceso natural, la precipitación microbiana de carbonato.
Un día, en lugar de desperdiciarse yéndose por las tuberías, la orina podrá servir para construirse una casa, que será mucho más ecológica y, está garantizado, no olerá mal.
"Siempre tuve curiosidad en por qué no utilizábamos la orina así", explica a la AFP Dyllon Randall, el profesor que supervisó a uno de los dos estudiantes.
"La respuesta sencillamente es 'sí, es posible'", añade. "De hecho, fabricamos el primer bioladrillo a partir de verdadera orina".
"Este proceso es sorprendente porque, a grandes rasgos, hicimos que crecieran ladrillos a temperatura ambiente", cuenta divertido.
Los investigadores pudieron producir este "bioladrillo" en laboratorio al cabo de un año. Mezclando orina, arena y bacterias, recurrieron a un proceso natural -la precipitación microbiana de carbonato- para fabricar sus ladrillos.
La investigación aún da sus primeros pasos. Para lograr fabricar un ladrillo, actualmente se necesitan 30 litros de orina. La materia prima se recupera gracias a un urinario especial reservado a los estudiantes masculinos de la universidad.
Los tres primeros ladrillos realizados con este método hasta ahora están expuestos. Se trata de unos bloques grises con una apariencia y peso similares a los ladrillos normales. El material parece de caliza.
Suzanne Lambert, estudiante de ingeniería civil e integrante del equipo de investigación, admira cómo se copiaron los "procesos naturales".
"Este procedimiento imita la manera en la que se forma el coral y los procesos naturales de producción de cemento", observa.
Los ladrillos ordinarios se fabrican en hornos en los que se cuecen a 1.400ºC, un procedimiento que provoca importantes emisiones de dióxido de carbono.
Los "bioladrillos", en cambio, "se cultivan" en arena en la que se siembran bacterias para producir una enzima llamada ureasa.
Esta reacciona en contacto con la urea presente en la orina para producir un compuesto similar al cemento, que se asocia con la arena. El producto así obtenido puede ser insertado en moldes y secarse a temperatura ambiente, sin necesidad de horno ni emisiones de gases de efecto invernadero.
"Utilizamos orina, habitualmente considerada un desecho, en un proceso totalmente duradero", destaca Randall.
Y a quienes les preocupe que sus paredes puedan oler mal: el olor a amoniaco que genera la orina humana se disipa en unos días de secado de los ladrillos.
La resistencia del material puede ajustarse a las necesidades específicas de una construcción, destaca Vukheta Mukhari, otro estudiante que participó en la investigación. Los "bioladrillos" producidos hasta el momento son "tan sólidos como los ladrillos que existen actualmente en el mercado".
En Estados Unidos ya se han fabricado "bioladrillos", pero a partir de una orina sintética. Los producidos en Sudáfrica son los primeros que utilizan orina humana.
El precio de este innovador material será determinante para saber si podrá representar una competencia para los ladrillos clásicos.
Pero de momento es demasiado temprano para hacerse una idea. "Estamos muy lejos de una verdadera comercialización", advierte Randall, considerando que el proceso de fabricación puede mejorar.
"Actualmente se necesitan entre 20 y 30 litros para crear un ladrillo de tamaño estándar. Esto parece mucho, efectivamente, pero la orina está constituida de un 90% de agua", recuerda.
"Investigamos cómo reducir el volumen de orina necesario para hacer un ladrillo, y estoy seguro que dentro de unos años tendremos unos resultados mucho mejores".
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