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Barcelona lo hizo como siempre, con un esquema bien ofensivo y en el inicio del primer tiempo parecía que todo sería sencillo, que Thierry Henry había recobrado la memoria y que volvía a ser la estrella que alguna vez fue en el seleccionado francés, que Xavi sería el dueño de todo y que Barcelona se quedaría con un fácil triunfo.
Sin embargo, en esa etapa inicial el juego de Barcelona se diluyó con el correr de los minutos, Henry abrió la cancha, fue alternativa por la izquierda pero no terminó una jugada bien, Xavi alternó buenas y malas y Barcelona, pese a tener el dominio del balón chocó una y otra vez con un firme fondo de Estudiantes.
De a poco el equipo de Alejandro Sabella se fue acomodando en la cancha. Juan Sebastián Verón se puso el overol y corrió más de lo que jugó, pero Juan Manuel Díaz, insospechado conductor por izquierda de Estudiantes, se convirtió en una buena alternativa y el partido pasó a ser bien parejo.
Dentro de ese contexto, con Enzo Pérez parado de punta con un movedizo Mauro Boselli, Estudiantes complicó cuando pudo al Barcelona. A los tres minutos casi lo tiene Boselli, pero no pudo y enseguida contestó Barcelona con una gran jugada que inició Xavi, jugando una pared con Ibrahimovic, quien devolvió la gentileza con un taco y el cerebro del equipo catalán se nubló cuando pisó el área, teniendo servido el gol.
A partir de ahí el partido entró en una zona de impresiones, con los catalanes manejando la pelota pero sin profundidad y con Estudiantes amenazando con generar peligro en cualquier contraataque.
El tiempo pasaba y Estudiantes se afirmaba y los de Guardiola comenzaron a equivocarse más de lo habitual, sobre todo Xavi, perdido por momentos sin su socio ideal, Andrés Iniesta.
A pesar de tener en cancha a Xavi, Messi, Ibrahimovic y Henry, el Barcelona sintió horrores la ausencia de Iniesta. Aunque Verón, Rodrigo Braña, quien cortó todo en el medio, Leandro Benítez y Díaz tenían todo controlado, Barcelona pudo ponerse en ventaja si a los 32 minutos el árbitro sancionaba como correspondía un penal grande como la cancha del arquero Damián Albil a Xavi.
De todos modos, a esa altura Estudiantes había vuelto a avisar con una volea cruzada de Verón y enseguida Díaz envió un centro de la izquierda, Boselli se anticipó a Eric Abidal y de cabeza puso al conjunto argentino arriba en el marcador.
Con ese resultado se fueron al descanso, justificado por la inteligencia con la que se movió Estudiantes dentro de la cancha, sin meterse demasiado atrás y jugando por momentos de igual a igual al mejor equipo del mundo.
En el segundo tiempo la historia fue diferente, porque desde el minuto cero Barcelona arrinconó a Estudiantes contra su propia área y no lo dejó salir más.
Verón se cansó, entonces la pelota ya duraba menos cuando la recuperaban los argentinos y los de naranja fluorescente generaron innumerables situaciones de gol como para empatar.
Ibrahimovic fue una máquina de perder goles. Messi se vistió de Iniesta, le dejó la derecha o la izquierda a Pedro, quien entró derecho, y así Barcelona encerró a Estudiantes contra su área.
De tanto ir, tanto buscar, de perder tantas situaciones, Barcelona llegó al empate, gracias a una aparición por sorpresa de Pedro, quien de cabeza entrando por el segundo palo superó a Albil para mandar el partido al alargue.
Ya sin piernas, sólo con el amor propio de todos, Estudiantes salió a aguantar, a tratar de llegar a los penales.
Dani Alves por derecha, Pedro por izquierda, Messi y Xavi por el medio e Ibrahimovic pivoteando se transformaron en el alargue en una pesadilla para los platense. Como en el segundo tiempo, todo era del Barcelona, pero ahora generando chances más claras, aunque fallando en el último toque y sólo eso le daba vida a Estudiantes.
La pelota iba de derecha a izquierda, pasaba por Xavi, volvía de una punta a la otra, y sólo un milagro podía llevar el partido a los penales. Pese a la cercanía de la Gran Mezquita de Abu Dhabi, el milagro no llegó, y Messi se volvió a vestir de héroe en una final internacional y de palomita, con su pecho, estableció el 2 a 1.
Ya no había tiempo para más. Messi le dio un título a Barcelona, que este año ganó la Liga, la Copa del Rey, la Copa de Campeones de Europa, la Supercopa española y europea y ahora el Mundial de Clubes de Abu Dhabi. Salud campeón.
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