"¿Por qué no te callas?". Las palabras que el monarca español lanzó al entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en la cumbre iberoamericana de Santiago de Chile de 2007 se recuerdan aún en los dos lados del Atlántico. "Nunca nos callaremos y mucho menos a la voz de un monarca", respondió Chávez después del incidente. "Señor Juan Carlos, si yo me callara gritarían las piedras de los pueblos de América Latina, que están dispuestos a ser libres de todo colonialismo después de 500 años".
Pero lo cierto es que la relación del monarca español con los presidentes de los países latinoamericanos ha sido mayoritariamente cordial. Con el propio Chávez, la crisis terminó durante una visita posterior del venezolano a España. El rey le regaló una remera con la famosa frase impresa que luego Chávez mostró en su programa "Aló, presidente". El rey es un "buen amigo", aseguró el bolivariano.
Juan Carlos fue el primer rey español en visitar el subcontinente latinoamericano. América es de hecho el continente al que más veces viajó el aún monarca, si bien es cierto que la lista de países la encabeza EE.UU. Detrás se sitúan la Argentina y México.
Su primer viaje por estas tierras fue en octubre de 1976 en República Dominicana, Colombia y Venezuela. Y desde entonces estuvo oficialmente en todos y en cada uno de los países de la región, con una sola excepción: Cuba. Allí acudió en 1999 a la cumbre iberoamericana, pero la visita se bautizó oficialmente como "privada con proyección pública". La voluntad de Juan Carlos de mejorar las relaciones con la región se plasmó en esas cumbres iberoamericanas, nacidas bajo su auspicio y el del entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari.
Desde la primera, en 1991 en la ciudad mexicana de Guadalajara, el monarca español fue el único jefe de Estado de la comunidad iberoamericana que había estado en todas y cada una de ellas, menos la desarrollada el año pasado en Panamá. Seguramente, ninguno de los jefes de Estado allí presentes imaginaba que a finales de este año, en la cita que tendrá lugar en México, será el rey Felipe VI el que represente a España. No será, sin embargo, un desconocido entre los jefes de Estado: desde 1996 asumió la representación de España en las tomas de posesión de los mandatarios de la región.
Agencia DPA |
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