11 de noviembre 2011 - 00:00

De un comienzo por azar a un final ineluctable

El elusivo «Nem», quien llegó a fraguar su propia muerte para evitar su arresto, finalmente fue exhibido ayer por la Policía de Río de Janeiro. Lo acusarán de homicidio, narcotráfico y lavado de dinero.
El elusivo «Nem», quien llegó a fraguar su propia muerte para evitar su arresto, finalmente fue exhibido ayer por la Policía de Río de Janeiro. Lo acusarán de homicidio, narcotráfico y lavado de dinero.
Río de Janeiro - «Nem», de 35 años, vivía como un rey en la mayor favela de Río, comandaba a 200 personas en una poderosa red de narcotráfico y llegó a fingir su muerte para escapar de la Policía.

Antonio Francisco Bonfim Lopes, alias «Nem», dirigió durante diez años el tráfico en la Rocinha, la favela más populosa de Brasil y una de las más grandes de América Latina, con más de 120.000 habitantes.

Desde su casa con salón de fiestas, gimnasio y terraza con vista al mar, Nem ganaba unos tres millones de reales por mes (1,7 millón de dólares) por la venta de marihuana, cocaína y crack -que refinaba en laboratorios clandestinos en la favela- y éxtasis, la única droga que consumía, según indicaron policías no identificados a la prensa local.

Exempleado modelo de una empresa de telecomunicaciones, entró en el crimen organizado por casualidad, después de haber pedido dinero prestado a un exjefe del narcotráfico de Rocinha para pagar los gastos hospitalarios de uno de sus hijos, dijo William de Oliveira, presidente del Movimiento Popular de Favelas y habitante de la Rocinha toda su vida.

Para reembolsar sus deudas, comenzó a traficar con droga y luego se convirtió en jefe de la facción Amigos de los Amigos, que controla la Rocinha, precisó de Oliveira.

«Era trabajador. No era una mala persona. Espero que pueda pagar por sus crímenes y regresar como ciudadano a la favela para estar con su familia», indicó este exvecino del criminal.

«Nem», con nueve pedidos de arresto por narcotráfico, homicidio y lavado de dinero, nunca había ido preso.

«Nem tiene la palabra final en todo lo que sucede dentro de las comunidades, ofreciendo una imagen de benefactor y escondiendo los rastros de sangre y terror», señalaba la Policía en su orden de búsqueda.

En enero de 2010, intentó fingir su propia muerte para escapar de la Justicia, encargando su entierro y pagando a un médico para que hiciera una declaración falsa de deceso.

Rehenes

En agosto del mismo año, huyó de un baile en la favela perseguido por la Policía e invadió con sus cómplices el Hotel Intercontinental de Sao Conrado, donde tomó 35 rehenes hasta que pudo escapar.

«Nem» es sospechoso también del asesinato de dos mujeres de 20 y 25 años que entraron a la Rocinha en mayo de 2010 y desaparecieron. Según el delegado de la división de homicidios de Río, Felipe Ettore, ambas fueron condenadas a muerte por el «tribunal del tráfico» dirigido por «Nem», por el desvío de una carga de hachís con un valor estimado en 30.000 reales (17.000 dólares).

El domingo pasado, frente a la inminente ocupación policial de la favela, ofreció una gran fiesta de despedida, donde lloró por su futuro y mezcló whisky y éxtasis, lo cual le provocó una convulsión y debió ser atendido en la policlínica de Rocinha. Temeroso de ser arrestado allí, escapó con el frasco de suero aún colgando del brazo, según la Policía.

«Nem», un hombre alto y delgado, de rizos morenos y gran boca, «tiene siete hijos, dos de ellos adoptados, de tres mujeres diferentes, y dijo que cuando salga de la cárcel volverá a tener una vida normal», señaló ayer el comisario Victor Poubel.

Agencia AFP

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