12 de septiembre 2007 - 00:00

"Alex Raider - Stormbreaker"

La serie «Alex Raider» intenta combinar la fórmula de HarryPotter con la de James Bond, pero el resultado es másbien decepcionante.
La serie «Alex Raider» intenta combinar la fórmula de Harry Potter con la de James Bond, pero el resultado es más bien decepcionante.
«Alex Raider - Stormbreaker» (« Stormbreaker», Alemania-G.B.-EE.UU., 2005, dobl. al esp.) Dir.: G. Sax. Int.: A. Pettyfer, S. Fry, D. Lewis, E. McGregor, B. Nighy, A. Silverstone.

"No es un niño... ¡es un arma mortal!"

Las novelas del espía adolescente Alex Raider son un fenómeno de marketing literario juvenil que intenta llevar a Harry Potter al mundo de Ian Fleming. Escritos por Anthony Horowitz, estos libros han vendido unos ocho millones de ejemplares, y el mismo autor se ocupó de escribir el guión de la primera película de lo que aparenta ser una saga sobre el personaje.

Horowitz tambien sugirió la elección del protagonista, el quinceañero Alex Pettyfer, para el papel estelar del sobrino de un agente del MI6 seleccionado para una operación especial del servicio de inteligencia inglés. Y aquí comienzan los problemas de una película que daba para más, ya que el carisma de este agente secreto sin licencia para matar (de hecho, como menor de edad debería seguir en el colegio) es mas bien escaso.

El tono dramático con el que empieza la historia -el chico ya era huérfano, y encima el tío que nunca está en casa muere en los primeros minutos- no ayuda a que pueda tener alguna picardía a lo largo de prácticamente toda la película.

Por ejemplo, la trama abunda en mujeres atractivas dignas de un film de Bond (Alicia Silverstone es una especie de baby sitter para un chico un poco crecido) y el agente tiene un gadget que sería el sueño de cualquier teenager libidinoso: una lapicera-dardo cargada con pentotal que le permite controlar la voluntad de cualquier persona durante seis horas... pero el superhéeroe la utiliza para controlar a un horrible villano: el Sr. Mueca.

La película se toma demasiado en serio en todo lo que se relacione al personaje central, pero por suerte el humor y la ironía de los personajes adultos salva ese aspecto de este producto. En especial, el villano Mickey Rourke compone un psicópata digno del género, que se queja constantemente de que le hayan mandado un chico para aniquilar sus planes archicriminales.

Ewan Mc Gregor, como el tio de Alex, no tiene tiempo de hacer casi nada ya que aparece en una sola escena de la película (aunque da la sensacion de que podría interpretar su propia serie de espías) y todo el equipo de agentes del MI6 recorre la típica ironía británica con buenos momentos de comedia. El director también incluye algunos guiños divertidos sobre el cine de espías y clásicos fantásticos británicos como Dr. Who, mientras trata de darle ritmo y acción a una película con buenos efectos visuales en sus aspectos más cercanos a la ciencia-ficción, pero sin mucha gloria en lo que tenga que ver con las esenciales escenas de persecuciones, caídas desde aviones, filmadas por una segunda unidad ni muy rigurosa ni tampoco imaginativa.

D.C.

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