Algunos factores estacionales como el cobro de aguinaldo y las vacaciones de invierno, sumado al final de la liquidación de la cosecha gruesa y las disputas políticas en torno a las elecciones de octubre, anticipan una mayor presión sobre el dólar oficial ante un incremento de la demanda por cobertura. Hasta ahora el Gobierno usó una estrategia para contener las expectativas: invertir en el mercado de futuros (se registraron ventas por u$s1.537 millones en mayo). La pregunta es: ¿seguirá usando la misma estrategia el equipo de Luis Caputo de cara al segundo semestre?
Dólar: crece la demanda de cobertura y estiman que el BCRA mantendrá la intervención en futuros
El Gobierno ancló las expectativas de devaluación a través de la fuerte intervención en el mercado del dólar futuro. Sin embargo, la demanda por cobertura le está agregando una presión extra.
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Diversos factores anticipan una mayor presión sobre el dólar.
Cabe resaltar que esta semana el Banco Central (BCRA) confirmó que cerró mayo con una posición vendida en futuros de u$s1.946 millones. El dato se compara con la posición vendida de u$s409 millones de fin de abril y significa que el mes pasado el Central vendió u$s1.537 millones a término, destaca este jueves la consultora 1816. "La de mayo se trata de la posición vendida más grande de la era Milei, aunque sigue lejísimos de los montos vendidos por la autoridad monetaria en otros momentos del pasado reciente", explicaron en su último informe.
Pero a la intervención de mayo para contener las expectativas se suma una presión extra de cara a los eventos que sucederán este semestre. "Hoy en día se observa un crecimiento de demanda por cobertura previo a las elecciones. El caso más resonante es la escalada de dólar futuro de cara a diciembre, que hoy se cotiza a $1.355 cuando hace solo un mes estaba $1.235. Los contratos marcan una tasa de corto de 36% en ese mercado, por lo que hay una percepción de que esta estabilidad no va a ser permanente en 2025, y muestra una cobertura clara sobre una eventual suba del dólar cerca de techo de banda", le dijo a Ámbito el economista Federico Gluistein.
A las presiones políticas deben sumarse otros factores estacionales como la suba de demanda por turismo y por ahorro derivado del aguinaldo y otros como el incremento de los créditos en dólares, y las colocaciones de ONs y bonos en dólares. "A su vez, en julio tenemos la reposición de retenciones, por lo que habrá menor liquidación del sector agroexportador, menos oferta de divisas y mayor presión sobre el tipo de cambio", añadió Gluistein, quien cree que si estos pronósticos se cumplen, el Gobierno podría seguir usando el mercado futuro como interventor, para anclar expectativas.
Al respecto dijo que esta estrategia también "dependerá de cómo resulte la confianza del mercado". "Tras la licitación reciente, habrá muchos pesos dando vuelta y podrían inclinarse por dólares. También el eventual 'waiver' generaría más presión sobre divisas por lo que una tasa en alza sería una respuesta para evitar traslado", opinó. Cabe resaltar que esta semana llegó a Buenos Aires, el jefe de la misión del FMI, el nepalí Bikas Joshi, quién tiene por analizar la marcha del programa acordado en abril de este año y que de ello dependerán los futuros desembolsos.
Por su parte, Walter Morales, presidente & estratega de Wise Capital, también cree que habrá mayor demanda de cobertura: "Como sucede con la proximidad de cada elección, ya sea presidencial o legislativa, el mercado va a demandar cobertura. Por otro lado, hay que destacar que el lunes concluirían gran parte de las liquidaciones de la cosecha gruesa, con el impacto que esto podría tener sobre las reservas. Y, sumado a esto, el mercado tomó nota que el BCRA tuvo que vender dólar futuro en cantidades importantes para contener el valor de la divisa norteamericana".
El Gobierno interviene el dólar sin perder reservas: cómo lo hace
En charla con Ámbito, Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras, destacó cómo es la operatoria que realiza el BCRA en el mercado de futuros: "La entidad vende contratos y eso baja la tasa implícita, lo que hace que sea más atractivo el 'carry' con cobertura y en consecuencia la venta de divisas para su colocación en pesos presionando el spot también a la baja. Por otro lado la autoridad monetaria queda con un saldo vendido que si el subyacente sube (A 3500) le genera diferencias en su contra (pérdida) que son expansivas (si son a favor lo contrario). Como todo indica que la posición es a diciembre el resultado definitivo aún está abierto".
Para este experto, mientras el BCRA mantenga la posición abierta, la expansión-contracción que se generan todos los días puede modificarse. "El tema es que si sale a recomprar todo eso la demanda generaría una suba importante. Salvo que tenga un escenario muy favorable, creo que los va a dejar vencer", se explayó.
Desde 1816 agregaron información en este sentido: la posición vendida de u$s1.946 millones del mes pasado se explica por ventas del futuro diciembre, que a fin de mayo tenía un Interés Abierto total de u$s1.130 millones. Si se toma en cuenta el último día hábil de la semana pasada, el Interés Abierto agregado en futuros de dólar (u$s4.464 millones) era muy parecido al de fin de mayo (u$s4.480 millones), por lo que desde la consultora siguieren que "en lo que va de junio si hubo intervención adicional del BCRA, ésta no fue muy relevante".
Perspectivas para el dólar de cara a los próximos meses
"Para el tercer trimestre proyectamos una depreciación promedio del 2% mensual, todavía por encima de la inflación. En octubre, en la previa electoral, el ritmo podría acelerarse a 4,3% mensual, con un salto puntual del 10,5% en noviembre, antes de retomar un sendero más alineado con la desinflación. Así, el año cerraría con una depreciación acumulada del 33% interanual, por debajo del 43% de la inflación promedio para ese periodo, implicando una apreciación real del tipo de cambio en el balance anual", destacó Milagros Gismondi, economista y analista de Cohen Aliados Financieros.
Según esta experta, el tercer trimestre se presenta como el más desafiante del año, al ser el período previo a las elecciones. Para ella, los principales riesgos son, por un lado, una profundización de la crisis internacional que encarezca el costo del capital o incluso revierta los flujos hacia países emergentes. Por otro, que la tensión cambiaria se adelante a los comicios y los agentes comiencen a anticipar una depreciación del tipo de cambio, lo que pondría presión sobre la inflación en la previa electoral.
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