Mientras en Argentina hay máquinas expendedoras de snacks, gaseosas y golosinas, los chinos imponen otra costumbre para los pasajeros de subte que pretendan comer algo antes de viajar.
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En los pasillos de las estaciones de Nanking se instalaron máquinas que, a cambio de un billete, ofrecen un cangrejo vivo. Al parecer, la costumbre del lugar es comerse al animal sin ningún tipo de cocción.
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