26 de mayo 2025 - 00:00

Hernán Cataldi: "La arquitectura no empieza con el diseño, sino con la responsabilidad de transformar realidades"

Con más de 25 años de trayectoria, Cataldi ha consolidado una carrera que combina ejecución técnica, sensibilidad estética y una visión urbana, que trasciende fronteras.

Hernán Cataldi 

Hernán Cataldi 

En diálogo con Ámbito, el arquitecto y desarrollador argentino Hernán Cataldi compartió su mirada sobre la profesión, el valor del oficio, y el futuro de una disciplina en constante transformación. Con más de 25 años de trayectoria, Cataldi ha consolidado una carrera que combina ejecución técnica, sensibilidad estética y una visión urbana, que trasciende fronteras.

Periodista: ¿Cuál fue el primer momento en que supiste que querías ser arquitecto?

Hernán Cataldi: Creo que desde muy chico tuve una conexión natural con el espacio y la forma. Me llamaba la atención las estructuras, proporciones, y la forma en que los lugares influían en cómo nos sentíamos. Durante la carrera, trabajar como dibujante me dio la base técnica, pero el verdadero punto de quiebre fue cuando ganamos el concurso para diseñar la entrada de la Exposición de la Construcción. Ahí entendí que la arquitectura no es solo diseño: es identidad, es impacto, es legado.

P: ¿Cómo nace y qué representa para vos Grupo Calac?

H.C.: Grupo Calac surge de una necesidad concreta: la de integrar diseño y ejecución bajo un mismo enfoque. Muchas veces veía cómo se diluía la intención original de un proyecto entre el plano y la obra. Quise evitar eso. Nuestro diferencial es justamente la coherencia. Cada proyecto que encaramos es una oportunidad para unir visión creativa con excelencia constructiva, sin que uno opaque al otro.

P: Entre tantos trabajos, ¿hay alguno que te haya marcado especialmente?

H.C.: Varios, por diferentes motivos. La ampliación del Acuario de Temaikén fue un desafío inusual: trabajar respetando el hábitat animal y adaptando técnicas constructivas a necesidades muy específicas. Otro proyecto que valoro mucho fue la obra del Archivo General de la Nación. Construir en hormigón visto con estándares tan altos y bajo un encargo público requiere precisión, paciencia y un sentido muy claro de propósito. También rescato mi participación en concursos internacionales: ganar el de la Casa Montserrat en España y ser convocado luego como jurado en Chile me dio una perspectiva más amplia de cómo se valora la arquitectura latinoamericana.

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P: ¿Cómo incorporás la sustentabilidad en tu práctica profesional?

H.C.: No concibo una obra que no piense en su huella. La sustentabilidad es parte integral del proceso desde el diseño inicial hasta los materiales que elegimos. Utilizamos soluciones pasivas, apostamos por el uso racional de la energía y buscamos siempre generar bienestar sin excesos. Pero más allá de la técnica, lo esencial es tener una actitud ética frente al entorno. Para mí, la verdadera innovación es aquella que mejora la calidad de vida sin comprometer el futuro.

P: ¿Qué es lo que distingue tu manera de trabajar?

R: La presencia constante. Estoy involucrado en cada etapa de mis proyectos. No delego el diseño ni el criterio. Eso me permite asegurar una línea clara desde la idea hasta la entrega final. Mi enfoque busca siempre ese equilibrio entre forma, función y contexto. Y creo que se nota en el resultado: no solo se trata de construir, sino de dejar una huella coherente, honesta y duradera.

P: ¿Cómo describirías al arquitecto argentino en el contexto global?

H.C.: Es un profesional con una capacidad muy especial para adaptarse. Tenemos formación sólida, visión crítica y una creatividad que muchas veces se forja en contextos de limitaciones. Eso nos da una ventaja competitiva: resolvemos con ingenio, sin perder sensibilidad. Y esa mezcla es muy valorada afuera.

P: ¿Qué mensaje dejarías a quienes recién se inician en esta profesión?

H.C.: Que no se apresuren. Que escuchen. Que no se dejen llevar por la urgencia del resultado. La arquitectura no es una carrera de velocidad, sino de consistencia. Que piensen en el impacto de lo que hacen, no solo en cómo se ve. Y sobre todo, que recuerden que diseñar espacios es también diseñar experiencias. La tecnología va a seguir avanzando, pero la mirada humana es lo que siempre hará la diferencia.

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