10 de abril 2024 - 00:00

Base naval extranjera en territorio nacional: transgrediendo los límites de la cooperación

La Base Naval Conjunta con los Estados Unidos que anunció Javeri Milei junto a la jefa del Comando Sur tiene tres preguntas: ¿con quién? ¿para qué? ¿por qué? El rol del Congreso de la Nación.

Javier Milei y la generala de EEUU, Laura Richardson.

Javier Milei y la generala de EEUU, Laura Richardson.

Pasada las cero horas del 5 de abril, el presidente Milei -vestido como un marino (no se entiende esa pulsión por vestir uniforme que tienen en el gabinete)-, acompañado de su ministro de Defensa, de la secretaria general de la Presidencia y de otros funcionarios civiles anunció la creación de una Base Naval Conjunta con los Estados Unidos. Todo ello rodeado de militares en actividad y con altas responsabilidades que le dieron marco a un acto que difícilmente sea igualado desde lo gestual y simbólico. A esas horas de la madrugada, ante una generala -Richardson- y un embajador -Stanley- que no salían de su asombro, la banda de la Armada Argentina hizo sonar, además, el himno de los EE.UU.

Esto no sería más que un acto protocolar si detrás de ello no se escondiera una decisión comprometedora de la soberanía e independencia nacional. La instalación de un Polo Logístico Antártico es una aspiración que el Ministerio de Defensa, en general, y la Armada Argentina, en particular, tienen hace muchos años. De hecho, por la Cámara de Diputados han pasado varios proyectos impulsando su creación (8334-D-2016; 5133-D-2017; 5630-D-2018; 0985-D-2019, entre otros). Esta iniciativa no es nueva, y todos los proyectos fueron presentados por distintos partidos, por cuanto su creación estaba enmarcada como una necesidad nacional que el arco político recogió y plasmó en sendas iniciativas legislativas. En ese sentido, cabe agregar que en Río Grande está desarrollándose, actualmente, la ampliación del puerto, y demás instalaciones conexas, con la inversión de la empresa Mirgor y el aporte de capitales estadounidenses.

Pero entonces, ¿es necesario el desarrollo?, pregunta que se contesta con tres preguntas: ¿con quién? ¿para qué? y ¿por qué?

La elección de los socios estratégicos para semejante iniciativa debería contemplar, como mínimo, algunas cuestiones básicas. Para tener en cuenta: nuestro país sostiene un reclamo de casi 200 años por la ocupación ilegal de una parte del territorio nacional. Como cada 2 de abril recordamos respetuosos a todos los argentinos que dejaron su vida, o volvieron con secuelas imborrables, de la guerra por la recuperación de las islas Malvinas. La elección del socio debería ajustarse, al menos, a este parámetro. Ushuaia es la capital de Tierra del Fuego, Antártida e islas Malvinas, por cuanto debería saberse que Estados Unidos es, de antemano, aliado incondicional del reclamo británico sobre las Malvinas, y potencial ocupante de una parte del territorio antártico argentino, que está a salvo mientras esté vigente el Tratado Antártico que tiene suspendidos los reclamos de soberanía.

Esto dispara la segunda pregunta, ¿para qué? Evidentemente existe un alineamiento indeclinable e irrenunciable de parte del gobierno argentino hacia las políticas de Washington. En palabras de Luciano Anzelini, “tiempos de occidentalización dogmática”. La presencia de China en estas latitudes puso en alerta al Comando Sur (según sus propios manuales el Atlántico Sur es su área de responsabilidad) que envió a la generala Richardson a gestionar la venta de unos vetustos aviones cazas, y que por el mismo precio se llevó una base naval, el cierre del programa nuclear financiado por China y el futuro desguace de la Estación Espacial de Observación del Espacio Lejano. El alineamiento es total, cuando seguramente nadie le había pedido tanto al gobierno nacional, motivo por el cuál, sin dudas, Richardson merecería un ascenso.

El disparador de la tercera pregunta es: ¿por qué? Indudablemente el plan de gobierno de Milei es terminar con todo aquello que nos enorgullece como nación. Las tradiciones de la educación pública -con sus premios nobeles- el desarrollo tecnológico, las aspiraciones del autoabastecimiento energético y la soberanía. No es casual el ataque a cada una de estas instituciones, tampoco es casual el sentido de la oportunidad y el simbolismo.

Sin embargo, toda esta avanzada sobre nuestra soberanía debería toparse con un escollo, el Congreso de la Nación. El artículo 75, inciso 28 de la Constitución Nacional expresa:

“Corresponde al Congreso de la Nación: Permitir la introducción de tropas extranjeras en el territorio de la Nación, y la salida de las fuerzas nacionales fuera de él.”

Así, en el año 2004 se sancionó la ley 25.880 que ordena este mandato constitucional y lo hace operativo. Por tanto, el Poder Ejecutivo Nacional está obligado a solicitarle al Congreso de la Nación la debida autorización.

En este contexto, vale decir que el fracaso del sistema político promocionó la irrupción de una figura emergente de los medios de comunicación que concitó los votos necesarios para transformarse en Presidente de la Nación; y la sociedad fue capaz de poner en juego sus bienes más preciados como apuesta a un cambio. Por ello, la política debería responder con altura y responsabilidad, ofreciendo alternativas que no lleven a los argentinos al borde del abismo con la esperanza de vivir mejor.

Por último, en este caso en particular, las formas adquieren una especial relevancia. El lugar, el momento y el himno fueron inoportunos y para nada casual. Todo ello parece parte un programa que se ejecuta a la perfección, teniendo en cuenta tiempo, oportunidad y simbolismo.

Así, en resguardo a los valores que construyeron la Patria, por la memoria de los que ya no están, de sus familias y de aquellos que se replegaron y siguen sin rendirse: Respeto.

Roberto C. López es abogado, Magister en Defensa Nacional. Asesor parlamentario en la Comisión de Defensa Nacional en la Honorable Cámara de Diputados y en la Comisión Bicameral de Inteligencia del Honorable Congreso de la Nación. Revisor de la revista científica del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata. Docente de FADENA, UND.

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