El proyecto de Presupuesto que el Poder Ejecutivo envió al Parlamento el pasado fin de semana ha generado -como era esperable- repercusiones a todo nivel. En el ámbito político partidario era “cantada” la reacción de la oposición, señalando el incumplimiento de la promesa electoral del presidente Yamandú Orsi, quien había planteado explícitamente que no habría más impuestos.
Charlas de quincho: la discusión por el Presupuesto y "cierto nerviosismo" por los nuevos impuestos
El proyecto de ley del Ejecutivo generó una reacción "cantada" en la oposición, pero también es evaluado minuciosamente por el sector privado.
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El Presupuesto, entre proyecciones "muy optimistas", riesgos fiscales y avances en institucionalidad
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Un Presupuesto audaz

La presentación del Presupuesto abrió la discusión parlamentaria y el análisis del sector privado sobre las proyecciones del gobierneo.
El hecho es que el presupuesto crea al menos tres. Por un lado, el impuesto global a las multinacionales cuya facturación anual global sea igual o mayor a 750 millones de euros. Se denomina Impuesto Mínimo Complementario Doméstico, y apunta a que se pague en Uruguay lo que estas empresas pagan en el exterior por ganancias en nuestro país.
"Planteado así, parece algo de lo más lógico”, comenta un legislador del Partido Colorado (PC), que se dice bien asesorado. “Pero el asunto no es tan sencillo: Uruguay necesita regímenes de promoción de inversiones robustos que permitan captar inversiones importantes, de gran escala, que han sido claves para que la economía crezca en las últimas décadas”, argumentó, con tono preocupado, mientras abría el capítulo correspondiente en la copia del Proyecto, en su escritorio. “Hay que recordar -siguió- el impacto que ha tenido cada una de las plantas de celulosa que se ha construido, así como las inversiones en la zona franca de Colonia y las inversiones en las zonas francas de servicios”, apuntó.
En efecto, varias consultoras y expertos tributaristas están por estas horas trabajando intensamente para evaluar el articulado, asesorando a los distintos empresarios. Uno de los puntos críticos es cómo se compatibiliza este nuevo impuesto con el régimen de Zonas Francas. “Y sí… Hay nerviosismo a nivel de los usuarios y de los propios explotadores de Zonas Francas”, dijo preocupado un contador especialista tributario, que está formalizando un documento por este tema para un cliente. Se esperan también planteos parlamentarios por parte de las organizaciones empresariales.
Efecto Temu
Más colorida e igualmente relevante es la discusión que se abrió por los cambios en el régimen de importaciones exprés por compras online en el exterior, a las que se les aplicará el IVA (22%) pero sobre las cuales se aumentará el monto máximo permitido por año y por persona, que pasaría -de aprobarse- de 600 a 800 dólares por año. .
Desde el gobierno, el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, justificó el nuevo impuesto con una figura que seguramente pasará a ser emblemática: “¿Ustedes saben quién es Temu? Yo estoy del lado del ferretero de barrio (...) ¿Por qué no voy a pagar cuando se compra a una entelequia que no sabemos quién es el dueño?”, señaló el jerarca sobre la plataforma china.
El senador Sebastián Da Silva (Partido Nacional) le respondió a las pocas horas, señalando que la medida no solo incluye el impuesto sino que aumenta el límite máximo permitido por persona por año para compras en el exterior de 600 a 800 dólares por año, sin límite por compra (podrán ser un máximo de tres, pero también podría ser una sola de 800). "El ferretero va a dejar de vender taladros u otras máquinas porque ahora se van a poder importar con más facilidad desde afuera”, replicó.
A nivel de los comerciantes locales están viendo el ida y vuelta con particular nerviosismo: si bien el hecho de que se aplique el IVA tiende a acercar (aunque no empareja) la carga impositiva con el comercio establecido, el hecho de haber ampliado el monto máximo es una amenaza. “Mucha mercadería se podrá importar para fraccionar y comerciar a nivel local. Parecería que más que ayudarnos nos están complicando”, dijo entre frustrado y contrariado un dirigente de la Cámara de Comercio, que sigue estudiando el asunto y también prepara su postura para cuando comience la discusión en el Palacio Legislativo.
Estados Unidos
“¿Y Estados Unidos?”, preguntó con picardía un abogado afín al Partido Nacional, que discutía con su amigo frentista las últimas novedades. “Las compras que llegan desde EEUU por encomienda no estarán gravadas por el IVA… y las multinacionales estadounidenses tampoco pagarán el Impuesto Mínimo Complementario Doméstico ¿no? ¿Y la política antiimperialista dónde quedó?”, le espetó.
Su amigo izquierdista engranó. “Pero haceme el favor…..: EEUU se excluye del acuerdo de la OCDE, pero no será por mucho tiempo. Y las encomiendas están protegidas por el TIFA que firmaron ustedes. ¿Qué querés?”, respondió ofuscado. En efecto, en ambos casos las empresas de EEUU tienen excepciones.
“Te recuerdo, además, que Temu tiene depósitos logísticos en EEUU y mucha de su mercadería llega y seguirá llegando sin impuestos. Se estima casi la mitad de sus ventas en Uruguay”, le comentó el abogado, para provocar de vuelta a su amigo. “Por lo cual el ‘efecto Temu’ seguirá, más allá de lo que diga el Pacha Sánchez… para mí es puro afán recaudatorio”, remató.
“Claro… ¿y cómo hacemos para cubrir el déficit que nos dejaron? ¡Se llenaron la boca con el alto gasto estatal, y (Luis) Lacalle Pou dejó un déficit gigantesco!”, contraatacó. Su amigo se quedó en silencio.
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