RETIRO: KURO NEKO
Desde el mes de julio Kuro Neko atrae la atención de los vecinos de Retiro y del público foráneo que busca nuevos sabores nikkei. Se trata del primer “taco nori bar” que abre en Buenos Aires, un formato inexplorado en la escena local. El novedoso concepto llega de la mano del chef Raúl Zorrilla, quien explica que fue Rodrigo Ferrer, itamae de Osaka, quien inventó y popularizó la pieza hace un tiempo en Perú, y hoy se puede degustar en Kuro Neko en una versión propia. Cada nori taco se hace con una lámina de alga nori tempurizada para lograr una textura ligera y crujiente, se le agrega una base de arroz de sushi, luego se suma una proteína que varía entre pesca del día, langostinos y vieiras, y se terminan con toppings y salsas artesanales que elevan los tacos a otro nivel. El favorito del chef es el nori taco Sato (vieiras, manteca japonesa, palta y chilli garlic). Otro must es el Chalaco, inspirado en un ceviche (pesca blanca, togarashi, palta, batata acevichada, ralladura de limón y cilantro). También hay nigiris, handrolls y chirashi. Como en toda barra nikkei, la bebida juega un rol determinante. Cuentan con cócteles a base de sake y limonadas que acompañan sin opacar. La velada transcurre alrededor de una barra minimalista, y mesitas para dos y cuatro comensales.
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Dirección: Paraguay 831, Retiro.
VILLA DEVOTO: TODO BRASAS
Revolucionar el polo gastronómico de Villa Devoto no es una tarea sencilla, pero fue posible para el experto parrillero Pablo Antoyán y el chef Juan Bernardini desde el momento que abrieron Todo Brasas. Esta parrilla se caracteriza por su “Jaula de las Carnes”, unas originales estructuras de hierro donde las carnes se cocinan a fuego lento durante horas, con brasas de quebracho blanco y espinillo. Los cortes emblemáticos son el costillar entero y el vacío. Para cocinar el resto de los cortes, se adquirió un horno a las brasas exclusivo de muy pocas parrillas en Buenos Aires, que permite cocciones envolventes, dinámicas y más sabrosas. Allí preparan, entre otros cortes, entraña, bife de chorizo, ojo de bife y asado banderita. Estas herramientas tan exclusivas y sofisticadas producen no sólo unos sabores particulares, sino también la posibilidad de comer un asado de campo en plena ciudad. Su recientemente ampliada carta de vinos, con casi 40 etiquetas de tintos, blancos y espumantes, arma la combinación perfecta para vivir lo que este lugar propone: charlas de una mesa a la otra, encuentros relajados, sabor a humo y a sofisticación.
Dirección: Av. Francisco Beiró 5016, Devoto.
PALERMO: LA BOQUERÍA
Palermo es un barrio que equilibra el paso acelerado de los locales y el relax de los turistas que pasean. Finalmente, todos los ritmos logran encontrarse en La Boquería. Este bodegón moderno reúne, marida y pone en valor lo mejor de dos patrias. Los platitos típicos españoles y el aroma y sonido de la clásica parrilla argentina conquistan paladares propios y extranjeros. Boquerones, provoleta, tortilla con mozzarella y panceta ahumada o gambas al ajillo para empezar. Achuras, cortes tradicionales y exclusivos como una entraña perfecta o un T bone para compartir. Para los amantes de las pastas hay espaguetis con salsa de crema de langostinos, o para los fanáticos de las hamburguesas una parrillera –150 g de pura carne, provoleta, tomate, lechuga, panceta ahumada y barbacoa de cerveza roja–. Hay postres y una propuesta de bebidas para todos los gustos. Más de veinte etiquetas de vinos entre tintos, blancos, rosados y espumantes. Tragos: los de siempre y los que todos siempre quieren –vermut, tinto de verano, sidra tirada, aperol spritz, gin tonic, fernet, negroni y más–. Todo se encuentra en La Boquería.
Dirección: Soler 5101, Palermo.
RECOLETA: PIZZA CERO
En una emblemática esquina de Recoleta, Tagle y Av. del Libertador, Pizza Cero celebra 40 años siendo un clásico porteño que combina tradición y elegancia. Habitual punto de encuentro para vecinos y amantes del buen vivir, este restaurante no sólo se destaca por sus más de treinta variedades de pizzas a la piedra bien finas y crocantes, algunas clásicas y otras más innovadoras, sino también por una propuesta cosmopolita que incluye pastas caseras, carnes, tapeos y ensaladas frescas como la Nord, con salmón marinado, palta y huevo poché. Su barra al aire libre, con vista privilegiada a la arboleda de la avenida, es ideal para saborear cócteles de autor o una copa de vino seleccionada. Abierto todos los días para desayunar, almorzar, merendar o cenar, y con una ambientación sofisticada y espacios versátiles, Pizza Cero invita a vivir una experiencia gastronómica de gran calidad, que se adapta a toda ocasión.
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Dirección: Av. del Libertador 1800, Recoleta.
LINIERS: VIEJO PATRÓN
Viejo Patrón es una parrilla recomendada para los amantes del asado, ubicada en el clásico barrio porteño de Liniers. Bajo la dirección de Julio Gagliano, sommelier de carnes profesional, quienes visiten este grill y restó podrán disfrutar de un ambiente cálido y acogedor mientras degustan cortes premium de novillo argentino. Provenientes de animales criados en libertad y alimentados a pastura, se puede pedir bife de chorizo, asado especial del centro, entrecot y vacío del fino en manta -disponibles en porción individual y para compartir-, cocidos al punto elegido por el cliente. También protagonizan la propuesta achuras de primer nivel, como molleja de corazón y chinchulines, junto con principales inspirados en la cocina mediterránea, pastas caseras, guarniciones tradicionales y con vegetales de estación. Para el cierre dulce hay postres como flan de dulce de leche y volcán de chocolate, y para maridar sus preparaciones disponen de diferentes gaseosas y jugos frutales, cocktails clásicos y de autor y vinos federales seleccionados.
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Dirección: Av. Larrazábal 502, esq. Patrón, Liniers.
SAN ISIDRO: FELINO
Sobre una avenida neurálgica de San Isidro, Felino Restaurante se impone como una locación estratégica para desconectarse de las obligaciones, visitar su salón y pedir alguna de sus especialidades, entre tapas estilo finger food, platos y una selección de coctelería de alta gama en un ambiente cálido en su interior y rodeado de vegetación y árboles al aire libre. La cocina creativa y dinámica de Felino se hace presente en sus propuestas, con cortes de temporada, frutas y verduras de estación y pastas artesanales. Vale la pena pedir la hamburguesa de quinoa y salmón, el tofu al teriyaki y su clásica provoleta a las brasas o sus empanadas de bondiola, para picar. También sobresalen opciones de su cocina de fuegos, como la parrillada de vegetales, entraña a la provenzal o churrasquito de cerdo, entre otros ítems de su carta. Su imponente barra en 360° es atractiva para disfrutar de sus innovadores cócteles y mocktails, como la Pomelada Felino o la Naranjada Tropical. Al momento de endulzar la cena o el almuerzo, ofrecen postres como mousse de chocolate, volcán de dulce de leche y crème brûlée. En síntesis, Felino acerca una experiencia completa que combina una gastronomía de autor con un entorno que invita a celebrar.
Dirección: Av. Fondo de la Legua 280, San Isidro.
VILLA ADELINA: CROSTA PIZZA
En zona norte, algo alejado del centro foodie porteño y a metros de Avenida Márquez y Panamericana, Crosta Pizza se erige como una opción que brinda contacto con el relax y el barrio. Ubicada en un parque municipal, esta pizzería cuenta con pizzas estilo napolitano pero con mucho relleno, que se elaboran en hornos a leña en base a viejas recetas italianas. Las originales variedades llevan el nombre de las calles de la zona e ingredientes como distintos quesos, champiñones, cebolla caramelizada y mortadela, todo de calidad premium. Además, hay fainá, pizzas dulces que funcionan como postres (con nutella y dulce de leche), empanadas gourmet para distintos gustos, sándwiches de focaccia imperdibles y los famosos crosta dogs, unos panchos con toppings variados y nombres de razas de perros.
Dirección: Gral. Lamadrid 1710, Villa Adelina.
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