El Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgó los datos de pobreza por método del ingreso y de la distribución de ingreso, correspondientes al año 2024. La pobreza tuvo un descenso importante en 2024 respecto al año anterior, bajando de 10,1 a 8,3%, según la metodología hasta ahora. La desigualdad también bajó en sus distintos indicadores (el Índice de Gini, el más abarcativo, bajó de 0,394 a 0,383).
Los nuevos datos de pobreza
La pobreza y la desigualdad bajaron en 2024. El INE introdujo, además, una nueva metodología que mejora el seguimiento de estos indicadores clave.
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La pobreza bajó en 2024 medida en los dos indicadores.
La baja era esperable, en la medida que la economía -después de años complicados- tuvo en 2024 un crecimiento más contundente, con aumentos de la producción y del consumo. De lo cual surge que -más allá de las circunstancias particulares de cada año- el crecimiento es clave para reducir la pobreza, y reafirma el objetivo que se ha planteado el equipo económico en cuanto a buscar un mayor crecimiento de la economía.
Por supuesto, no es lo único que incide, pues hay aspectos más estructurales. La calidad y nivel del empleo es determinante, lo que depende -en buena medida- de la estructura de la producción económica, y de la capacitación y formación de la fuerza laboral. Una economía que integra más empleo de calidad, a todo nivel, seguramente va a poder sostener empleos mejores y -por tanto- que la pobreza sea menor.
Asimismo, inciden las políticas públicas. Los esquemas de seguridad social y las transferencias a los hogares con mayores problemas apuntan a mitigar la pobreza y, al mejorar el ingreso neto efectivo, reducirla. Esto tiene efecto directo, de corto plazo en el ingreso, e indirecto de largo plazo, permitiendo a las personas mejorar sus posibilidades futuras.
Nueva metodología
Además del nuevo dato 2024, el INE actualizó la metodología con la cual se mide la pobreza por ingreso. Era una actualización urgente, que debería haberse realizado ya un tiempo atrás, pero más vale tarde que nunca. El INE actualizó tanto la metodología como la canasta básica con la que se construye la Línea de Pobreza (LP), el ingreso por debajo del cual un hogar se considera pobre.
La nueva canasta toma como base los precios y consumos de 2017, y es una canasta más amplia (en especial en servicios), que además se configuró de una manera distinta y más exigente. Esto implicó que el porcentaje de personas bajo la línea de pobreza con la nueva metodología sea sustancialmente mayor que con la anterior. Tomando el nuevo indicador la pobreza bajó de 19,7% en 2023 al 17,3% en 2024.
¿Cuáles fueron esos cambios? Uno de los más relevantes es una reconsideración del denominado Valor Locativo. En el método anterior, a un hogar que no pagaba alquiler, se le imputaba un ingreso por Valor Locativo. Esto cambió y, en la nueva metodología, se establecen dos LP distintas para hogares con y sin alquiler, siendo mayor la de los primeros. A modo de ejemplo -tal como se expone en el informe del INE- un hogar en Montevideo con 3 personas, que paga alquiler, debe superar un ingreso mensual de 52.581 pesos para no estar en condición de pobreza; si no alquila, el ingreso mensual mínimo para salir de la pobreza es 38.964 pesos.
Territorio y edad
Como sucede hace muchos años, en términos geográficos la pobreza está particularmente concentrada en los departamentos de la frontera noreste del Uruguay y en la periferia de Montevideo. A pesar de la baja en el indicador general, en términos estructurales no se han dado cambios significativos. En Artigas, Rivera y Cerro Largo, la pobreza supera el 24%. En Colonia, San José y Maldonado, es menos de 9%. En Montevideo, en los municipios B y Ch la pobreza no supera el 4%. En los municipios periféricos supera el 19%.
Asimismo, en términos de edades los mayores porcentajes de pobreza se siguen registrando en la infancia con 32,3% de los niños de 0 a 6 y 28,1% por ciento en la franja siguiente hasta los 12 años. Entre adultos la pobreza es del 15,4% y en los más veteranos (más de 65 años) cae al 6,3%. Seguramente este es el indicador más grave y urgente a corregir, algo que hasta ahora no se ha podido hacer de manera significativa.
Igualdad
La nueva información del INE muestra también una baja en la desigualdad medida a través de todos sus indicadores. El más abarcativo de ellos, el índice de Gini, bajó de 0,394 a 0,383, según la metodología anterior, y de 0,417 a 0,403 con la nueva metodología (cuanto menor valor, menor desigualdad). En los indicadores de desigualdad, Uruguay muestra uno de los mejores desempeños en el continente, pero América Latina es una región particularmente desigual, con países de índice 0,45 o superiores. En otras regiones, como Europa, varios países tienen un Índice de Gini cercano a 0,30.
Con la incorporación del IRPF, el Uruguay introdujo en su esquema tributario un impuesto que -además de haber mostrado una gran importancia en términos de recaudación neta-, es muy relevante como herramienta en la distribución del ingreso. En efecto, el IRPF lo pagan las personas por tener un ingreso más alto que el resto a partir de un cierto nivel (mínimo no imponible); es decir, es un impuesto con objetivo redistributivo por definición. Su existencia reduce el Índice de Gini de manera apreciable (hay diversos estudios que lo cuantifican). El año pasado el IRPF recaudó casi U$S 3.000 millones.
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