La estabilidad económica y política es un factor clave para Uruguay y así lo destacó la analista senior de Riesgo Soberano de Moody’s Ratings, Elisa Parisi-Capone, quien consideró que “la resiliencia ante shocks de todo tipo es una fortaleza crediticia clave”, especialmente para países con grado inversor.
Moody's destaca "la resiliencia ante shocks de Uruguay" y anticipa una "fase de ajuste" tras la baja de la inflación
La analista senior de Riesgo Soberano de Moody’s Ratings, Elisa Parisi-Capone valoró la estabilidad como “una fortaleza crediticia clave” en diálogo exclusivo con Ámbito.
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Expertos de Moody's valoraron "la resiliencia ante shocks de Uruguay", mientras advirtieron por nuevos desafíos.
“La forma en que evaluamos la resiliencia económica es una combinación de estabilidad, fortaleza económica y factores institucionales”, explicó Parisi-Capone en diálogo exclusivo con Ámbito, durante una rueda de prensa posterior al evento virtual “Inside Latam 2025”, que cerró este martes a nivel regional con un profundo análisis de los desafíos y oportunidades que se presentan para Uruguay.
La referente de Moody’s valoró “la capacidad del gobierno y del Banco Central del Uruguay (BCU) para adaptarse a distintos tipos de shocks” y consideró que “eso se refleja en la calificación Baa 1 y fue un factor importante para la mejora”.
El nuevo desafío tras la baja de la inflación
Al ser consultada por el descenso de la inflación, Parisi-Capone observó que “está en línea con el objetivo” del BCU y lo definió como “un avance positivo, ya que demuestra la capacidad de las políticas para alcanzar los objetivos”.
Sin embargo, de cara al futuro, anticipó que “el cambio respecto a las tendencias inflacionarias previas genera una fase de ajuste, que incluso el gobierno ya ha mencionado” y graficó: “Si bien una menor inflación y menores expectativas contribuyen a reducir los costos de endeudamiento interno, un efecto secundario es la menor recaudación tributaria”.
De todos modos, se mostró optimista “dado el historial de capacidad de ajuste fiscal y monetario del gobierno y el nuevo enfoque en medidas para aumentar los ingresos mejorando la eficiencia tributaria y no con tasas impositivas más altas”.
En cuanto al crecimiento, si bien hubo algunas señales de enfriamiento de la economía, la especialista de Moody’s mantuvo las proyecciones del 2,5% del PIB para este año y del 2,4% para el año próximo. “Es nuestro escenario base y es lo que está dentro del potencial. Veremos si resulta ser mayor o menor”, expresó.
La estabilidad, un activo diferencial en un mundo incierto
Con respecto a los aranceles de Donald Trump, Parisi-Capone comentó que para el país “los efectos directos sobre el comercio no son los más altos de la región, sino que son bastante limitados”, mientras puso el foco en “la incertidumbre que puede generar un entorno comercial cambiante”.
En ese sentido, valoró “una reconfiguración de las relaciones” y detalló que “Uruguay ha avanzado en las negociaciones comerciales con otros países, como China y la Unión Europea (UE), lo que abre oportunidades para acceder a nuevos mercados y establecer nuevas relaciones comerciales”.
A su turno, al analizar el panorama global y regional, la directora gerente asociada de Riesgo Soberano de Moody's, Ariane Ortiz-Bollin, destacó a este medio “la fortaleza de que el Poder Ejecutivo y el Parlamento pueden trabajar en conjunto, lo que permite la continuidad de las reformas y la agenda política entre administraciones”.
Ariane Ortiz-Bollin expuso sobre los desafíos y oportunidades de Uruguay en el evento Inside Latam 2025.
Ortiz-Bollin, quien también fue una de las principales oradoras del Inside Latam, contrapuso que “en otras partes del mundo, hemos visto el riesgo de cambios abruptos en la dirección de las políticas, lo que genera un entorno operativo muy incierto para los actores locales y para cualquiera que desee invertir en el país, creando un clima de menor inversión y menor crecimiento” y consideró que “dado que ahora Uruguay es uno de los pocos países con esta fortaleza, cobra mayor importancia y es un activo diferencial”.
A la par, apuntó que “el largo plazo de vencimiento de la deuda, lo que genera un menor riesgo a nivel gubernamental y el hecho de contar con reservas fiscales e internacionales, que te permiten absorber los cambios del entorno internacional”, destacando que “esas son lecciones que Uruguay aprendió de la crisis de 2001 y que ha sabido mantener”.
Desafíos y oportunidades para la nota crediticia
Por otra parte, durante su exposición en el evento, resaltó que la nota crediticia de Uruguay es de las más altas de la región, sólo superada por Chile. Si bien analizó que para Moody’s la perspectiva es estable, explicó que “para ir al alza, deberían implementarse reformas estructurales que ayuden a reducir la carga de la deuda y los costos de interés en relación a ingresos”.
A la vez, supeditó la mejora a la actividad económica. “También es necesario que se observe evidencia de que se va a dar un crecimiento económico más alto, que puede ser más sostenible si viene aparejado de una mayor inversión privada sostenida”, señaló Ortiz-Bollin.
Entre los riesgos mencionó “la rigidez fiscal, el nivel alto de deuda y la dependencia en moneda extranjera, porque si hay una devaluación tiene un impacto directo en el nivel de deuda”, aclarando que un mayor déficit fiscal o un menor crecimiento en los próximos años podría incidir en una rebaja que hoy no está en los planes.



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