Los empresarios uruguayos acentuaron su pesimismo con respecto al clima de negocios y verificaron un progresivo deterioro sobre el rumbo de la economía, de acuerdo a la última encuesta semestral de Exante a la que accedió Ámbito.
Los empresarios acentúan su pesimismo sobre la economía y la conflictividad impacta en el clima de negocios
El sector privado evalúa que la situación es la peor desde 2021 tras la pandemia, aunque es más positivo con la mirada sobre su propia compañía, según una encuesta de Exante.
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Solo 2 de cada 10 encuestados considera que la economía del país marcha bien
Los empresarios uruguayos revisaron a la baja sus perspectivas sobre la economía y el clima de negocios.
Un aspecto que valoró el sector privado es el exitoso manejo de la inflación por parte de la política monetaria que elabora el Banco Central del Uruguay (BCU), según surge de la Encuesta de Expectativas Empresariales de Exante, difundida hoy y realizada en octubre a 328 gerentes y altos ejecutivos de compañías grandes y medianas que operan en el país.
Al mismo tiempo, se observó un deterioro en las proyecciones de crecimiento que tienen su correlato con los indicadores que anticipan la actividad económica y se distancian de lo previsto por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en el proyecto de ley de Presupuesto.
El rumbo de la economía y las expectativas
Al observar las respuestas sobre cómo perciben la situación económica frente a un año atrás, los empresarios verificaron un progresivo deterioro, con un 23% que la observan peor, un 71% que la ve igual y un 6% que cree que está mejor, arrojando un saldo neto negativo del 17%, que es el mayor desde abril de 2021 (18%), luego del impacto de la pandemia. De cara al próximo año, las expectativas mostraron una mejora marginal, aunque un 23% espera que la situación económica empeore, con un 11% que prevé mejoras y un 66% que considera que continuará igual.
Esto contrasta con la visión de los ejecutivos sobre la propia empresa, que es más favorable que la de la economía en general. Así, un 35% considera que le fue mejor que hace un año, con un 14% de respuestas negativas, lo que da un saldo favorable de 21%, pese al 51% de opiniones neutras.
Los empresarios observan un deterioro progresivo de la economía.
Lo mismo ocurre con relación a 2026, con un 37% que espera que le vaya mejor el año que viene, más que el triple del 11% que anticipa que le irá peor, con una cierta estabilidad respecto a la inversión y la producción de la propia firma.
Además, en un indicador a monitorear en los próximos meses, se deterioró la rentabilidad de las empresas, considerada buena o muy buena por el 56%, 9 puntos porcentuales menos que en el relevamiento de abril. De cara a los próximos 12 meses, las estimaciones también se deterioraron en 3 puntos porcentuales, aunque con un saldo positivo del 10%.
Se deteriora el clima de negocios con la mira en la conflictividad
En lo que tiene que ver con el clima de negocios, la percepción de los ejecutivos se moderó tras la fuerte caída de abril, aunque con un nuevo retroceso que enciende una señal de alarma. Si bien un 56% sigue considerando que el entorno de inversiones es “bueno”, alcanzó el 39% la visión de quienes lo perciben “regular” y subió al 5% quienes lo evalúan “malo”. Pensando en 2026, las proyecciones recogen un deterioro del clima de negocios, con un saldo neto negativo del 29%.
Entre los aspectos más negativos, al tope de la lista del sector privado apareció la conflictividad sindical, en un año particularmente marcado por las medidas de fuerza de diferentes sindicatos por cuestiones salariales, despidos o cierres de empresas. Otras menciones recurrentes fueron la burocracia y los costos altos, así como la incertidumbre por la ley de Presupuesto y los cambios impositivos que pretende implementar el Poder Ejecutivo.
La percepción del clima de negocios volvió a retroceder.
En contrapartida, como cuestiones positivas se observaron habituales activos del Uruguay, como seguridad jurídica, estabilidad institucional y económica, una baja inflación y la promoción de inversiones.
Una valoración de la baja inflación
Si bien expresaron un juicio neutro sobre la gestión de Yamandú Orsi, aunque con un 30% de desaprobación y un 13% de opiniones favorables, lo que refleja un deterioro, los empresarios consideraron que la referida a la inflación es el área de gestión mejor evaluada, con un 85% de visión positiva y apenas un 2% que la ve mala.
De hecho, las expectativas sobre el IPC se volvieron a ajustar a la baja y 2 de cada 3 empresarios esperan una inflación en torno a la meta del 4,5%, con algunas respuestas que la observan por debajo del 4% en 2026, en un guiño a la credibilidad de la política monetaria del BCU, al punto que el 91% estima que continuará por debajo del techo del rango tolerancia en los próximos 12 meses.
Consistentemente, el sector privado revisó a la baja las expectativas sobre el dólar tras un año con tendencia bajista y aguardan un promedio de 41,5 pesos para dentro de un año, con apenas el 10% esperando una reactivación que lo lleve por encima de los 43 pesos.
Finalmente, los ejecutivos revisaron las expectativas de crecimiento del PIB, con un promedio que apunta a una expansión de 1,6% el año próximo y un ritmo tendencial de 1,7% a mediano plazo, lo que contrasta con las estimaciones del gobierno, que indican un promedio del 2,4% para el quinquenio.




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