15 de julio 2025 - 12:05

Sube el boleto en Montevideo y llega a un máximo en 8 años

El aumento de los últimos días responde a los problemas financieros de la Intendencia. La suba es de 5,8% real en el último año.

El aumento de los últimos días responde a los problemas financieros de la Intendencia.

El aumento de los últimos días responde a los problemas financieros de la Intendencia.

Foto: MTOP

La Intendencia de Montevideo resolvió aumentar nuevamente el precio del boleto del transporte colectivo urbano. La tarifa para los usuarios con tarjeta STM quedó en 50 pesos para el boleto de una hora; ya había subido 4 pesos en enero y ahora se agrega un peso más, 6 meses después. De manera que en el último año el aumento es de 5 pesos corrientes, un 11% (5,8% real, descontada la inflación).

En la gráfica adjunta se presenta la evolución del valor real del boleto en los últimos años, tomando la mencionada referencia. El tarifario es más amplio, obviamente. Incluso con un uso más intenso de la STM (40 viajes por mes o más), hay un descuento del 10% sobre el total.

Los datos muestran que el valor real del boleto tuvo un aumento en 2016-2017, para luego bajar por varios años. En aquel momento, inicio de la administración de Daniel Martínez en la IMM, el sistema ya tenía complicaciones financieras y se argumentó -con razón- que la discusión sobre el transporte colectivo no debía centrarse permanentemente en el precio del boleto, sino que deberían incorporarse una visión más completa del servicio, incluyendo prestaciones y calidad. De hecho, la propia incorporación de la tarjeta STM, con los boletos de 1 y 2 horas, con combinaciones, fueron avances importantes. El sistema ha tenido transformaciones permanentes, en aras de un mejor servicio.

Luego de esos años, el boleto volvió a bajar en términos reales y, cuando irrumpió la pandemia, el sistema tuvo un golpe gravísimo, por obvias razones. El precio quedó en mínimos históricos, pero, a pesar de eso, el uso -la venta de boletos- no logró recuperarse. Las ventas sumaron 225 millones de boletos en 2024, un 15% menos respecto al 2019 (pre pandemia). En el primer semestre de este año sigue la tendencia a la baja: las ventas cayeron 3% respecto al primer semestre de 2024.

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En este contexto, una suba del precio es bastante poco oportuna. Como dijimos, ya se había ajustado en enero, algo esperable por la suba general de costos anual (en especial los salarios), pero la suba de este mes responde a otro problema: la situación financiera de la Intendencia de Montevideo es muy complicada y no puede seguir subsidiando el boleto con los montos actuales.

Sucede que el transporte colectivo -como en casi todo el mundo- tiene subsidios abundantes. Unos u$s 70 millones del gobierno central y unos u$s 50 millones del gobierno departamental. De este monto, unos u$s 30 millones son subsidio directo a la tarifa, es decir, cubren la diferencia entre el precio del boleto y el costo del servicio, calculado en base a una paramétrica, siendo el costo superior al precio. Si el precio se rezaga respecto a la paramétrica, mayor es el subsidio que debe erogar la Intendencia. Por el contrario, con un aumento en el precio -como se decidió ahora- la erogación se reduce.

Con esta decisión, el precio del boleto en términos reales llega a un máximo de los últimos 8 años. Para un trabajador con uso diario del transporte colectivo (ida y vuelta) el costo básico mensual es de unos 2.000 pesos por concepto de transporte. Obviamente, para los salarios más bajos es oneroso, aunque hay subsidios a través de la Tarjeta Uruguay Social y otros. Para ingresos mayores es un costo asequible. Sin embargo, son cada vez más los que recurren al automóvil, aunque resulte más costoso; obviamente, hay un fundamento de mejores prestaciones.

Es que, más allá de los últimos aumentos, el sistema de transporte colectivo metropolitano está llegando a un punto crítico donde corre el riesgo de irse “comiendo la cola”: las ventas caen, se precisa más subsidio, pero como las finanzas municipales no dan, sube el precio y esto afecta la demanda, al hacerse más convenientes otras opciones, y así… Mientras, el parque automotor crece: las ventas de motos y autos están en niveles máximos y compiten con el ómnibus como opción de traslado.

Para salir de este lío no hay soluciones mágicas, sino relanzar el sistema a través de los 4 fundamentos básicos del transporte colectivo: mejores frecuencias, menor tiempo de viaje, mayor comodidad y mayor confiabilidad. Obviamente no es una solución de un día para el otro. A nivel del MTOP y los gobiernos departamentales involucrados se está trabajando para abordar el asunto con alcance metropolitano; se espera que se apruebe una nueva institucionalidad para coordinar mejor todo esto.

El Cinve ha hecho una propuesta reciente para la mejora del sistema y esa sería la base para el trabajo que se viene en los próximos meses. Entre otras cosas, plantea líneas de alta frecuencia (2-5 minutos) en las vías troncales; electrificación en un período de 10 años, cambios en la modalidad de pago (de pago por pasajero a pago por servicio), etc.

Un mejor transporte colectivo tiene múltiples ventajas: más sostenibilidad ambiental, más económico, mejor integración urbana y convivencia, etc. Para que esto se concrete, tiene que coordinarse con el propio desarrollo urbano y las políticas territoriales. En este punto, me llama la atención lo poco que se tiene en cuenta el positivo impacto del plan de Vivienda Promovida, al densificar zonas centrales de la ciudad con vivienda nueva, con mayor oferta y residencias -en general- más cercanas al lugar de trabajo (menos tiempo de traslado). Este y otros asuntos son claves para una mejor dinámica del transporte colectivo y, por tanto, de la ciudad.

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