ver más

Ya superaste el límite de notas leídas.

Registrate gratis para seguir leyendo

17 de junio 2025 - 21:28

Boom de ventas y dólares récord: el campo se anticipa al regreso de las retenciones

El agro acelera exportaciones ante el fin del alivio fiscal: solo en junio podrían liquidarse más de u$s5.500 millones.

ver más

La decisión oficial de no prorrogar la baja de las retenciones para la soja y el maíz activó un anticipo masivo de operaciones.

Depositphotos

El 30 de junio se convertirá en una fecha bisagra para el sector agroexportador. Con el reloj corriendo hacia el fin de la baja temporal en los derechos de exportación (DEX), productores y empresas se volcaron masivamente al mercado. El resultado es un auténtico boom de ventas de granos, liderado por la soja y el maíz, que podría cerrar el mes con una liquidación récord de entre u$s4.500 y u$s5.500 millones, según estimaciones del sector privado.

El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.

A solo nueve días hábiles del cambio de régimen impositivo, el campo le imprime velocidad al cierre de contratos, impulsa los registros de exportación y adelanta operaciones incluso con embarques previstos hasta noviembre. El objetivo es claro: evitar el impacto del regreso al 33% de retenciones, que implicaría una caída inmediata de ingresos para los productores.

Según datos relevados hasta el 12 de junio, ya se registraron exportaciones por 7,9 millones de toneladas entre granos y subproductos, duplicando el promedio histórico para este período del año. Solo en soja, la harina acumula 2,2 millones de toneladas, seguida por el maíz con 3,5 millones, el poroto de soja con 1,04 millones y el aceite de soja con 469.000 toneladas.

El valor declarado por estas exportaciones alcanza los u$s2.300 millones, pero si se mantiene la tendencia en precios y ritmo de ventas, el mes podría cerrar en niveles nunca antes alcanzados. Las estimaciones privadas proyectan una liquidación de al menos u$s4.000 millones, con un techo que podría escalar por encima de los u$s5.500 millones si las condiciones acompañan.

La decisión oficial de no prorrogar la baja de las retenciones para la soja y el maíz activó un anticipo masivo de operaciones. En cambio, sí se mantendrá el beneficio fiscal para la campaña fina, que incluye al trigo y la cebada. Esta diferencia generó tensión en el mercado y aceleró la necesidad de colocar grano disponible antes del 1 de julio.

El impacto también se refleja en las ventas primarias, es decir, las que hace el productor al circuito comercial. Allí el promedio diario trepó a 500.000 toneladas, con muchas operaciones que incluyen entregas pactadas a futuro, incluso hasta noviembre. El anticipo de ventas se traduce en un volumen inédito para esta altura del año, y evidencia un intento por construir un "colchón logístico" que garantice liquidez y cobertura fiscal en los meses siguientes.

El contexto internacional

La creciente tensión en Medio Oriente empujó el precio del petróleo y, en consecuencia, de las commodities agrícolas. Aunque el efecto podría ser transitorio, el mercado optó por anticiparse a posibles fluctuaciones. Con los precios de la soja rondando los u$s280 por tonelada, cualquier suba de retenciones implicaría una pérdida de competitividad que muchos buscan evitar.

El comportamiento del mercado también responde a una mejora en la cosecha. La soja superó las expectativas en volumen, lo que permitió disponer de grano para vender en un momento fiscalmente oportuno. Aunque los precios no son los más altos del ciclo, la oportunidad radica en aprovechar la ventana antes del cierre del mes.

En términos comparativos, ya se alcanzó el 77% del promedio anual de ventas entre las campañas 2017/18 y 2023/24, y el 89% de lo registrado durante el mismo período del año pasado. Esta aceleración refleja no solo la respuesta ante un cambio impositivo, sino también una reacción al aumento de costos y a la presión cambiaria.

El escenario pone en evidencia el dilema del Gobierno: mantener ingresos fiscales a corto plazo o generar incentivos a mayor producción. Desde el sector exportador se insistió en que la continuidad del esquema reducido para la soja y el maíz podría potenciar las exportaciones sin sacrificar recaudación, dado el incremento en volumen que genera una mejora en la base imponible.

Hasta el momento, la postura oficial es firme. Solo se extenderá la baja para trigo y cebada, mientras que la soja volverá al 33% de retenciones. El maíz, por su parte, se encuentra bajo análisis, con posibilidades de mantener una alícuota intermedia si las condiciones fiscales lo permiten. Esta indefinición mantiene en vilo al sector, que busca planificar su logística y sus ventas con más certezas.

En paralelo, el Gobierno observa con atención el ingreso de divisas. En un semestre marcado por las necesidades de financiamiento y el calendario electoral, el aporte del agro aparece como una vía clave para sostener el equilibrio externo. La expectativa está puesta en que la aceleración actual permita estirar el flujo hasta julio y agosto, gracias a las ventas anticipadas y a la programación de embarques bajo el esquema fiscal vigente.

La incógnita es el segundo semestre

El interrogante se centra en lo que ocurrirá a partir del 1 de julio. Con el 70% de la soja aún sin precio fijado, el regreso al esquema pleno de retenciones podría generar una caída en la capacidad de pago de la exportación, lo que limitaría los precios en el mercado interno. Este posible escenario podría frenar el ritmo de ventas y alterar la planificación comercial del segundo semestre.

El cierre de junio se proyecta como una marca histórica en términos de volumen y valor exportado. Pero también se transforma en una advertencia sobre los efectos que generan los cambios impositivos sin previsibilidad. El campo respondió rápido, pero ahora espera definiciones que le permitan proyectar su actividad más allá del corto plazo.

Mientras tanto, las terminales portuarias refuerzan su operativa, las industrias procesadoras aceleran la molienda y los productores se concentran en cerrar operaciones antes del límite fiscal. El agro se mueve con prisa, anticipando un giro que ya se siente en los números de junio y que dejará huella en el segundo semestre de 2025.

En diálogo con Ámbito, el analista y consultor Javier Preciado Patiño aseguró que “desde la última semana de mayo hasta ahora los negocios se aceleraron mucho, con incrementos fuertes en las toneladas que se comercializan diariamente. Pasaron de un promedio de 400 mil toneladas diarias a más de 500 mil. En cuanto a la liquidación de divisas, los exportadores y la industria declararon sólo en la primer semana 4 millones de toneladas, con lo cual si llegamos a los 8 millones tendríamos que tener una muy buena liquidación de dólares”.

Sin embargo, Preciado Patiño advirtió en su cuenta de X que en virtud de los valores ofrecidos a futuro, “hay alguien apostando en el mercado por la continuación de los DEX al 26% post 1 de Julio”.

Por ahora no hay mayores detalles acerca de lo que podría ocurrir en las próximas semanas, más allá de ciertas especulaciones. Con este panorama, lo concreto es que el sector proyecta cerrar junio con cifras sin precedentes.

Si se sostiene el ritmo actual de operaciones y se mantienen los valores internacionales, la liquidación mensual podría convertirse en la mayor del año. Se prevé que las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) superen las 8 millones de toneladas (con un máximo de 10 para los más optimistas) y que las divisas ingresadas por el agro igualen, o incluso superen, los u$s5500 a u$s6000 millones. Este nivel no solo representaría un récord para un mes de junio, sino que también reforzaría el peso del agro como motor central de la economía argentina e impulsor de las ventas al exterior, en medio de un escenario internacional incierto.

Últimas noticias

Dejá tu comentario

Te puede interesar

Otras noticias