Coronavirus: Los japoneses se quedaron sin llama olímpica

La exposición de la llama olímpica en Fukushima hasta fines de abril cerró por decisión del comité organizador para evitar la propagación del coronavirus.

La llama olímpica no se mostrará más en Japón debido al coronavirus.

La exposición de llama de los Juegos Olímpicos de Tokio que iba a permanecer en Fukushima hasta finales de abril cerró por decisión del comité organizador para evitar la propagación del coronavirus luego de la entrada en vigor del estado de alerta sanitaria en varias zonas de Japón.

"El Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio adoptará en adelante medidas corporativas de continuidad para ayudar a prevenir la propagación de la Covid-19 y minimizar el impacto en los preparativos para los Juegos", señalaron los organizadores en un comunicado.

La antorcha había llegado al país el pasado 20 de marzo, luego de ser encendida en Grecia, iba a viajar de Fukushima a Tokio, recorriendo todo Japón hasta el 24 de julio, día en el que iba a ser la apertura de los Juegos Olímpicos que finalmente fueron postergados y serán del 23 de julio al 8 de agosto de 2021.

La llama olímpica estaba expuesta desde el 2 de abril en el J-Village, instalaciones deportivas de la región que sirvieron como base logística para acceder a la accidentada planta nuclear de Fukushima Daiichi y desde donde iba a comenzar el relevo japonés de la antorcha.

Según se informó, Tokio 2020 la había cedido temporalmente a la prefectura para su exposición tras el aplazamiento de los Juegos y la cancelación del relevo nipón de la antorcha, con el objetivo de mantener vivo el espíritu olímpico y que sirviera "como un faro de esperanza" ante la lucha del mundo contra el coronavirus.

En tanto, la llama fue encendida el 12 de marzo en la antigua ciudad griega de Olimpia en una ceremonia sin público para evitar la propagación del virus mientras que el tramo del relevo en ese país fue suspendido tras aglomeraciones en la ciudad de Esparta.

Días después, la llama fue recibida en Japón en una ceremonia a puertas cerradas a la que asistieron algunos representantes de las autoridades y la organización, aunque después decenas de miles de japoneses se desplazaron a la región del nordeste para contemplarla, pese a los llamamientos a evitar las multitudes.