8 de agosto 2012 - 00:00

Aún quedan “revelaciones” sobre el ícono Marilyn

Aún quedan “revelaciones” sobre el ícono Marilyn
Nueva York - La conmemoración de los 50 años de la muerte de Marilyn Monroe, el 5 de agosto de 1962, propició la publicación de nuevos libros sobre una de las figuras más icónicas del siglo XX.

«Marilyn Monroe: My little secret told by Jane Lawrence», del escritor neoyorquino Terry Jerris, revela la supuesta relación lésbica que habría mantenido Marilyn con la la Jane del título. «Se encontró con Marilyn cuando tenía solamente 12 años», dijo el autor al sitio Radar Online. «Enseguida se hicieron amigas tras haber compartido la experiencia del orfanato y haber descubierto que vivieron un pasado muy similar». «Jane siempre luchó con su sexualidad, y habló de ello a menudo con Marilyn. Ella le decía siempre: cualquiera sean tus preferencias, ello no cuenta, el amor es amor», explicó Jerris.

De acuerdo con el sitio web, Lawrence en el texto recordó su primer encuentro. «Mi corazón latía locamente mientras me besaba los muslos, luego se inclinó sobre mí y me beso dulce y lentamente», narró y confirmó además que Marilyn Monroe mantuvo otros encuentros homosexuales con Elizabeth Taylor, Marlene Dietrich, Barbara Stanwyck y Joan Crawford. «Era un espíritu libre y una persona muy abierta», explicó.

Las dos mujeres quedaron amigas y poco antes de la muerte de la actriz, Jane la invitó a Coronado, cerca de San Diego, preocupada por la espiral de alcohol y drogas en la que se hallaba. Marilyn rechazó la invitación y solamente una semana después fue hallada sin vida.

En otro libro se sostiene que Marilyn Monroe era una feminista antes de tiempo, una izquierdista con simpatías por Fidel Castro, un icono de Hollywood que encarnaba lo más frívolo del show business pero a la vez sentía afinidad con el movimiento beat y la entonces incipiente contracultura californiana. Así la retrata Lois Banner -veterana feminista y profesora de la Universidad del Sur de California- en «The passion and the paradox» (La pasión y la paradoja), una densa biografía publicada también en vísperas del cincuentenario de la muerte de la actriz.

Desde entonces las teorías conspirativas no han dejado de circular, e implican desde a la mafia hasta a la familia Kennedy. Pero hay otros misterios en torno a Marilyn. ¿Quién era de verdad? Cada época tiene su Marilyn. Retratada a veces como una mujer objeto, con perspectiva aparece bajo una luz distinta.

«Nuestra perspectiva ha cambiado un poco con lo que llamamos el posfeminismo o el feminismo de la tercera ola», dice Banner desde California. La primera y segunda olas corresponden respectivamente al feminismo de finales del siglo XIX y principios del XX, y al de los años 60 y 70. La tercera emerge a finales de los años 80. «Se trata de mujeres jóvenes que han defendido que la sexualización que ella hizo de su cuerpo puede realzar el poder de las mujeres, en el sentido de que pueden ganar poder respecto a los hombres a través de su sexualidad, y pueden tomar conciencia de su propia importancia para controlar el uso sexual de su cuerpo», explica.

Marilyn, añade la autora, «se sexualizó a sí misma a propósito». «Lo hizo para convertirse en una estrella», apunta. «Además, estaba concentrada en su carrera. Se veía como una mujer de carrera. Formó su productora, lo que era inusual para una mujer en Hollywood. Se enfrentó a los magnates de Hollywood, hombres poderosos y dominantes. Les hizo una pulseada y al final ganó. Poco antes de morir firmó un contrato nuevo y muy favorable con 20th Century Fox».

Uno de los problemas de Marilyn, según Banner, fue «mezclarse con hombres con los que no debería haberse mezclado» (y cita entre otros a Frank Sinatra: «Era muy peligroso»). Otro problema era que «carecía de un término para denominar lo que le hacían». El feminismo político no había nacido. «Era muy progresista, si es que no era socialista, así que disponía de una terminología para describir el maltrato de las personas», dice. «Pero no disponía de un término para describir cómo la trataban a ella. Sabía que la explotaban e intentó combatirlo, pero no tenía un punto de vista político para ponerlo en perspectiva». ¿Socialista, Marilyn? «Justo antes de morir, aquella primavera, se declaró a favor de Fidel Castro, y estaba a favor de cualquier sistema político que tratase a las pesonas con igualdad, política y económicamente».

Ahora Marilyn tendría 86 años. Si no hubiese muerto, su biógrafa imagina que, gracias a los nuevos medicamentos, habría controlado el síndrome maníaco-depresivo, habría adoptado hijos y posiblemente se habría convertido en una actriz de teatro. «Quizá habría madurado hasta ser una actriz mayor como Marie Dressler, que era una buena actriz de personajes», dice. «Pero también podría haberse convertido, todavía más, en una drogadicta, una alcohólica, y haber acabado en una institución de salud mental».

Agencias ANSA y EFE

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