1 de diciembre 2011 - 00:00

En la era digital, el cine añora su pasado

Cameo de Martin Scorsese en su película «Hugo», que recrea en el París de principios del siglo XX los inventos de Georges Meliès.
Cameo de Martin Scorsese en su película «Hugo», que recrea en el París de principios del siglo XX los inventos de Georges Meliès.
Nueva York - «The Artist» («El artista»), un irónico homenaje en blanco y negro a las comedias hollywoodenses del cine mudo, fue ganadora del premio a la mejor película por la Asociación de Críticos de Cine de Nueva York. La película, que muestra las tribulaciones de un actor en la transición hacia el cine sonoro (un tema sobre el que había jugado también la clásica «Cantando bajo la lluvia»), le valió de igual modo a su director, el francés Michel Hazanavicius el premio en dicha categoría de la New York Film Critics Circle (NYFCC).

El triunfo de este film entre los críticos neoyorquinos coincide también con la excelente prensa que viene teniendo la última película de Martin Scorsese, «Hugo», rodada en 3D, y que al igual que «The Artist» tiene que ver con el nacimiento del cine en Europa, y en donde aparecen en primer plano las invenciones del pionero Georges Meliès (interpretado en la película por Ben Kingsley).

Scorsese manifestó en una entrevista a «Deadline» que, tras el experimento de «Hugo», preferiría rodar sus siguientes trabajos en 3D. «Yo no creo que haya un tema que no pueda ser absorbido por el 3D, que no pueda tolerar la adición de profundidad como una técnica de narración», aseguró el director, para quien cine, historia del cine y formato del cine, han sido siempre la misma cosa. En ese sentido, la tendencia de ambos films a revisitar, desde la mirada moderna, el germen del cine, evidencia también una misma preocupación.

Scorsese consideró que la llegada del 3D es «comparable a la llegada del Technicolor en los años 30». Según él, en el inicio de esta técnica el color no era aceptado como un elemento habitual en las películas, pero «ahora todo está en color», por lo que con el 3D puede pasar lo mismo. Durante más de una década, el Technicolor fue relegado a los musicales, a las comedias y a los westerns. «No tenía la intención de llegar a los géneros serios, pero ahora todo está en color», dijo Scorsese. «Solo se trata de cambiar de mentalidad».

El problema son los lentes especiales que hay que colocarse, lo que para Scorsese significa el mayor obstáculo al desarrollo y la imposición del 3D. «Una vez que la tecnología avance y se puedan eliminar los anteojos, que intimidan o fastidian a muchos espectadores, ¿por qué no? Es una progresión natural».

Otro aspecto, señaló en esa misma entrevista, es no creer que el 3D sea un ornamento de feria sólo apto para emplear en películas para chicos o de ciencia ficción como «Avatar». Puso los casos, todavía muy aislados, de la «Pina» de Wim Wenders o «Cave of Forgotten Dreams», de Werner Herzog, como ejemplos de cine serio donde se utilizó el 3D. «El 3D debería ser considerado como un elemento narrativo y una herramienta seria, sobre todo al contar una historia con la profundidad como elemento narrativo», afirmó, diciendo que hoy rodaría algunos de sus títulos emblemáticos, como «Taxi Driver», con técnica 3D.

En la misma ceremonia de los críticos neoyorquinos, Brad Pitt ganó como mejor actor por su papel en la película de Terrence Malick «El árbol de la vida», así como en «Moneyball», dirigida por Bennett Miller. Meryl Streep recibió el premio a mejor actriz por su interpretación de Margaret Thatcher en «La dama de hierro».

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