2 de junio 2011 - 00:00

Piquetero a juicio por amenaza con arma

El líder de la agrupación Quebracho, Fernando Esteche, fue procesado sin prisión preventiva bajo la acusación de haber presuntamente amenazado a jóvenes judíos durante una manifestación frente a la Embajada de Irán, en 2006. El juez federal Ariel Lijo lo imputó como presunto «coautor penalmente responsable del delito de amenazas coactivas agravadas por el uso de armas». El magistrado consideró que Esteche lideró un grupo que amenazó con palos e insultos a los manifestantes de origen judío. El hecho se produjo el 23 de agosto de 2006 cuando un grupo de autodenominados «judíos independientes» concurrió a la sede diplomática iraní para manifestarse a favor del Estado de Israel, «contra el terrorismo y por la paz en Medio Oriente». Al llegar se toparon con una formación de Quebracho, liderada por Esteche y cuyos miembros se encontraban en su mayoría encapuchados y con palos en sus manos. La denuncia corrió por cuenta de las autoridades de la mutual judía AMIA y de la Delegación de Asociaciones Israelitas (DAIA).

El procesamiento dictado por Lijo se basó en lo central en las declaraciones que hizo el propio Esteche a los canales de televisión en esa ocasión. «Lo que venimos a hacer es directamente impedir que el fanatismo y la misma agresión y prepotencia que lleva adelante en Medio Oriente, lo quieran hacer este grupo de jóvenes fundamentalistas acá en la Argentina», dijo en alusión a los manifestantes judíos. Y agregó: «No es que queremos impedir, vamos a impedir». Según el expediente, los miembros de la agrupación que pretendía manifestarse en contra de Irán resolvieron retirarse del lugar sin llevar a cabo su protesta. Los incidentes quedaron acotados a los insultos de los alineados con Quebracho.

Lijo intentó en dos oportunidades apartarse del expediente por entender que no se trataba de un delito federal, pero la Cámara del fuero le ordenó continuar con la investigación. Incluso dispuso el archivo de las actuaciones en 2008 pero de nuevo sus superiores dispusieron la reapertura.

Además de las filmaciones televisivas, el juez les tomó declaración a Ariel Polonsky y Gabriel Gorenstein, quienes intentaron participar de la protesta y ratificaron que optaron por retirarse ante la presencia amenazante de Quebracho.

En su defensa, Esteche declaró ante el juez que no hubo delito alguno en esa jornada y dijo sospechar que la causa en su contra continuó, a pesar de los intentos de Lijo por declararse incompetente y luego archivarla, por «una presión del sionismo que opera en la Argentina». Y justificó el uso de palos en las marchas de Quebracho al señalar que son «para la defensa de la propia columna». El magistrado desacreditó las explicaciones y aclaró que «no es la movilización popular lo que se juzga» en el expediente «ni se persiguen las razones que la impulsaron», sino que se trata de «la comisión de un delito determinado por parte de Fernando Luis Esteche y de un grupo de personas aún no identificadas, y no más que eso». Lijo trabó además embargo sobre los bienes del acusado por 1.069,67 pesos.

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