5 de febrero 2008 - 00:00

Acierta Tantanián con extraño cóctel

Con el acompañamiento de Diego Penelas, Alejandro Tantanián interpreta un ecléctico repertorio al que sólo puede darle cierta coherencia un hombre de teatro como él.
Con el acompañamiento de Diego Penelas, Alejandro Tantanián interpreta un ecléctico repertorio al que sólo puede darle cierta coherencia un hombre de teatro como él.
«De noche». Alejandro Tantanián (voz). Con Diego Penelas (piano, dirección musical, guitarra, voz). (Clásica y Moderna; sábados en trasnoche.)

Lo que mejor definiría a este nuevo espectáculo que está presentando Alejandro Tantanian en las trasnoches sabatinas de Clásica y Moderna sería, justamente, su falta de definición. Su show se plantea, en principio, como un recital de canciones. En rigor, no hay otra ficción que la planteada en los textos de las 19 piezas que integran su propuesta. Pero como no podía ser de otro modo, siendo Tantanián un hombre de teatro, su manera de cantar no busca agradar al oído -tiene una voz prolija pero no precisamente bella- sino que intenta, y casi siempre lo logra, alterar las emociones, hacia el dolor, la bronca o la risa de quienes lo escuchan. Permanentemente juega en un límite peligroso que sortea muy bien. Porque el repertorio es de un eclecticismo que no podría resistir ningún otro cantante. Terminado el espectáculo, uno se pregunta cómo fue posible que convivieran con cierta armonía, a lo largo de 80 minutos ininterrumpidos y casi sin solución de continuidad, profundidades poéticas y musicales como «Elegía» de Miguel Hernández-Serrat; el hermoso tango de Mores y Contursi, «Cristal»; «¿Qué recibió la mujer del soldado?» de Weill y Brecht, o «Lágrima» de Amalia Rodríguez, con canciones que rondan la cursilería o la banalidad como «Todos me miran» de Gloria Trevi; «Amor pirata» de Paz Martínez, o «Asignatura pendiente» de Ricardo Arjona.

También asombra que, en medio de todo eso, pasaran además un tema de Sting, el aria de la «Reina de la noche» de «La flauta mágica» de Mozart; «May be this time» de «Cabaret»; una antigua canción inglesa, un tema en ruso o «Just one of those things» de Cole Porter.

Es que desde su postura teatral, sin tomarse nada demasiado en serio ni demasiado en broma -en realidad, nunca queda clara la diferencia-, Tantanián pasea por las canciones, las (sobre)actúa, las pervierte, aún sin modificarle letra ni melodía,, las corrompe con sentido artístico. Entonces, la única coherencia está dada por la unidad que significa su estilo particularísimo, por el muy buen acompañamiento (musical y en parte también actoral) de su pianista Diego Penelas, por el desparpajo con que enfrenta un cóctel por momentos disparatado y en otros emotivo o gracioso.

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