27 de mayo 2025 - 14:56

Ramiro Sanchíz: ficción postapocalíptica a la uruguaya

Diálogo con el prestigioso narrador del país vecino, que acaba de publicar "Los acontecimientos", nuevo título de su saga de "ficción weird" sobre el periodista Federico Stahl

El novelista uruguayo Ramiro Sanchíz, autor de Los acontecimientos

El novelista uruguayo Ramiro Sanchíz, autor de "Los acontecimientos"

El periodista Federico Stahl. buscando documentar lugares abandonados, va como empleado de mantenimiento a pasar una semana en una plataforma petrolera, y enfrenta, en nuestro ya cercano mundo postapocalíptico, a un ente indescifrable y monstruoso, y a una mujer, lejana y misteriosa, en la novela de Ramiro Sanchíz, “Los acontecimientos” (Fondo de Cultura Económica), nueva etapa de la saga Proyecto Stahl, que liga lo fantástico, lo extraño y la ciencia ficción. El destacado narrador y ensayista uruguayo Sanchíz, referente de la ciencia ficción y el weird en Latinoamérica, que lleva publicados más de veinte obras, estará el viernes 31 de mayo, a las 18:30, presentando su nueva novela, y conversando sobre posthumanismo, literatura weird y teoría-ficción, con Florencia Canosa y Claudia Aboaf, en la Librería del Fondo, Costa Rica 4568, CABA,

Periodista: ¿Cómo llega a esa plataforma en el mar de Ojotsk, entre Rusia y Japón?

Ramiro Sanchíz: Los relatos en general se nutren de distintos tipos de ideas. A veces un cuento surge de una idea muy específica y, en mi experiencia, una novela de distintos ríos. Cuando me puse a escribir “Los acontecimientos” estaba muy metido en dos temas. Lo que se ha dado en llamar el giro sónico, un modo actual de pensar la música. Y “El mundo sin nosotros”, como titula su libro Alan Weisman, y las “Islas del abandono” de Cal Flyn, “la vida en los paisajes posthumanos”, lo que quedará de las ciudades si algo pasa con la humanidad. Lo postapocalíptico que ahora ha puesto de moda “El Eternauta”.

P.: ¿Qué es “el giro sónico” que se vuelve enigma, inteligencia y amenaza en su novela?

R.S.: Hay formas actuales de pensar la música que no son desde lo estrictamente musical sino desde el sonido mismo. Me interesan las distintas maneras de pensar el sonido en los últimos tiempos, que va de las armas sónicas, la guerra sónica, a los sonidos anómalos. Una línea que está entre la ciencia ficción y la especulación arraigada en la realidad, con se lo encuentra en libros de David Toop, Simon Reynolds, y de forma clave en Marc Fisher.

P.: ¿Cómo pasa en su novela de las teorías a la aventura?

R.S.: Tenia los lugares abandonados, desoladores, que registró Cal Flyn, lo descubierto sobre el sonido, mi fascinación del mar -de chico era fan de Jacques Cousteau- y a Federico, el personaje que me llevó a desarrollar el “Proyecto Stahl”, que esta vez es un periodista que escribe sobre estructuras abandonadas, y va a conocer una extractiva que se volvió de investigación climática y se está dejando de lado porque ya es inútil el esfuerzo por revertir el cambio climático.

P.: ¿Eso lo lleva a la plataforma petrolera?

R.S.: Siempre me parecieron lugares extraños. Federico está solo y a la intemperie. Y hay algo en el océano que no es una entidad rara, un monstruo, sino algo que produce fenómenos extraños, que parece por momentos inteligente, una suerte de conciencia. Es el horror lovecraftiano. Federico va a trabajar como empleado de mantenimiento una semana. Va a tomar notas y es atrapado por los fantasmas del lugar, por nombrarlos de alguna manera. Y por mi amor por el weird.

P.: ¿Como un nuevo Robinson Crusoe encuentra su Viernes?

E.S.: Descubre que la plataforma es, junto a otras, parte de un complejo que compiten en distintas funciones con el mismo objetivo. Hay algo extraño en eso, algo que Federico busca descubrir en las notas que han dejado sus antecesores. Supone que en las otras plataformas hay personal científico. Busca comunicarse. No obtiene ninguna respuesta, hasta que da con Ada, una científica alemana, la única con quien puede hablar. A la voz de Ada, que llega a pensar que es la de una IA, se suma ese sonido que es un idioma que parece provenir del mar. Federico busca determinar qué está pasando.

P.: Eso conecta con sus ideas...

R.S.: Lo que antes era especulativo, hoy es realidad. La GPT 4 es una inteligencia humana. El cambio climático, la pandemia, nos hizo saber por el cuerpo que no somos el centro de nada, menos de este mundo. Antes creíamos que éramos la inteligencia dominante del planeta, la única. Hoy no solo hay inteligencias artificiales, sino otras no humanas con las que convivimos. Los hongos, por dar un ejemplo, existen en red. A través de la red micelio controlan la humedad, los nutrientes, tienen cierta inteligencia que existe mucho antes que nosotros.

P.: ¿Qué es el Proyecto Stahl, del que en la última página de su novela tiene un gráfico?

R.S.: Hace veinte años se me ocurrió narrar, en novelas y cuentos, las múltiples vidas posibles de un personaje. Federico Stahl es en una es un periodista en una plataforma abandonada, en otra un itinerante pianista de provincias en un mundo postapocalíptico, en otra un taxista que descubre un asesinato, en otra una estrella porno transhumanista, en otra un historiador de la aviación, entre otras alternativas vitales. Es como una serie, un mosaico de novelas y cuentos. Cada uno de los relatos es independiente, pero si se los juntara, sería un abanico de variaciones, como en la música, como lo hicieron Raymond Queneau o Georges Perec. Cada nueva novela alimenta el proceso. Es como una máquina biológica basada en la premisa que hace al Proyecto Stahl. No tengo un plan, no es un rompecabezas, voy viendo qué sale, qué va pasando.

P.: ¿Qué estás escribiendo ahora?

R.S..: Tengo dos novelas terminadas y desde hace dos años vengo tomando notas y haciendo esquemas de una novela larga, no tan larga como “Los Sorias”. Trata de una ciudad oscura, gemela de Montevideo. Partí de la leyenda de Rómulo y Remo. Rómulo funda Roma, y Remo, su gemelo, pensó en fundar una al otro lado, que llamaría Remoria, que sería como el lado oscuro, pero Rómulo lo mata. Yo trabajo sobre cómo sería el gemelo oscuro de Montevideo.

Dejá tu comentario

Te puede interesar