27 de mayo 2025 - 14:42

Rubén Pires: "No se entiende por qué se elimina el Instituto Nacional de Teatro"

Ruben Pires es director y coautor junto a Víctor Winer de “Dios colecciona ángeles caídos”, una tragicomedia que se presenta los lunes en Itaca con actuaciones de Guido D'Albo, Marito Falcón y Josefina Basaldua.

Ruben Pires es director y coautor de “Dios colecciona ángeles caídos”.

Ruben Pires es director y coautor de “Dios colecciona ángeles caídos”.

“Esta obra habla de una gran venganza, del deseo, de la fuerza de la vida y de su irrepetible valor y riqueza, del disfrute de los sentidos, de la imposibilidad de arrepentimiento de algunas personas, de la pureza de sentimientos y del amor a primera vista”, dice Ruben Pires, director y coautor junto a Víctor Winer de “Dios colecciona ángeles caídos”, una tragicomedia que se presenta los lunes en Itaca. Cuenta con actuaciones de Guido D'Albo, Marito Falcón y Josefina Basaldua.

En un rincón olvidado del barrio de La Boca un ex militar enfermo y el fantasma de un soldado se reencuentran para protagonizar una delirante rebelión contra el mismísimo Dios. El dispositivo escénico fue concebido por Pires junto a Alejandro Mateo; Lucio Bazzalo diseñó las imágenes; Nelida Bellomo el vestuario, Roberto Traferri la iluinación y la música original de Mariano Cossa. Conversamos con Pires.

Periodista: ¿Cuál fue la idea original de Víctor Winer y como la retomaron para escribir a dos manos?

Rubén Pires: Víctor me paso una primera escritura en el 2021, al leerlo me interesó la idea que proponía sobre el encuentro entre un ex capitán del ejército y el fantasma de un soldado, y luego aparecía el personaje de la mujer. Lo que más me atrajo realidad fue el título, ya que me permitía abrir interrogantes sobre el lugar de dios en la actualidad, el lugar del poder y el tema de la culpa. En ese momento quedo ahí ya que la pieza no me interpelaba para dirigirla. Luego de un año Víctor me propuso retomar el proyecto pero escribiendo un nuevo material basándonos en la idea que me había compartido. Ya había escrito en coautoría con Nina Cortese una obra llamada “El visitante”, después con Manuel González Gil “El romance del Romeo y la Julieta”, también con él una adaptación de “Canciones para mirar”, con Ricardo Halac “Luna gitana”, con lo cual ya tengo un ejercicio de co-escritura, además realicé traducciones y adaptaciones de obras clásicas de W. Shakespeare, J. Anouilt, Puskin, L. Pirandello, A. Discepolo, Samuel Becket, que es en cierta forma es habar a partir de otras voces, interpretar y dejarse atravesar por los materiales.

P.: ¿Cómo creció la obra en esta reescritura?

R.P.: En esta obra desarrollé el personaje femenino dándole el oficio de modista y que sea correntina, con más presencia en la trama y convirtiéndola en el desencadenante del conflicto. Incorporé un universo que relacionaba el material con la biblia y cierta cosmovisión del bien y el mal que propone la mirada binaria de la realidad judeocristiana, le encontré un final diferente y el personaje del capitán tiene una interpretación más metafísica de la existencia humana. Atravesé los textos por una concepción más nietzscheana, si cabe la calificación.

P.: ¿Cómo creció la obra del papel al escenario?

R.P.: Comenzamos a deconstruir cada frase y me encontré con otro universo que no había concebido en la escritura, junto a los actores fuimos creando todo lo que proponía el lenguaje no verbal, que es la esencia del teatro, aquello que existe entre dos palabras, y fue a partir de lo lúdico, la puesta es una sucesión de juegos dramáticos que habitan en cada una de las seis escenas que componen el cuerpo de la obra.

P.: ¿Cómo trabajaron las áreas artísticas?

R.P.: La puesta es multimedia cuenta con proyecciones durante la hora de duración del espectáculo, son parte del paisaje que se ve detrás del ventanal de la casa y en otros momentos se convierten en protagonistas del cuento para los personajes y para los espectadores, puede ser un comic teatral el que cuenta esta tragicomedia cósmica, La obra transcurre en 2025 pero en un universo distópico, analógico, detenido en el 1994.

P.: ¿Cómo ves el teatro hoy?

R.P.: Lo percibo como un lugar de pertenencia, donde siento mi pulsión de vida, la poética es mi forma de comunicarme sin palabras y con palabras, es la posibilidad de expresarse en una paleta infinita de posibilidades, pero en estos momentos de crisis la creación es despreciada por el poder de turno. Este mismo desprecio hace que se convierta en un hecho político y es un lugar de resistencia de la imaginación, de la posibilidad de soñar. No es buena la eliminación del lugar que había logrado el INT para los creadores de todo el país, se luchó mucho por esa ley en el año 1997, no se entiende cual es el motivo por el cual se elimina.

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