8 de octubre 2004 - 00:00

Arslanian increpado ayer por los vecinos

Pasó un mal momento anoche León Arslanian en San Isidro cuando, durante la presentación de la nueva cúpula policial y su plan para la zona, los vecinos reaccionaron a los gritos, reprochándole la falta de seguridad en esa parte del conurbano, una de las más golpeadas de la provincia. El ministro se había presentado con la intención de amortiguar las quejas locales que se habían expresado sobre el cambio del jefe policial, iniciativa con la que Arslanian volvió a cargar contra integrantes de la Bonaerense. Pero, con su presencia, más que tranquilizar enardeció a los vecinos, hartos de inseguridad.

León Arslanian
León Arslanian
El ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, fue abucheado anoche por vecinos de la zona norte del Gran Buenos Aires, como señal de disconformidad por el mal desempeño que está teniendo la Policía en esa región de la provincia.

Las quejas de los vecinos se escucharon mientras Arslanian, acompañado por todo su gabinete, presentaba a la nueva cúpula policial que se hará cargo de la Departamental de San Isidro, luego del descabezamiento que el ministro ordenó la semana pasada.

Durante esa presentación, cuando los funcionarios mostraban datos estadísticos y explicaban qué medidas instrumentarán, un grupo de asistentes -vecinos de la zona- comenzaron a abuchear al ministro y sus colaboradores. «No queremos datos, queremos seguridad», le reclamaban.

Entre los planteos, hubo una clara oposición a la purga que ordenó Arslanian días atrás que alcanzó incluso a quien era jefe de la departamental norte, comisario Rubén Cabrera, quien logró, incluso, el respaldo del intendente de Vicente López, Enrique García, además de organizaciones y entidades de vecinos de la región.

El ministro había concurrido, además, para explicar que la purga se ordenó porque se detectaron irregularidades en la actuación policial.

Eso se comprobó a partir de seguimientos y filmaciones sobre policías sospechados de
«vender seguridad» a comerciantes de la zona a quienes, además, extorsionaban para que les paguen a cambio de destinar efectivos y móviles a custodiar sus locales.

Según lo indicado, los investigadores de Asuntos Internos de la Bonaerense comprobaron que policías le cobraban a comerciantes de la región para brindarles una cobertura adicional que no estaba contemplada en los programas diseñados por la cartera de Seguridad.

La explicación oficial tuvo un objetivo: desvincular la purga que la semana pasada alcanzó a 33 efectivos de la Departamental de San Isidro de la denuncia anónima sobre un supuesto complot, con participación de jefes policiales, para asesinar a Arslanian.

Según anunció el nuevo jefe,
Guido Pesce, se incrementaron los controles policiales y la custodia en las calles a partir de reorganizar los « recursos disponibles» para mejorar la prestación del servicio de seguridad.

Solá y Arslanian
presentaron anoche en San Isidro (Bs.As.) la nueva cúpula de la Jefatura Departamental de San Isidro, luego de que 37 efectivos -entre ellos varios integrantes de la plana mayor de esa dependencia- fueran desplazados de sus cargos.

El comisario inspector
Jorge Omar Nasrala, quien hasta el momento se desempeñaba como jefe de la Departamental Morón, pasó a ser el nuevo jefe de la DDI de San Isidro. El comisario inspector Víctor Hugo Iglesias fue designado como segundo jefe. Al frente del Comando de Patrullas de San Isidro seguirá el comisario inspector Adrián Luongo, quien fue ratificado en el cargo.

Otros cinco altos oficiales provenientes de diferentes destinos acompañarán a
Nasrala en su gestión en San Isidro. Los nombramientos apuntan a cubrir los cargos que habían quedado vacantes luego de la última «purga» operada el 29 de setiembre pasado por las autoridades de la cartera de Seguridad provincial, encabezada por el ministro Arslanian.

En ese momento, fueron desplazados el anterior titular de la Departamental de San Isidro, comisario
Rubén Cabrera, y otros 36 efectivos, entre oficiales y suboficiales. Entre otros altos oficiales, habían sido desplazados por disposición del Ministerio los comisarios Carlos Ricardo Szenasi, Eduardo Rubén Díaz, Hilario Claudio Albarracín, Miguel Provenzano y Fernando Lentini.

Solá
justificó ayer la última purga policial de Buenos Aires en que los efectivos desplazados «vendían seguridad privada a quienes podían pagarla y desprotegían a quienes no podían pagarla».

En declaraciones que formuló a la prensa antes de participar de un acto con sindicalistas en la Capital Federal, el mandatario provincial se vio obligado a ratificar de nuevo en su cargo a Arslanian.

Al explicar por qué fueron pasados a retiro y declarados prescindibles más de 35 efectivos de la Departamental San Isidro de la Policía provincial, reveló que muchos de los que debieron dejar la fuerza
«tienen la razón por la que fueron sacados, que es porque se vendía desde los servicios policiales, vigilancia privada a quienes podían pagarla, y se desprotegía a quienes no podían pagarla».

Esta situación, según el gobernador bonaerense, se daba «en muchos casos», pero aclaró que no era «en todos».

«Me parece que hay gente, que tiene poder e influencia, que estaba pagando vigilancia privada y está reaccionando, y que eso es lo que ha ocasionado este intento de limar al ministro Arslanian, que está trabajando como siempre y tiene todo mi apoyo»,
sostuvo.

Sobre si le llama la atención el hecho de que siempre después de una purga en la Policía Bonaerense se produzcan secuestros en el conurbano, Solá precisó:
«No tenemos tan ligados» ambos temas. «Lo que me llama la atención es que habiendo salido de la fuerza cerca de 800 hombres, los últimos 37 que pertenecen a la región donde vive la gente más rica, la zona norte, hayan generado tanto lío», sostuvo.

Solá
afirmó que los rumores sobre una renuncia de Arslanian «son todo verso, mentira, pura espuma», y dijo no saber de dónde provienen los rumores, al tiempo que destacó que «no está tan ligado».

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