15 de agosto 2004 - 00:00
Nicolás Garnil descansa junto a su familia tras 21 días de permanecer secuestrado
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Además se determinó que mientras estuvo cautivo, Nicolás fue alojado en por lo menos dos lugares, uno de ellos en Pilar y otro en Garín donde finalmente lo liberaron.
Voceros del área de secretaría de Seguridad Nacional contaron que anoche, ni bien se conoció la liberación de Nicolás, el titular de esa cartera se comunicó con su par bonaerense, León Arslanian, y tras la confirmación, lo llamó al presidente Néstor Kirchner y le comunicó la noticia.
Minutos antes de la 1 de la madrugada, Nicolás llegó a su casa, mientras en la puerta se congregaban vecinos y amigos de la familia que festejaban la liberación del chico.
Las fuentes consultadas indicaron que la única prueba de vida realizada a lo largo del secuestro se recibió esta semana, y fue clave para que la familia pagara un rescate.
Lo que fue interpretado como una prueba de vida anterior, en realidad fue un dato íntimo de la familia que aportó Nicolás y que se convirtió en una palabra clave para que los verdaderos secuestradores se identificaran cada vez que llamaban, para evitar que otros delincuentes "mejicanearan" el rescate.
Fuentes policiales indicaron que Nicolás, en apariencia, estaba en perfecto estado de salud.
Una vez que se conoció la liberación del joven, amigos, familiares y vecinos se congregaron en la puerta de la familia Garnil y, entre aplausos y cánticos, lograron que el joven se asomara por una de las ventanas del primer piso.
Minutos después, Susana de Garnil salió por la puerta principal de la casa, separada a unos tres metros de las rejas que dan a la calle y dio un mensaje: "Que la gente no deje de poner banderas blancas en sus casas para que nunca nadie más vuelva a pasar esto", y además precisó que el chico "está bien".
Luego, los compañeros de colegio de Nicolás y los vecinos organizaron, junto con sacerdotes que llegaron al lugar, una cadena de oración en agradecimiento por la liberación del joven.
Nicolás, un estudiante secundario de 17 años del colegio Pilgrims de San Isidro, fue secuestrado el 25 de julio pasado cuando iba en un auto rumbo a misa y una banda de delincuentes armados les cruzó el paso y capturó al chico.
Los secuestradores pidieron en un primer momento unos 300 mil pesos de rescate a la familia, que no estaba en condiciones de pagar, pese a que su padre Juan Carlos es un médico especialista en diagnóstico por imágenes y su madre Susana, ginecóloga.
El caso originó una serie de actos y manifestaciones públicas de vecinos de San Isidro, que a lo largo de los 20 días de cautiverio dieron apoyo a la familia con rezos y mensajes de aliento.
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