La deficiencia de hierro se duplica cada trimestre durante el embarazo, pasando de un 5.3% en el primer trimestre a 27.5% en el tercero. Esta deficiencia no solo afecta la formación de glóbulos rojos, sino que también perjudica funciones cognitivas, motoras y emocionales en los niños.
Deficiencia de hierro: el obstáculo invisible que enfrentan 4 de cada 10 mujeres embarazadas y que puede poner en riesgo el neurodesarrollo de sus hijos
La falta de hierro es la causa principal de la anemia y la deficiencia nutricional más común a nivel mundial, afectando a 3 de cada 10 mujeres en general y a 4 de cada 10 embarazadas.
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Aproximadamente el 80% del hierro que necesita el bebé se acumula en el último trimestre del embarazo.
Cada vez que una madre acaricia su vientre, sueña con un futuro lleno de oportunidades para su bebé. Pero para millones de mujeres embarazadas, la deficiencia de hierro se convierte en un obstáculo invisible que amenaza esos sueños.
Una reciente encuesta encargada por CSL Vifor a mujeres de entre 18 y 48 años de Colombia, México, Chile y Argentina para precisar el nivel de conocimiento sobre el déficit de hierro y sus consecuencias, reveló que 8 de cada 10 mujeres no conocen lo suficiente acerca de esta amenaza oculta. Esta cifra aumenta a 9 de cada 10 en el grupo de mujeres más jóvenes (18 - 25 años) y entre aquellas que nunca han estado embarazadas.
La falta de hierro es la causa principal de la anemia y la deficiencia nutricional más común a nivel mundial, afectando a 3 de cada 10 mujeres en general y a 4 de cada 10 embarazadas.
El hierro es un mineral crucial durante el período perinatal (embarazo y primeros 24 meses), cuando el cerebro experimenta un crecimiento acelerado y se forman conexiones esenciales claves para el aprendizaje y la memoria. La ausencia de este puede tener efectos permanentes en el desarrollo cerebral y cognitivo de los niños, asociándose con menor desarrollo motor, un coeficiente intelectual más bajo y dificultades en el aprendizaje y la memoria.
Aproximadamente el 80% del hierro que necesita el bebé se acumula en el último trimestre del embarazo. Por eso, es importante que las mujeres mantengan niveles adecuados de hierro a través de una dieta balanceada y, cuando sea necesario, suministren suplementos.
Un estudio de la Universidad de British Columbia identificó que puede existir una relación significativa entre la DH y el desarrollo de condiciones como Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el Trastorno del espectro Autista (TEA).
En los países de ingresos bajos y medianos, la deficiencia de hierro es responsable de un 20% de las muertes antes del nacimiento y un 10% de las muertes maternas. Esta condición afecta no solo la salud de las mujeres, sino también el bienestar de las futuras generaciones.
El Dr. Pablo Carpintero, Médico Especialista, Consultor en Ginecología y Obstetricia, y profesor de la Universidad de Maimónides en Buenos Aires, destacó: “En Argentina, se ha evidenciado una relación significativa entre la anemia y embarazo, con una prevalencia 10% mayor en mujeres embarazadas en comparación con aquellas en edad reproductiva, siendo la deficiencia del hierro las principal causa de la anemia. Esta situación se ve agravada por diversos factores, como dietas deficientes en hierro, alta incidencia de infecciones parasitarias y limitaciones en el acceso a servicios de salud adecuados. Por ello, resulta esencial priorizar intervenciones orientadas a mejorar las condiciones de este grupo poblacional”.
El hierro es crucial para el desarrollo del cerebro durante los primeros años de vida. Prevenir su deficiencia es fundamental para asegurar un desarrollo cognitivo saludable y evitar condiciones que impacten la calidad de vida a largo plazo.
Al respecto, consultamos a María Cecilia Braxs, hematóloga de la Universidad Católica de Córdoba, Clínica Reina Fabiola.
Periodista: ¿Por qué es importante hablar sobre el déficit de hierro?
María Cecilia Braxs: Es importante hablar sobre el déficit de hierro porque, muchas veces, sus síntomas pasan desapercibidos o se normalizan. Las mujeres, en particular, tienden a minimizar señales como el cansancio o la caída del cabello, atribuyéndolos al ritmo de vida, sin preguntarse si la menstruación es demasiado abundante o si el embarazo ha impactado sus niveles de hierro. Esta falta de conciencia hace que muchas sigan con su vida como si nada.
Difundir información y educar sobre este tema es clave para que más personas puedan identificar los signos a tiempo y evitar que la deficiencia de hierro avance hasta convertirse en anemia. Hablar del tema no solo ayuda a mejorar la calidad de vida, sino que también permite que más personas accedan a un diagnóstico y tratamiento adecuados.
P.: Se habla mucho sobre la anemia, pero el déficit de hierro puede presentarse antes de que esta se desarrolle. ¿Cuáles son los primeros signos de alerta y cómo puede prevenirse?
M. C. B.: El déficit de hierro y la anemia no son lo mismo, aunque a menudo se confunden. No toda anemia se debe a una deficiencia de hierro, ya que existen otros tipos, como la anemia por falta de vitamina B12. Sin embargo, la anemia más frecuente es la causada por déficit de hierro, lo que lleva a que muchas veces no se diferencien correctamente.
El déficit de hierro ocurre cuando los depósitos de hierro en el organismo comienzan a agotarse, antes de que se desarrolle una anemia. En este punto, pueden aparecer síntomas sutiles como fatiga persistente, menor rendimiento en el trabajo o las actividades diarias, caída del cabello y sensación de debilidad. Muchas veces, estos signos se atribuyen al estrés o al ritmo de vida, lo que retrasa la consulta médica.
Las mujeres en edad fértil son particularmente vulnerables debido a la menstruación y el embarazo, momentos en los que la demanda de hierro aumenta significativamente. Sin embargo, muchas veces estos síntomas se minimizan o se normalizan, lo que hace que el déficit de hierro pase desapercibido.
La clave para la prevención está en la detección temprana. Es fundamental que las mujeres se realicen controles regulares de sus niveles de hierro, especialmente si presentan menstruaciones abundantes, están embarazadas o notan síntomas de cansancio persistente.
P.: Muchas mujeres sufren fatiga crónica sin conocer la causa. ¿Podría el déficit de hierro ser el responsable de este agotamiento persistente? ¿Cómo pueden reconocer que este agotamiento no es "normal" y que podría estar relacionado con una deficiencia de hierro?
M. C. B.: El déficit de hierro puede ser una de las causas detrás de la fatiga crónica, aunque muchas veces pasa desapercibido. Cuando los niveles de hierro comienzan a bajar, el cuerpo empieza a tener problemas para producir energía, lo que genera cansancio, debilidad y dificultad para concentrarse. Si empezás a notar que el cansancio es constante, que te cuesta rendir en el trabajo o en tus actividades diarias, eso puede ser una señal de déficit de hierro.
P.: Durante el embarazo, las necesidades de hierro aumentan considerablemente. ¿Cómo afecta su deficiencia al desarrollo del bebé y a la salud materna?
M. C. B.: Durante el embarazo, el hierro cumple un rol fundamental tanto para la salud de la madre como para el desarrollo del bebé. Las necesidades de este mineral aumentan considerablemente porque el bebé utiliza gran parte del depósito de hierro de la madre para su crecimiento. Además, el parto y el postparto implican una pérdida de sangre significativa, lo que puede agravar aún más la deficiencia de hierro si no se ha prevenido a tiempo.
Cuando una embarazada no cuenta con reservas suficientes de hierro, pueden surgir complicaciones como mayor riesgo de parto prematuro, preeclampsia y hemorragia obstétrica durante el parto. Además, la falta de hierro en la madre puede afectar al bebé, ya que este depende de los nutrientes maternos para su desarrollo adecuado.
Por eso, es clave que las embarazadas lleguen al parto con un buen nivel de hierro en su organismo. Esto no solo ayuda a reducir riesgos durante el embarazo y el parto, sino que también les permite reponer lo que pierden en el postparto y contar con suficiente hierro para la lactancia.
Detectar y tratar a tiempo la deficiencia de hierro en el embarazo puede prevenir complicaciones innecesarias, reducir la necesidad de transfusiones y asegurar un mejor inicio para la madre y el bebé.
P.: El déficit de hierro es una condición frecuente, pero poco diagnosticada. ¿Qué importancia tienen la alimentación en su prevención y tratamiento?
M. C. B.: El hierro está en una serie de alimentos, pero no todos tienen la misma capacidad de absorción. El hierro de origen animal (carne, leches, huevo) se absorbe mucho más que el de origen vegetal, que puede estar en las legumbres, frutos secos, la acelga, el trigo. Es decir que, llegado el hierro al intestino, el de origen animal se absorbe en un 30%; en cambio, el de origen vegetal se absorbe solo un 5%
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