Refugio de Caballeros: su dueño lo soñó por 15 años y hoy es un spa masculino que revoluciona el bienestar

Nicolás Fábrega y Juan Gastón Bourette crearon Refugio de Caballeros, un spa en Villa Crespo que naturaliza la estética e invita a cuidar la salud y el bienestar de los hombres.

Nicolas Fábrega y Juan Gastón Bourette, dueños del spa. 

En pleno corazón de Villa Crespo, un elegante local ofrece una propuesta que, en apenas un año, cambió las reglas del juego del cuidado personal masculino. Se trata de Refugio de Caballeros, un spa exclusivo para hombres que hace una semana celebró su primer aniversario tras haber logrado un importante objetivo: naturalizar la estética y el bienestar masculino más allá de la barbería.

“Es un sueño que tuve durante 15 años”, cuenta Nicolás Fábrega, abogado de profesión y apasionado por la moda, ya que estudió corte y confección. Fábrega fundó Refugio de Caballeros junto a su socio Juan Gaston Bourette, arquitecto y creador del diseño del local. El resultado es una atmósfera sobria y sofisticada, pensada para relajar, reconectar y, sobre todo, hacer sentir cómodos a los hombres.

De cuidado facial y corporal hasta sastrería

El concepto es claro: bienestar integral. En Refugio de Caballeros los clientes pueden acceder a servicios como manicura, pedicura, limpieza facial, depilación láser, masajes con piedras calientes o ventosas, y hasta probarse un traje a medida en su exclusivo rincón de sastrería, ideal para novios o eventos especiales. Todo, sin salir del local.

Refugio de Caballeros, el spa para hombres.

“Antes esto era tabú. El hombre iba a lugares pensados para mujeres. Hoy tiene un espacio propio”, explicó Fábrega. Y no se trata solo de estética: muchos de los servicios ofrecidos, como la pedicura o los masajes, contribuyen a la salud física y al bienestar emocional. “El hombre quiere estar mejor, sentirse y verse mejor”, resumió su fundador.

La importancia del cuidado

A un año de su apertura, el perfil del cliente habitual es mayormente el de hombres de 30 años en adelante que incorporaron estas rutinas como parte de su vida. Algunos eligen hacer el circuito completo —relax, facial, traje y salida con look renovado—, otros prefieren tomarse un café o un whisky en el lugar mientras esperan su turno para un tratamiento puntual.

El local, que cuenta incluso con ducha, invita a quedarse. “Refugio está pensado para eso: para quedarse, para frenar”, dijo Fábrega.

Para el Día del Padre, ofrecen promociones especiales, con el objetivo de seguir derribando mitos y conquistando nuevos clientes dispuestos a cuidarse sin prejuicios.