En un intento por diversificar su economía y captar divisas, Corea del Norte inaugurará la próxima semana su proyecto turístico más ambicioso: un complejo vacacional sobre la costa este del país que promete ser el emblema de una nueva etapa para la golpeada industria turística norcoreana.
Corea del Norte apuesta al turismo para reactivar su economía: inaugura un megacomplejo costero
El régimen norcoreano presentó un complejo playero con capacidad para 20.000 personas. Por ahora, solo estará disponible para el turismo interno, pero ya hay viajes organizados desde Rusia.
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El proyecto forma parte del plan de Kim Jong-un para impulsar el turismo como fuente alternativa de ingresos.
El desarrollo, ubicado en la zona de Wonsan-Kalma, incluye infraestructura hotelera y de recreación con capacidad para albergar hasta 20.000 personas, según informaron medios estatales. Sin embargo, la reapertura total de fronteras para visitantes extranjeros aún no tiene fecha confirmada.
La ceremonia de inauguración fue encabezada por el líder Kim Jong-un, quien destacó la obra como uno de los “grandes logros del año” y el “primer paso” hacia el fortalecimiento del turismo como política de Estado. A corto plazo, el complejo comenzará a recibir únicamente a turistas nacionales.
Expectativa por el turismo ruso, cautela con China
Mientras se aguarda una apertura más amplia al turismo internacional, Rusia se posiciona como el primer país en enviar visitantes. La región rusa de Primorsky confirmó que el 7 de julio partirá el primer contingente rumbo a Wonsan-Kalma. El viaje incluirá también recorridos por las principales atracciones de Pyongyang.
Desde febrero, Corea del Norte ha permitido el ingreso de turistas rusos a zonas específicas, en paralelo al fortalecimiento del vínculo político-militar con Moscú. En contraste, los tours grupales procedentes de China -que representaban más del 90% del turismo extranjero antes de la pandemia- continúan suspendidos.
Analistas interpretan esta demora como parte de las tensiones actuales entre Pyongyang y Pekín. A pesar de ello, expertos coinciden en que Corea del Norte no podrá sostener el proyecto sin reactivar el flujo de visitantes chinos, clave para garantizar el retorno económico de la inversión.
Turismo como motor económico, pero con restricciones
El impulso al turismo forma parte de una estrategia más amplia del régimen norcoreano para paliar la crisis económica provocada por el aislamiento internacional, las sanciones y la pandemia. No obstante, las restricciones sanitarias y políticas siguen dificultando el regreso masivo de viajeros internacionales.
El proyecto de Wonsan-Kalma es uno de los más promocionados por Kim Jong-un y, según la prensa oficial, será replicado con nuevos desarrollos en otras regiones del país. Se trata de una apuesta fuerte en un contexto adverso, en el que los ingresos por turismo se volvieron aún más necesarios para sostener la economía local.
Por ahora, las visitas desde Corea del Sur o Estados Unidos se consideran altamente improbables, a pesar de gestos recientes de líderes como Donald Trump y el nuevo presidente surcoreano Lee Jae Myung, quienes manifestaron su intención de reanudar el diálogo con Pyongyang.
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