Yolodoor se presenta al mercado con la primera puerta blindada inteligente doméstica. Diseñada en aluminio, disponible en 10 acabados que se integran perfectamente en cualquier hogar. Se produce adhoc para cada cliente con las medidas exactas que permiten sustituir sin obras la puerta anterior.
Así funciona la puerta inteligente que recibe tus compras sin que estés en casa
Se vende online y se instala en 5 minutos sin obras. Está conectada a la red de Internet y al smartphone del propietario. Cuando llega el correo, se abre sola y recibe la entrega automáticamente.
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Ideada y diseñada en España, el equipo de Yolodoor ha estado tres años desarrollando y testando el producto hasta dar con una puerta segura, inteligente y de fácil instalación que se integre perfectamente en cualquier hogar. La puerta está compuesta por una estructura exterior de aluminio que guarda en su interior el Smart Ingot, el cerebro y escudo de Yolodoor, un bloque de hierro que da vida a la puerta, permitiendo la activación de la compuerta mecánica ( 290x470mm) y una bandeja automática para recepcionar la paquetería, con una capacidad de carga de +30kg.
“Llevamos muchos años dedicándonos a la tecnología y a la venta online, enviando más de 400 paquetes diarios. Una nueva realidad ha creado nuevos hábitos de compra y problemas de tiempo, dinero y salud para todos los agentes: cliente final, empresas de reparto y logística, vendedores y medio ambiente. Durante tres años nos hemos centrado en desarrollar y actualizar una puerta que ayude a solucionar estos problemas y que se integre en armonía en cualquier hogar, reduciendo el impacto y dando libertad al consumidor”, aseguró su inventor y empresario Daniel Graña.
Cómo funciona la puerta inteligente
Yolodoor se conecta a la red y al smartphone del propietario. Una vez realizada la compra online, el usuario solo tiene que registrar la entrega o devolución con el número seguimiento en la app de Yolodoor (disponible para Android e i0S). El mensajero, desde su aplicación Yolodoor Delivery, escanea el código del paquete y la compuerta se abrirá por un tiempo definido de 30 o 60 segundos quedando registrada la apertura y entrega. Dando la opción también de que el mensajero pueda contactar con el usuario y que éste le abra la compuerta.
Por fuera Yolodoor está hecha de una carcasa de aluminio imantada. En su cara interior que permite personalizarla además de colocar el Intimísimo, una cortina magnética rígida que se adapta a la entrega del paquete y a su vez resguarda la intimidad del hogar.
En su interior, se encuentra el Smart Ingot un bloque de acero inoxidable que protege la tecnología de la puerta y la hace blindada y consistente. Este corazón de la puerta activa todas las funciones incluida su cerradura inteligente con seguridad de tres puntos antibumping y dos bulones hook. Además de sensores de proximidad, seguridad e intensidad y dispone de un sistema de alarma que detecta cualquier movimiento en el interior de la vivienda.
El software que utiliza la tecnología Yolodoor tiene como prioridad la seguridad de los datos del usuario. Por ello, pone todos los medios a su disposición para evitar el acceso a los mismos, tanto desde fuera de la puerta (internet) como desde una conexión directa al propio dispositivo.
El software de la puerta se encuentra fragmentado en distintos módulos que comparten información utilizando distintos registros de la memoria virtual del procesador en lugar de memoria física del sistema, impidiendo el acceso a la placa de la puerta. Los datos que se transmiten al exterior, como el código de error de la puerta o su estado, se encuentran almacenados en una base de datos de Google cuyo acceso se encuentra limitado por unas reglas estrictas de acceso.
Además, esta base de datos tiene sus servidores en la Unión Europea, por lo que los usuarios de la Yolodoor se encontrarán amparados por las leyes de protección de datos y privacidad de la UE, que son muy restrictivas y protectoras.
Por último, las puertas y los usuarios se reconocen por códigos generados y que no están asociados a sus datos personales, por lo que aunque se capturasen los mensajes enviados entre la puerta y el exterior, no habría forma de vincular los datos con la puerta a la que se dirigen o el usuario al que pertenecen.
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