La visita del multimillonario mexicano Carlos Slim a Uruguay reavivó el debate sobre el futuro de la jornada laboral, ya que el empresario propuso trabajar solo tres días por semana ante el avance de la Inteligencia Artificial (IA), sin embargo, el sector empresarial uruguayo está de acuerdo con la flexibilización, pero no en la reducción de horas.
La propuesta que divide a empresarios y sindicalistas, ¿Se puede trabajar solo tres días por semana?
Empresarios rechazan la reducción horaria pero apoyan la flexibilización, mientras los sindicatos mantienen su reclamo histórico de las seis horas.
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La reducción de la jornada laboral vuelve al debate en la antesala del Día del Trabajador
Desde la Cámara de Comercio y Servicios, advierte que flexibilizar "no es lo mismo que reducir" y plantean que los Consejos de Salarios deben discutir el futuro del trabajo, no solo salarios.
"Tenemos que ir hacia una flexibilización del horario de trabajo, que no es lo mismo que la reducción", afirmó Julio César Lestido, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (Ccsuy), en entrevista con Crónicas. La distinción es clave para entender las posiciones en un debate que promete intensificarse en las próximas rondas de negociación colectiva.
Slim, quien posee una fortuna estimada en 93.000 millones de dólares, pidió en un evento del Círculo de Montevideo que "haya personas que trabajen lunes, martes y miércoles, y otras el jueves, viernes y sábado. Así se amplía la gama de empleo". El empresario mexicano argumentó que los avances como la IA "pueden desplazar muchos empleos", pero tienen "la generosidad de que las personas tengan más tiempo para su vida".
La propuesta generó reacciones en el arco político. El presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, comentó en tono de broma que "Slim lo dejó a la derecha" del espectro político. Consultado formalmente, Pereira planteó: "Si hay un desarrollo productivo, si hay evolución científica tecnológica, si las empresas tienen más productividad, ¿Por qué los trabajadores no van a tener jornadas menores de trabajo?".
Sin embargo, el exministro del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Pablo Mieres, rechazó la visión de Slim: "La historia de las revoluciones tecnológicas y científicas muestran que aumentaron la cantidad de empleos. Sería la primera vez en la historia que se dé algo inverso".
La visión empresarial: flexibilidad sin reducción
Para el sector empresarial, la clave está en adaptar los horarios a las nuevas realidades sin reducir la carga horaria total. "Yo puedo negociar con un trabajador que trabaja 8 horas y que me plantee que un día trabaje 10 horas y al siguiente 6 horas, o que el viernes se vaya más temprano porque se quiere ir para afuera con amigos. Hoy no se puede, pero eso está bárbaro", explicó Lestido.
El titular de la cámara propuso ir más allá: "O que se hagan horas extra, y que en vez de pagárselas se tome días, que elija. En el cómputo del pago de horas extras, ¿por qué no se puede hacer?".
Lestido advirtió que el mundo del trabajo cambió radicalmente: "Hoy estamos teniendo un mundo del trabajo que no es el mismo que hace 30 años. Los Consejos de Salarios son una buena herramienta, pero tenemos que mirarlos no solo pensando en salarios, sino también discutiendo el futuro del trabajo".
El reclamo histórico del PIT-CNT
Del otro lado de la mesa, el movimiento sindical mantiene firme su reclamo histórico. Llevar la jornada de trabajo a las seis horas está en la plataforma reivindicativa de la central sindical, un planteo que ha sido uno de los más importantes del PIT-CNT en los últimos tiempos.
La distancia entre ambas posiciones es evidente: mientras los empresarios buscan mantener la productividad con horarios más adaptables, los sindicatos apuntan a reducir efectivamente las horas trabajadas argumentando que los avances tecnológicos deberían traducirse en más tiempo libre para los trabajadores.
El impacto en costos y competitividad
Para el sector empresarial, la reducción de la jornada laboral sin reducción salarial equivaldría a un aumento directo de costos en un momento de presión competitiva. "Es fundamental que a las empresas se las tome en cuenta por tamaño y lugar geográfico para la negociación colectiva", reclamó Lestido.
El presidente de la Ccsuy alertó sobre el impacto desigual de las medidas uniformes: "En la rama, generalmente van a negociar los más grandes y lo que acuerden en la cúpula de la rama, baja y permea para todo el sector, y no todo el sector, aunque esté en la misma rama, puede bancar eso, por su tamaño y por su localización".
Lestido puso como ejemplo las empresas de frontera: "El gobierno anunció que aquellas empresas que estén en un radio de 60 km de la frontera, cuando tomen una persona, de aquí a un año tendrán la exoneración de un 75% de los aportes. Pero si voy a esa empresa y le digo que los sueldos base de 38.000 pesos tendrán un incremento del salario real que terminará con el 13%, ¿Cómo hacen esas empresas? Compiten con empresas de Brasil del otro lado de la frontera".
Lestido advirtió sobre la necesidad de abordar el tema con realismo: "La flexibilidad horaria es una de las cosas que debemos cambiar. Pero flexibilización no es lo mismo que reducción. Podemos discutir nuevas modalidades de trabajo, pero siempre considerando la realidad de cada sector y cada empresa".


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