30 de septiembre 2025 - 10:37

Pese a complicaciones en varias empresas, el empleo sigue alto

El empleo se ha estabilizado en niveles máximos desde 2015. Pese a "luces amarillas" en la industria y otros sectores, sigue claramente arriba respecto al año pasado.

El empleo se mantiene en buenos niveles, a pesar de las dificultades de algunas empresas.

El empleo se mantiene en buenos niveles, a pesar de las dificultades de algunas empresas.

Foto: Freepik

Los datos del mercado de trabajo correspondientes al mes de agosto mostraron que los indicadores de empleo se mantienen robustos, pese a algunas situaciones preocupantes en ciertas empresas y sectores, como la industria.

La tasa de empleo se mantuvo en 59,8%, más de medio punto por encima del registro de un año atrás. Según la estimación del INE, hay 1.767.000 de trabajadores ocupados, unos 32.000 más que hace un año.

Dado que la tasa de actividad (la cantidad de gente de más de 14 años que está en el mercado) se ha mantenido, el aumento en el empleo se traduce en una caída del desempleo. En efecto, la tasa quedó en 7% en agosto (en julio estaba en 6,9%), casi un punto y medio menor a la de un año atrás (en agosto de 2024 estaba en 8,4%). Esto implica que bajó en unos 26.000 el número de trabajadores desocupados, que el INE estima hoy en unos 133.000.

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La tasa de empleo se mantuvo más de medio punto por encima del registro de un año atrás.

La tasa de empleo se mantuvo más de medio punto por encima del registro de un año atrás.

Los datos reflejan que, pese a dificultades a varios niveles, el mercado en general sigue firme, en niveles de empleo que son máximos de más de 10 años. Los datos del propio INE muestran que el empleo en la industria cae, lo que calificamos recientemente como una ‘luz amarilla’. El empleo industrial es relevante en sí mismo y por su efecto indirecto en otros sectores.

Los buenos números del mercado laboral

Aún así, el mercado general de trabajo sigue con buenos números en términos históricos, lo cual puede tener explicaciones. Por un lado, la propia modalidad de la Encuesta de Hogares cataloga como desocupado al trabajador sin empleo y que no tiene indicios de poder emplearse en el futuro próximo. De manera que si, por ejemplo, un trabajador en una industria va a seguro de paro, pero tiene perspectivas de volver a trabajar allí, no es estrictamente un desocupado y así podría declararlo. De todas formas, si la situación de la industria del caso no se revierte, la desocupación se configura.

Pero hay otros sectores que generan empleo, más allá de la industria. Es insoslayable que la gran cosecha agrícola que se levantó este año (récord histórico para Uruguay) genera mucho empleo en transporte y servicios, y también empleo indirecto por mayor consumo. El propio aumento de los salarios reales (por la menor inflación) también abona ese mayor consumo y -con él- más trabajo. Asimismo, sectores como el turismo y las tecnologías de la información siguen dinámicos y -en general- mejor que hace un año, aunque obviamente con circunstancias distintas según cada empresa.

Otro plano del análisis tiene que incorporarse en términos de la calidad del empleo que se está sosteniendo. En este sentido, el INE aporta 2 indicadores clave. Por un lado, la informalidad (el INE lo califica como “no registro en la seguridad social ”). Este indicador está en 22,3% de los ocupados; la tasa está 1 punto por encima de lo registrado en agosto de 2024 (21,2%), pero en la tendencia de los últimos meses este indicador no ha tenido grandes variaciones, manteniéndose en el eje de 22% desde fines de 2023. Hacia 2021-2022 llegó a estar más cerca de 20-21%, pero luego subió. De manera que no puede decirse que el mercado haya mostrado un deterioro reciente en el indicador y éste está por debajo de los niveles pre pandemia, cuando la informalidad se ubicaba en torno a 25%.

Otro indicador de calidad de empleo es el subempleo (los ocupados que pueden y quieren trabajar más de lo que trabajan). En este caso, el indicador está en 9,7%, medio punto por encima de su nivel de agosto de 2024, un año atrás. Pero tampoco aquí hay una diferencia sustancial en la tendencia, respecto al año anterior. De manera que el mercado de trabajo, en sus indicadores globales, se mantiene firme y sin por eso resignar calidad de empleo.

Al menos por ahora. Los problemas de competitividad, la proyección de un crecimiento económico menor en los próximos meses y el aumento del salario real previsto a corto plazo, por el mero efecto de la baja de la inflación, le seguirá poniendo presión al mercado de trabajo y el empleo. Nuevas inversiones, que el gobierno busca con insistencia, o novedades positivas en materia comercial o en las economías regionales, podrían neutralizar -al menos en parte- esas presiones.

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