16 de diciembre 2025 - 15:11

Sebastián Peaguda: "El sistema previsional necesita ajustes permanentes, no discusiones coyunturales"

El flamante presidente de la Asociación Nacional de AFAP (Anafap) identificó los desafíos de la seguridad social y puso el foco en las posibilidades de inversión.

El presidente de Anafap, Sebastián Peaguda, analizó los desafíos del sistema previsional del Uruguay.

El presidente de Anafap, Sebastián Peaguda, analizó los desafíos del sistema previsional del Uruguay.

Los desafíos del sistema previsional uruguayo, la discusión sobre el sistema mixto y la necesidad de avanzar hacia una mayor inserción internacional de los portafolios de inversión del ahorro previsional fueron algunos de los ejes que analizó el flamante presidente de la Asociación Nacional de AFAP (Anafap), Sebastián Peaguda, en diálogo con Ámbito.

Economista egresado de la Universidad de la República y con un MBA por el IEEM, Peaguda cuenta con más de 20 años de trayectoria profesional y una amplia experiencia en sectores como el financiero, tecnológico y retail en compañías como Citigroup, Tyco International, ING e IBM Uruguay, habiendo ingresado en 2010 a Afinidad AFAP, hoy AFAP SURA, donde se desempeñó en gerencias de Operaciones y TI, Gestión, y desde 2016 ocupa el cargo de gerente general. Desde ese lugar, observó también la realidad del diálogo social que planteó el gobierno de Yamandú Orsi.

¿Cuáles son hoy los principales desafíos que enfrenta Anafap en el contexto actual del sistema previsional?

—Toda gremial tiene una agenda de trabajo permanente, con temas que no son coyunturales sino estructurales. En nuestro caso, hay preocupaciones que se repiten en el tiempo y otras que se intercalan según el momento. Por ejemplo, de cara a 2026 aparece con fuerza el diálogo social, que implica una nueva instancia de revisión del sistema previsional. No es algo novedoso: Uruguay ya atravesó procesos similares en gobiernos anteriores, como los diálogos sociales del Frente Amplio o la comisión de expertos del período pasado.

¿Qué otros temas estructurales aparecen en esa agenda de largo plazo?

—Hay varios. Uno central es la necesidad de contar con portafolios de inversión alineados con las necesidades de rentabilidad de los afiliados. Hemos sido enfáticos en que la reforma de 2023, de alguna manera, truncó el desarrollo de inversiones en mercados internacionales. También está pendiente el desarrollo del ahorro voluntario en Uruguay y el proceso de desacumulación, es decir, qué ocurre cuando una persona llega a la edad de retiro y su ahorro se transforma en jubilación. Allí entra el mercado asegurador a través de las rentas vitalicias, que hoy muestra limitaciones importantes, sobre todo por la falta de competencia.

¿Está en discusión hoy la continuidad del sistema previsional mixto?

—Desde el punto de vista formal, esa discusión quedó saldada con el plebiscito. La consulta popular puso el tema sobre la mesa y el resultado fue claro: el sistema mixto debe permanecer. El plebiscito no fue aprobado y por un margen amplio. Eso no impide que existan colectivos que sigan cuestionándolo, pero institucionalmente Uruguay confía en sus mecanismos electorales. El ahorro previsional individual complementa al sistema de reparto del BPS y de las cajas paraestatales.

En ese marco, ¿qué postura tiene Anafap frente al diálogo social impulsado por el gobierno?

—El diálogo social es un instrumento conocido y entendible dentro del proceso de construcción de políticas públicas. Hemos participado en instancias anteriores y también en la actual. Como Anafap fuimos convocados, presentamos un documento que está publicado en la plataforma del diálogo social y tuvimos una audiencia con un intercambio productivo. Es cierto que el diálogo social no está exento de perspectivas ya definidas, pero el objetivo fue analizar una política pública mucho más amplia que la previsional, incluyendo niñez, adolescencia, sistema de cuidados y seguridad social en su conjunto.

¿Considera que el sistema previsional necesita cambios?

—El sistema necesita cambios permanentemente, más allá de discusiones coyunturales. . Ninguna de las discusiones legislativas que se dieron hasta ahora logró resolver todos los temas pendientes. Por ejemplo, en la última reforma no se abordó el proceso de desacumulación. Además, se estableció que el pilar de ahorro individual represente un 33% para los nuevos trabajadores, algo que no parece sustentable en el largo plazo, sobre todo considerando los problemas demográficos que enfrenta el sistema de reparto. Hay inconsistencias que responden más a definiciones políticas que a criterios técnicos.

Inserción internacional e inversión

Usted ha planteado la necesidad de mejorar la inserción internacional de las inversiones de las AFAP. ¿Por qué es clave ese punto?

—Hoy el ahorro previsional uruguayo tiene una exposición relativamente baja a inversiones internacionales. Eso implica dos problemas. Por un lado, un riesgo elevado de concentración regional, ya que Uruguay está altamente correlacionado con Brasil y Argentina. Por otro, se pierde acceso a oportunidades de mayor rentabilidad que ofrecen los mercados desarrollados. Uruguay ha logrado estabilidad macroeconómica e inflación controlada, lo que hace que los bonos locales paguen tasas bajas. Sin exposición internacional, es muy difícil generar los rendimientos que los futuros jubilados van a necesitar.

¿Dónde están invirtiendo actualmente las AFAP y qué cambios se pueden proyectar?

—Las AFAP no invierten directamente en obra pública tradicional, que se financia con gasto del Estado. Sí han tenido una participación muy relevante en proyectos bajo el régimen de Participación Público-Privada (PPP): centros CAIF, rutas, ferrocarril y otros proyectos de infraestructura. También ha habido inversiones importantes en el sector forestal, en vivienda y en real estate comercial. El fondo previsional ronda hoy los 26.500 millones de dólares y ya empieza a mostrar un equilibrio entre los nuevos aportes y los egresos por jubilaciones.

¿Se esperan cambios relevantes en la estrategia de inversión a corto plazo?

—No cambios bruscos. Lo que se proyecta es un proceso gradual de apertura hacia inversiones internacionales. Idealmente, a largo plazo, se podría llegar a una exposición del 30% o 40% del portafolio en el exterior, pero eso lleva tiempo. El fondo ya no crece de manera significativa por nuevos aportes, sino por la rentabilidad. La clave está en reinvertir los activos que van venciendo y diversificar riesgos, poniendo los “huevos en distintas canastas”.

Hay algún tema que considere importante y haya quedado fuera del debate público?

—Hay cuestiones de más largo plazo, como el desarrollo del ahorro voluntario, que merecen mayor atención. Pero para el momento actual, creo que los temas centrales están sobre la mesa y es importante abordarlos con una mirada estructural y no coyuntural.

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