Ayer, por primera vez, el dólar oficial cruzó la línea media imaginaria de la banda cambiaria acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un nivel que algunos analistas, por lo bajo, han bautizado como la "Línea Maginot" en alusión a la histórica fortificación francesa de los años 30.
Dólar: qué es la "Línea Maginot" y por qué un error del Gobierno activó un giro impensado con las reservas
En las últimas horas el Gobierno realizó cambios en su política con el dólar. Tras la visita del FMI, el programa financiero se encontró con un error no forzado.
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Luis Caputo realizó cambios en su política con el dólar.
En la historia, la Línea Maginot fue una barrera defensiva construida por Francia para detener una posible invasión de Alemania tras la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, esa sensación de seguridad del lado francés resultó ineficaz cuando los alemanes la rodearon en 1940, exponiendo su vulnerabilidad. De manera similar, el cruce del dólar por esta línea "imaginaria" marcó un punto de inflexión en la estrategia cambiaria del Gobierno, activando una reacción inmediata.
Tanto fue así que, este martes por la tarde, el ministro de Economía, Luis Caputo, realizó declaraciones tras la reciente visita de la misión del FMI la última semana, anunciando que el Tesoro asumirá la acumulación de reservas en lugar del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
El dato central que el lector merece saber es que esta movida busca corregir un "error no forzado" del equipo económico que el FMI le puso de manifiesto: la priorización de la desinflación sobre la acumulación de reservas, que ha generado un círculo vicioso de altas tasas de interés, desanclaje del tipo de cambio y aumento del riesgo externo.
La Línea Maginot cambiaria: un punto inesperado de quiebre
El cruce del dólar por la "Línea Maginot" —el punto medio exacto de la banda cambiaria acordada con el FMI, situada entre $1.000 y $1.400 por dólar— no fue un evento menor. Esta banda permite que el tipo de cambio fluctúe libremente, con un ensanchamiento mensual del 1% en ambos extremos. Este martes, el dólar oficial alcanzó los $1.222, un nivel que desató alarmas en el Gobierno y activó una nueva dinámica.
Al igual que la histórica Línea Maginot, que dio una falsa sensación de seguridad a Francia, esta línea imaginaria en el mercado cambiario reveló las fragilidades de la estrategia económica. La no intervención del BCRA en el mercado, diseñada para priorizar la desinflación, permitió que el dólar se moviera sin control, debilitando las reservas y generando inestabilidad.
Un informe de PxQ analiza en detalle lo sucedido. Sostiene que esta falta de intervención del BCRA dentro de la banda cambiaria llevó a una caída de las reservas netas hasta terreno negativo, impidiendo la remonetización de la economía. A su vez, esto provocó una contracción monetaria que disparó las tasas de interés, encareciendo el crédito, motor clave del crecimiento económico.
Desde mayo de 2024, los depósitos del sector privado crecieron 110% en términos reales, mientras que la relación depósito/crédito pasó de 2,4 a 11,2, reflejando una oferta crediticia restringida. Este círculo vicioso —altas tasas para frenar la inflación que atraen dólares de corto plazo, pero desanclan el tipo de cambio— ha elevado el riesgo externo, manteniendo el riesgo país en niveles elevados.
Luis Caputo responde: las declaraciones que llegan post-FMI
Tras la visita de la misión del FMI la última semana, que evaluó el cumplimiento del programa acordado en abril de 2025 por u$s20.000 millones, el ministro Luis Caputo salió a defender la nueva estrategia con un tono desafiante, sin mencionar el cambio que operó puertas adentro. En un evento en la Universidad Austral, afirmó: “Comprá, no te la pierdas, campeón”, burlándose de quienes alertan sobre un dólar barato que podría dispararse a $5.000. Y añadió: “No te lo pierdas, campeón, el dólar a $900 es una oportunidad que no volverá”. Ayer, tras el cruce de la Línea Maginot, Caputo intensificó su discurso: “El dólar cruzó la mitad de la banda, pero estamos listos. El Tesoro va a comprar dólares para fortalecer reservas sin desestabilizar el mercado”.
El lector deberá pensar si las declaraciones del Gobierno reflejan un intento de proyectar control. Pero también habrá que evaluar si abordan -o no lo hacen- alguna solución para el problema estructural señalado: la priorización de la desinflación ha sacrificado la estabilidad cambiaria, aunque parezca una paradoja.
El Tesoro asumirá la compra de dólares mediante tres modalidades: intervención directa en el mercado de cambios (MLC) para evitar -supuestamente- que el dólar caiga al piso de la banda, emisión de deuda en moneda local a cambio de reservas, y privatización de activos públicos con pagos en divisas. El BCRA, por su parte, colaborará con operaciones de REPO, pero mantendrá su política de no intervenir directamente mientras el tipo de cambio permanezca dentro de la banda. Desde el anuncio de estas medidas, las reservas aumentaron en u$s2.800 millones, impulsadas por un REPO de u$s2.000 millones con bancos internacionales y la reapertura del bono Bonte30, que atrajo u$s500 millones de inversores no residentes.
El error no forzado: un círculo vicioso
Como se indicó, la estrategia inicial aplicada por el Gobierno fue concebida por el FMI como un "error no forzado" que ha generado un círculo vicioso. La obsesión por la desinflación, clave en la agenda electoral del Gobierno, llevó a mantener altas tasas de interés para atraer dólares de corto plazo. Sin embargo, esto desancló el tipo de cambio, impidiendo que el BCRA acumulara reservas. Como resultado, el riesgo país no bajó de los 720 puntos básicos, lejos de los 400-500 necesarios para reingresar a los mercados internacionales. Además, la falta de intervención permitió que el dólar oscilara entre $1.150 y $1.200, sin alcanzar el piso de la banda, a pesar de que el complejo del sector agroexportador liquidó u$s1.700 millones diarios en mayo y junio de 2025.
Por otro lado, analistas también cuestionan la narrativa oficial de que las compras del Tesoro no generan expansión monetaria. Sostienen que la transferencia de $1,7 billones en utilidades del BCRA al Tesoro el 25 de abril de 2025 ya expandió la Base Monetaria Amplia (BMA), lo que implica que estas compras tienen un efecto monetario similar al de una intervención directa del BCRA. Este error inicial, combinado con el cruce de lo que llamamos la "Línea Maginot", expone al Gobierno a riesgos inflacionarios justo cuando busca consolidar su estrategia antiinflacionaria de cara a las elecciones legislativas de 2025.
Riesgos políticos y económicos a la orden del día
Con las elecciones de septiembre de 2025 en el horizonte, la volatilidad cambiaria amenaza la principal carta electoral del Gobierno: la desinflación. La disminución de la oferta de divisas del agro en el tercer trimestre podría presionar al dólar al alza, complicando este objetivo. Caputo señaló que el Gobierno está preparado para intervenir directamente en el mercado cambiario, incluso elevando aún más las tasas de interés o vendiendo contratos de dólar futuro, cuya posición vendida alcanzó -u$s1.470 millones en mayo de 2025, el máximo desde octubre de 2023. Sin embargo, estas medidas podrían agravar la contracción crediticia y frenar la recuperación económica.
En el ámbito político, las elecciones bonaerenses serán un termómetro clave. Una victoria del oficialismo en un bastión peronista podría fortalecer al Gobierno, mientras que un triunfo opositor podría exacerbar la percepción de riesgo en los mercados. La consultora PxQ compara la inhabilitación de figuras como CFK con el caso de Lula en Brasil en 2018, advirtiendo sobre el riesgo de erosión institucional que podría afectar la confianza en el sistema judicial y electoral.
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