La Alfombra Roja abrió temprano en E! Entertainmet con una especulación inicial: se habría montado una cuidadosa puesta en escena para que Brad Pitt y Angelina Jolie se esquivaran con naturalidad con Jennifer Aniston (ex mujer del actor de «Benjamin Button») y su novio John Mayer. Hasta se ilustraba la ubicación de unos y otros con flechitas negras sobreimpresas indicando nombres y distancias. Una vez dentro del Kodak Theatre, ambas parejas se sentaron a sólo doce lugares de distancia. Al momento de subir Aniston al escenario para presentar premios, las cámaras insistieron en enfocar la cara de Jolie, quien reía animada ante los chistes que oía de ella. También fue la que más lloró con el Oscar a Heath Ledger. Pero perdió en su rubro en la entrega.
A las 22 comenzó la transmisión oficial por «TNT», con Axel Kutchevasky y Ana María Montero. Él volvió a confirmar su memoria mientras ella sólo reía y lo celebraba. Lo peor, la superposición entre ambos, la tediosa traducción simultánea de la ceremonia y los insistentes cortes comerciales al término de cada premio.
Las marcas de la vida en los rostros de Eva Marie Saint y Shirley MacLaine -una rareza en franca extinción- contrastaban fuertemente con tanta cara aún joven paralizada por el botox (entre ellas la de Sarah Jessica Parker). Eva Marie Saint formó parte del grupo de ganadoras de ediciones anteriores que presentaron a las nominadas en Mejor Actriz de Reparto, mientras que MacLaine integraba el de las protagónicas que entregaron el Oscar. Su sobrio tailleur negro, la sencillez de su peinado y la naturalidad con la que habló mostraban a las claras que esta actriz de casi 75 años renunció ya definitivamente al glamour. No así su contemporánea Sofía Loren (ambas nacieron en 1934), que lució un generosísimo escote, simpatía dudosa ante los micrófonos, y resistencia a abandonar el divismo.
Los analistas de moda destacaban el predominio del blanco y los modelos strapless: Marisa Tomei, Taraji P. Henson, Jessica Biel y Evan Rachel Wood lucieron vestidos blancos mientras Sarah Jessica Parker (un Dior que destacó su ínfima cintura) y Anne Hathaway (Armani) optaron por el crema con combinaciones en plata. Esta última, una de las más elegantes y requeridas por las cámaras, tuvo su momento junto a Hugh Jackman sobre el escenario, quien la llamó a participar junto en el primer musical. Acaso buscaron compensarla pues se fue con las manos vacías por su actuación en «El casamiento de Raquel».
Penélope Cruz fue otra de las que optó por el crudo, en un vestido strapless de Balmain de los años 50, que consiguió en una casa de trajes antiguos. Pero las mujeres no fueron las únicas que eligieron los colores claros, pues Mickey Rourke apareció con un traje blanco de Jean-Paul Gaultier, combinado con detalles negros en camisa y zapatos. Lo grotesco de su look se completó con un collar que exhibía la foto de Loki, la perra chihuahua que murió la semana pasada. «Es el amor de mi vida, me dejó después de 18 años, en el momento justo en que sabía que yo ya estaba listo», apuntó. Por lo visto, Jolie no fue la única sensible de la noche.
Danny Boyle llegó temprano junto al ramillete de chicos indios de «Slumdog Millionaire», que volaron desde Dharavi, el mayor barrio de viviendas precarias de Bombay, donde se rodó la película, para alojarse en un hotel 5 estrellas en Los Angeles y arribar al Kodak en limousine. Los chicos de 9 años lucían smoking y las chicas vestidos elegantes. Más tarde pidieron autógrafos a Daniel Craig, pues se confesaron fanáticos de «James Bond» ¿Se preocupará Hollywood porque no vuelvan a las mismas condiciones o sólo habrá sido una pasada ante cámaras?
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