El lujoso shopping Leblon, en Río de Janeiro, decidió no abrir sus puertas ayer a raíz de la convocatoria de un "rolezinho", tal como se dan en llamar las convocatorias coordinadas a través de las redes sociales, que, según los comerciantes, jóvenes de las favelas realizan para "hacer desorden" y "besuquearse".
La medida provocó una manifestación de protesta de la que participaron unos 300 jóvenes.
Pese a los temores de los comerciantes de que los "rolezinhos" alejen a los clientes de clase media, en general no se registraron incidentes mayores y, en cambio, sí fueron muy cuestionados como "racistas" episodios de represión policial que incluyeron el uso de balas de goma.
El tema provoca fuerte inquietud en el Gobierno de Dilma Rousseff, que convocó a reuniones de gabinete para tratarlo, y temores a que dispare, justo en la antesala del Mundial de fútbol, nuevas protestas como las del mes de junio último.
Un tribunal de Río de Janeiro había prohibido, de manera provisoria, la realización del evento programado para ayer, que tenía presencia confirmada en las redes sociales de más de 9.000 jóvenes, pero el grupo de abogados Habeas Corpus, que trabaja en la defensa de movimientos sociales, logró que se deje sin efecto la medida.
Otro centro de compras, el Rio Design Leblon, donde también había sido agendado un "rolezinho", se sumó a la decisión y permaneció cerrado. Las puertas de entrada del establecimiento fueron cercadas para evitar actos de vandalismo.
En tanto, una importante cantidad de agentes de la Policía militarizada (estadual) y de guardias municipales patrullan la avenida Afrânio de Melo Franco, donde están ubicados ambos centros de compras.
Según el portal del diario O Estado de San Pablo, también fue reforzada la seguridad en las inmediaciones de la residencia del gobernador de Río, Sergio Cabral, donde se preveía la realización de una manifestación de jóvenes con presencia del grupo anarquista Black Bloc.
El sábado, el shopping JK Iguatemi, uno de los más lujosos de San Pablo, ubicado en el sur de la ciudad, cerró a raíz de una protesta realizada por grupos sociales vinculados a la lucha contra el racismo y la discriminación social y convocada en apoyo a los "rolezinhos".
"La ciudad no existe para el bienestar, sino para el consumo. Nuestro acto es político, contra los varios tipos de prejuicios, principalmente los que imperan contra los negros", dijo el profesor de Historia Douglas Belchior, consejero del grupo UNEafro (Unión de Núcleos de Educación Popular para Negras/os), organizador de la protesta.
A medida que se acercaban los aproximadamente 100 manifestantes que realizaron el acto, el paseo de compras cerró sus portones de acceso.
La manifestación pretendía unirse al encuentro juvenil, puesto que éste no tiene carácter reivindicativo, sino que sólo propone "juntarse".
En represalia por el cierre del lugar, los manifestantes pintaron la vereda de una de las entradas del centro comercial con la frase "JK racista".
El matiz político asociado a los "rolezinhos" también se vio el sábado en el paseo de compras Plaza, localizado en la región central de Niterói, región metropolitana de Río de Janeiro. Unas 50 personas, lideradas por el cantante de rap y candidato a concejal en las pasadas elecciones municipales por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL, de izquierda radical), PH Lima, ingresaron al establecimiento sin que se vieran obstaculizadas por los guardias, que según la web del diario Folha de San Pablo, sí intentaron impedir el ingreso de periodistas. Para entrar, se quitaron sus identificaciones, pero quienes portaban cámaras no pudieron hacerlo.
Los manifestantes ingresaron aplaudiendo y entonando la consigna que recorre las redes sociales y promete manifestaciones durante el Mundial 2014: "No va a haber Copa".
Los "rolezinhos" comenzaron en San Pablo en diciembre pasado y en el primer evento participaron unos 6.000 jóvenes en busca de lugares para pasar momentos de ocio.
El 11 de enero la Policía estadual reprimió con balas de goma y gas de pimienta a un grupo de unos 1.000 adolescentes que "invadieron" el centro comercial Itaquera, lo que generó protestas y de alguna manera, lejos de inhibir la práctica, hizo que ésta proliferara con mayor énfasis y se politizara.
Agencias DPA y EFE, y Ámbito Financiero |
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