Kiev y Moscú pusieron fin así a la disputa que mantuvieron estos últimos dísobre el convoy ruso con más de 2.000 toneladas de ayuda humanitaria para la región rebelde prorrusa de Lugansk. "La misión circulará por territorio bajo control rebelde y, tras su llegada a Lugansk, la distribución de la ayuda entre la población civil correrá a cargo de la Cruz Roja", aseguró el vocero de la Presidencia ucraniana, Sviatoslav Tsegolko, en conferencia de prensa.
La decisión fue tomada por el presidente Petro Poroshenko, quien abordó ayer este asunto con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, explicó el portavoz ucraniano. Sin embargo, la desconfianza persistía y el Gobierno teme que el convoy pueda ser utilizado como excusa para una intervención rusa con el pretexto de socorrer a la población civil. Previamente, la OTAN había advertido que cualquier misión humanitaria rusa que no reciba la luz verde de Ucrania y no esté bajo el control de una organización internacional sería considerada "un ataque a la soberaníucraniana".
Agencias EFE, DPA y ANSA |
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