29 de junio 2012 - 00:00

El Google Nexus Q, o el futuro “made in USA”

Los teóricos futuristas vienen sosteniendo desde fines del siglo pasado que el futuro del entretenimiento hogareño consistiría en lograr que la PC deje de estar en el estudio o escritorio de la casa para ubicarse en el living. El miércoles pasado, durante un muy promocionado evento en San Francisco, Google no solo anuncio su flamante primer dispositivo tablet Nexus 7 diseñado para competir con el Kindle Fire de Amazon a menor precio (apenas 199 dólares), sino que también exhibió un par de sus nuevos gadgets de corte netamente futurista. Entre ellos, los anteojos Google pensados para que un peatón ande por la calle sin dejar de seguir navegando por la web.

Sin embargo en medio de estos dos extremos, Google lanzó su inesperado home media player, el Nexus Q, una esfera oscura de estilo mitad vintage mitad avant garde, pensado para interconectar la música y las imágenes disponibles en la web no tanto en una PC desktop, sino en el living de una casa, lógicamente interconectado al equipo de audio y a la TV, usando el smartphone o cualquier otro dispositivo a manera de control remoto

Lo que distingue a este Nexus Q no solo es su diseño esférico, sino su cualidad para que los usuarios interactúen socialmente con los contenidos de sus smartphones o de YouTube, y por el hecho de que este hardware que no se parece para nada a uno de esos impersonales codificadores, sino más bien a algún tipo de equipo de audio/TV futurista, tiene una inusitada inscripción que asegura ser «made in USA». Dado que desde fines de la década de 1990 todo producto electrónico solo se fabricaba en Asia, este detalle podría confundirse con alguna estrategia de marketing tendiente a hacer pensar que Google ofrece algo así como «el futuro, Made in USA».

Google depende de la industria de varios países asiáticos para la manufuctura de casi todos sus productors (incluyendo su flamante Nexus 7), por lo que las hipótesis respecto del regreso a la «industria nacional» suenan un poco extrañas, empezando por la idea de que, con la crisis, los salarios entre obreros californianos y asiáticos se han equiparado, o que quedándose en casa se podrían evitar robos de copyrights o copias estilo «knock offs» .

Diego Curubeto

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