La Tabaré es, sin dudas, la banda más representativa del rock uruguayo post dictadura. Con 33 años de historia, la banda viene al país para presentar “Blues de los esclavos de ahora”, su disco número 14, y, de paso, para celebrar sus 30 años visitando Argentina. Tabaré Rivero, su líder, habla de la escena actual y la de entonces, del niño que soñaba ser artista y de este hombre que mira con ojo crítico la actualidad de su país y de la región. “
"En Uruguay se viene una derecha que se acerca al fascismo"
Lo asegura Tabaré Rivero, líder de La Tabaré, banda pionera del rock post dictadura en Uruguay. El grupo celebra los 30 años de sus primeras incursiones en Argentina el 14 de diciembre en Uniclub.
Periodista: ¿Por qué llega el blues en este momento?
Tabaré Rivero: El rock y el blues fue la música que escuché toda mi vida. Cuando sentía que el rock movía mi fibra más querida. Fue el único estilo de música que no le había dedicado un disco. Y volver al rock de esta manera era un debe.
P.: De alguna manera, es un rescate.
T.R.: Los primeros grupos de rock uruguayos fueron muy olvidados. Y siempre me gustó rescatar a esos genios que siempre admiré. Gente que me influyó mucho como Manal, Almendra, Aquelarre, Vox Dei o Pescado Rabioso. La música que uno escucha al principio queda grabada para siempre.
P.: ¿Como ves la escena actual del rock?
T.R.: Lo veo como de reojo. Como sospechando que no me puede gustar, pero con la esperanza de llevarme una sorpresa. El rock fue fagocitado. Y ahora un productor con un sonido más vendible es el que hace el negocio. Ya no pasa tanto por el artista. Es muy difícil encontrar a alguien que tenga la intención de ser creativo.
P.: En “Rasga corazón” recorrés un poco tu infancia. ¿Ya te sentías un artista en esos primeros años o era más bien el escenario donde empezaban a pasar ciertas cosas?
T.R.: Ese fue el escenario donde empecé a robar los primeros libros de la biblioteca de mi viejo y a vivir algunas angustias. Fue ahí donde di cuenta de que el lado musical y teatral tenía que ver con expresar esas angustias. No sabía que había un artista, pero sí que tenía necesidades artísticas.
P.: ¿Cómo se vivió el rock post dictadura en Uruguay?
T.R.: Hubo una movida muy influenciada por el punk inglés. No fue una primavera, sino un otoño rabioso. Llevó cinco o seis años más, durante la democracia, cortar con todo las razzias. Nos tenía a todos muy asustados. Cuando nos hicimos lugar, salimos a aturdir. Fue una venganza.
P.: Hace poco se volvió a hacer el “Montevideo rock” y ustedes volvieron a participar como hace 30 años. ¿Cómo fue la comparación entre ambos festivales y hasta con vos mismo?
T.R.: Entendí que el público está más maduro. Ahora hay ganas de cambiar porque somos conscientes todos de que hay un sistema que nos deja paralizados y no nos deja ser libres. El músico de ahora es más permisivo con la publicidad que nadie antes soportaba. La parte técnica del rock mejoró cien por ciento, pero decayó la creatividad del artista. Y eso que los artistas de ahora tienen más herramientas.
P.: En estos años Uruguay pasó a ser bastión si uno ve el giro a la derecha que hubo en el continente. ¿Qué análisis hacés al respecto?
T.R.: Lo que pasa en Brasil nos asombró demasiado. Con Macri tenemos ideas opuestas, pero lo de Bolsonaro es un absurdo. En Uruguay también se viene la derecha con acercamiento al fascismo. Es un problema. Pero también hubo errores en el Frente Amplio. Todos estábamos muy ilusionados con el Frente, pero las cosas no fueron tan bonitas como se ve desde afuera. Sin embargo, el Uruguay, en los últimos 15 años, creció lo que no creció en los últimos 50.
P.: ¿Fue más difícil cantar con gente como Pepe Mujica en el poder?
T.R.: Me resulta más fácil tener un enemigo corpóreo a quien pegarle un palazo en mis canciones. Claro que prefiero seguir buscando la poesía con más trabajo. Que sea algo que me cueste más mientras sigamos creciendo como país.
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