21 de noviembre 2011 - 00:00

Feliú: “Hay una decadencia musical en todos los géneros”

Santiago Feliú: «Nos llamaron de la ‘Novísima Trova’ y también la generación de los ‘topos’. Pero no me gustan los cartelitos. Sencillamente soy un trovador».
Santiago Feliú: «Nos llamaron de la ‘Novísima Trova’ y también la generación de los ‘topos’. Pero no me gustan los cartelitos. Sencillamente soy un trovador».
Con un concierto en Baradero el pasado 11 de noviembre, el cubano Santiago Feliú arrancó una extensa gira por diferentes localidades de nuestro país, un lugar que siempre lo ha acogido con los brazos abiertos. Está presentando su disco «Ay, la vida» en un recorrido que incluye Haedo, Lomas de Zamora, Chascomús, Pergamino, Rosario, Córdoba, Bahía Blanca y Buenos Aires, donde tocará el 2 de diciembre en La Trastienda. En medio de uno de sus viajes, conversamos con él.

Periodista: Usted ha estuvo muchas veces en la Argentina y hasta ha pasado temporadas. ¿Esa situación se ha repetido en otros lugares?

Santiago Feliú: Quizá más que en otros sitios, pero ahora mismo vengo de hacer diez recitales en México, voy una vez por año a España y también ando por otros países de América. Para marzo estaremos haciendo una gira por los Estados Unidos; será mi primera vez allí. Es verdad que, en los 80 y 90, pasé largas temporadas en la Argentina, Colombia y España; pero ya hace bastante que duermo en mi casa.

P: ¿Qué lo hizo dormir fuera en esos momentos?

S.F.: Sólo cuestión de trabajo. En estos tiempos, todo lo que salga de «laburo» hay que agarrarlo. La malaria económica obliga. Pero hace rato ya que estoy mucho en Cuba, y hace dos meses giré por las provincias orientales de mi país.

P.: ¿A quiénes siente sus interlocutores artísticos y a quiénes admira en Argentina?

S.F.: Charly, León, Fito, Baglietto, Gardel desde niño, luego Piazzolla. Cuando descubrí el rock argentino la primera vez que estuve, en el 85, la verdad es que me sacó el rock and roll que llevaba dentro. Y también soy fan de Les Luthiers.

P.: ¿Le parece correcto seguir utilizando la categoría de «Nueva Trova» para hablar de aquel grupo de artistas cubanos encabezados alguna vez por Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y su hermano Vicente?

S.F.: Como movimiento organizado no existe hace un montón. El término nació con los nuevos trovadores de la nueva Cuba a partir del 59, Silvio, Pablo, Vicente, Noel Nicola, etc.; para mí eso fue la Nueva Trova. Yo soy de la segunda generación de ese movimiento pero soy trovador, heredero de ésa y de las trovas anteriores.

P: ¿Es lo que han llamado la «Novísima Trova»?

S.F.: Así nos llamaban a los de mi generación, y también nos llamaron la generación de los «topos». Pero no me gustan los cartelitos. Sencillamente soy un trovador.

P.: ¿Cómo se coloca en este tiempo frente a la realidad política de su país?

S.F.: He asumido la responsabilidad de la resistencia, lo mismo al capitalismo que al socialismo. Abogo por revolucionar la revolución de una forma mas revolucionada que revolucionaria.

P: ¿Qué opinión le merece la discusión pública que se estableció entre Rodríguez y Milanés justamente por cuestiones políticas?

S.F.: Puff!!... como dos formas zurdas de decir verdades. Fatal el hecho de hacerlas públicas por semejantes medios.

P.: Yendo a la música, ¿cómo describiría el panorama actual en Cuba?

S.F.: La parte más creativa pasa por el jazz. Los chicos salen de las escuelas de música con una formación increíble, aunque más instrumentistas que creadores. Creo que hay una seria decadencia musical en todos los géneros; es un fenómeno mundial que, tristemente, también llego a Cuba.

P.: Siendo usted zurdo (motriz), eligió tocar la guitarra «al revés», sin cambiar las cuerdas como sucede habitualmente. ¿Eso ha determinado de algún modo su trabajo o ha tenido alguna incidencia a la hora de componer o cantar?

S.F.: Para mí es algo de siempre, natural. Claro que es otra cosa, porque además también uso otras afinaciones. Pero lo más raro es que yo soy diestro para todo, sólo que agarré la guitarra así desde los cinco años y lo mantengo hasta hoy. Lo de las afinaciones justamente es para cambiar sonoridad y armonías y por supuesto influye en el asunto de componer. El piano me da esa otra opción creativa de canción y me acompaño decorosamente con él aunque no lo estudié. En verdad, tampoco estudié la guitarra pero nací con ella; al piano lo agarré ya de treintón.

P: ¿Por dónde pasa su presente artístico y qué es lo que está mostrando en la Argentina?

S.F.: «Ay, la vida» es mi último trabajo discográfico y es lo que estoy cantando en los conciertos unido a canciones de los anteriores. También toco tres temas instrumentales para guitarra y cinco canciones al piano. Este año quiero grabar un disco de instrumentales para guitarra; se llamará «La canción de la guitarra». Vengo de México donde también hice unas músicas para un corto de ficción de Ernesto Fundora, un importante director de cine cubano. Por otro lado, grabé en un disco de homenaje a Agustín Lara, y tengo una gira por España con Javier Rubial, un impresionante cantautor de Cádiz. Debo decir que, a punto de cumplir 50, todavía me divierto. La creatividad me sigue fluyendo. La Argentina es mi segunda patria, y de algún modo también ha sido la primera. Soy el habanero más porteño que existe.

Entrevista de Ricardo Salton

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