Si este libro dijese "inspirado en la saga Millenium de Stieg Larsson" sería más adecuado. El lector se encontraría con una novela entretenida, que se lee en pocas etapas a pesar de algunas dispersiones narrativas y sus más de 600 páginas. Se vería sorprendido con lo bien que se ha mimetizado el autor con el clima creado por Stieg Larsson, la forma en que supo apropiarse de los protagonistas, cómo logró mantener ese enfrentamiento con los poderosos que es la esencia de la saga Millenium, esa exploración política que es uno de los aportes de la "novela policial nórdica".
Es más, "Lo que no te mata te hace más fuerte" no decepciona como tecno-thriller. Es lo que sentirá quien entre por primera vez en la saga Millenium. Y para los que la conocen será el reencuentro con la inolvidable hacker justiciera Lisbeth Salander y el melancólico y combativo periodista Mikael Blomvist (en general los personajes icónicos tienen múltiples versiones, diversas existencias, como Cenicienta o Drácula). Y hasta se podrá pensar que hay un estilo calculadamente periodístico al que se le ha sumado un ritmo de serie televisiva, detalles científicos y un cierto tono elegante.
Se podría considerar que el periodista David Lagercrantz, hijo de un prestigioso intelectual y crítico sueco, rebelde de la aristocracia sueca por su progresismo, ha realizado un homenaje a Stieg Larsson. No es eso lo que piensa Eva Gabrielsson, la mujer con la que Larsson convivió durante 32 años, hasta la muerte del escritor, que ha quedado fuera de los beneficios de los derechos de autor, pero que tiene la computadora en la que Larsson dejó escritas 200 páginas de la nueva novela de la serie, y el plan de las 10 novelas que conformarían la saga. Saga que ha vendido más de 80 millones de ejemplares en el mundo, tiene una trilogía fílmica sueca y una película estadounidense. Y dos formidables personajes tan emblemáticos y carismáticos. Con todo eso los poseedores de los derechos, el padre y el hermano de Stieg no se podían quedar tranquilos, podían establecer una factoría Larsson. Y aun si eso no salía, un nuevo tomo con las mismas características de los anteriores ya era indudablemente- un excelente negocio.
Millenium, la revista de denuncia donde es estrella el periodista Blomvist, se hunde por problemas financieros. Un grupo empresarial decide unirla al resto de sus publicaciones. Pero Millenium tiene que cambiar. Tiene que ser más liviana, tiene que ser otra cosa, entrar en el tiempo de Twitter, de Instagram. Y Blomvist es parte del pasado, es tan bueno que ya no sirve. Para Blomvist su salida es encontrar una de esas investigaciones que lo hicieron famoso, y si lo consigue irse de Millenium. El destino se pone de su lado. Franz Balder un matemático, una eminencia en Inteligencia Artificial, ha vuelto a Suecia, se siente perseguido. Ha descubierto información vital sobre piratas informáticos que están entrando en la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU., en el Servicio de Seguridad de Suecia. Volvió para recuperar a su hijo, un chico autista de 8 años, que es un genio en captura de imágenes y en desciframientos matemáticos. Cuando Balder va a contarle a Blomvist sus descubrimientos, es asesinado. Su hijo ha presenciado el crimen. Y Balder tuvo una secreta ayudante en su investigación, Lisbeth Salander, que ahora se sentirá forzada a unirse nuevamente a Blomvist, salvar al chico y develar el homicidio y sus claves.
Así comienzan a aparecer el mundo hacker, el robo de información, el espionaje industrial, las intenciones ocultas de los servicios secretos de las grandes potencias, la mafia rusa, sicarios que pasan de un lado a otro. Lagercrantz mezcla temas clásicos de Larsson como la denuncia de la violencia de género, la manipulación de la prensa, las conspiraciones de círculos poderosos, con ciertos momentos sentimentales. Maneja los momentos de acción de forma brillante y aburre cuando se pone a detallar cuestiones técnicas del mundo digital. Se nota que se ha inspirado en las revelaciones realizadas por Edward Snowden, en lo que aprendió escribiendo su novela sobre Alan Turing, y acaso viendo la película "Alguien sabe demasiado", donde un chico autista de 9 años ofrecía las claves para dar con el asesino de sus padres y quienes lo habían mandado. No es StiegLarsson, al que se seguirá extrañando, pero tiene oficio y logra un estudiado entretenimiento.
M.S. |
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