Hasta el momento, de los tres yihadistas que se inmolaron frente al estadio de fútbol, sólo fue identificado un francés de 20 años, llamado Bilal Hadfi. Las fuerzas del orden coinciden, no obstante, que los otros dos sospechosos ingresaron por el Mar Mediterráneo, aunque no se sabe su identidad.
Se desconoce igualmente el paradero de Salah Abdeslam, buscado intensamente por su presunta implicación en los ataques, si bien de acuerdo con medios belgas, se arrepintió y se retiró sin detonar los explosivos, tras lo cual habría huido a Siria. Encontrarlo es una de las principales misiones de los servicios de inteligencia, tras confirmarse la semana pasada la muerte de los otro ocho yihadistas y el cerebro de los ataques, el belga Abdelhamid Abaaoud.
Hasta el momento más de 800.000 personas llegaron a Europa por mar en lo que va de año, en su mayoría de Medio Oriente, y su flujo hacia el continente no se ha detenido a pesar de las inclemencias del clima.
Cualquier prueba que implique que las rutas de los refugiados fueron utilizadas por el Estado Islámico (EI) traerá problemas mayores a la canciller alemana, Ángela Merkel, quien ya vio disminuida notablemente su popularidad en las últimas encuestas y recibe fuertes presiones para que cierre las fronteras de Alemania.
Cruzando el Atlántico, los precandidatos del Partido Republicano no escatimaron también críticas al plan del presidente de EE.UU. Barack Obama, para recibir a 10.000 sirios. Pese a las garantías del Gobierno respecto al rigor de los controles de seguridad, una treintena de estados en el país -casi todos gobernados por republicanos- advirtieron que no ampararán a estas personas en sus territorios. Por si fuera poco, la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, aprobó el jueves de la semana pasada un proyecto para endurecer los requisitos de admisión de inmigrantes, a pesar de que Obama adelantó que vetará ese texto legislativo.
Ello cuando los países a lo largo de la ruta que utilizan los cientos de miles de refugiados que buscan asilo en Europa occidental, comenzaron a restringir el paso únicamente a aquellos provenientes de Siria, Afganistán o Irak. Este movimiento detuvo la marcha de un creciente número de iraníes, pakistaníes o bangladeshíes, entre otras nacionalidades de Asia o África. Un grupo de origen iraní, retenidos por la Policía cuando trataban de entrar en Macedonia desde Grecia, anunciaron una huelga de hambre y algunos de ellos bloquearon la línea ferroviaria que une ambos países.
Agencias ANSA, EFE, DPA y Reuters |
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