16 de junio 2014 - 00:00

Sunitas y chiitas, en el origen del conflicto

Más de 1.300 millones de personas en todo el mundo se declaran musulmanas. Cerca del 90% de ellas son sunitas, fruto de una división con los chiitas que comenzó en siglo VII con un enfrentamiento entre los sucesores del profeta Mahoma. El islam chiita acepta como líderes sólo a los sucesores directos del profeta. Por ello, considera como primer heredero legítimo a Alí ibn Abi Talib, el yerno de Mahoma y cuarto califa. Del nombre de Alí proviene la denominación de esa rama del islam: chiitas, "chi at Alí, los "partidarios de Alí. Para los sunitas, el legado de Mahoma pasó a un capaz dirigente militar del clan de Mahoma, que fue confirmado por un consejo (shura). Pero no reclaman una sucesión. Además de Irán y Bahréin, los chiitas son mayoría también en Irak. Unos 20 millones de los 32 millones que componen la población iraquí son musulmanes chiitas. En el centro del país están ubicados sus santuarios en ciudades como Nayaf o Kerbala, al sur de Bagdad.

Los iraquíes sunitas viven sobre todo en Bagdad y en las provincias al este y norte de la capital. El dictador Sadam Husein era sunita y discriminaba a los chiitas, por lo que, tras su derrocamiento en 2003, los clanes sunitas perdieron poder e influencia. Tras la retirada de las tropas estadounidenses en 2011, volvió a estallar la lucha de poder entre chiitas y sunitas. En los últimos meses fue agravándose ese conflicto entre el Gobierno dominado por chiitas con el primer ministro Nuri al Maliki y los partidos sunitas. Además, grupos extremistas sunitas como el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) luchan contra los chiitas, a los que consideran unos "disidentes" de las verdaderas enseñanzas del islam.

El EIIL estaba hasta hace un tiempo afiliado a Al Qaeda, pero rompió con ésta en rechazo a las órdenes del sucesor de Osama bin Laden, el egipcio Ayman al Zawahiri, quien se opone a que aquél opere en Siria y respalda en ese país a otros grupos afines.

En la guerra civil siria, donde los sunitas constituyen dos tercios de la población, el EIIL lucha contra las tropas del dictador Bashar al Asad, un alauita y, por tanto, cercano al chiismo. En los últimos años, en el vecino Líbano se desató una lucha de poder entre los partidos prosirios y las organizaciones, más prooccidentales, de sunitas y cristianos maronitas, lo que recreó una crónica inestabilidad. Los sunitas libaneses apoyan principalmente a la oposición siria. La milicia chiita de Hizbulá que gobierna en Beirut, sin embargo, apoya al régimen de Al Asad, aliado de Irán.

Agencia DPA


y Ámbito Financiero

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