5 de mayo 2016 - 00:00

Tellas: “Estimulo quedarse dormido en el teatro”

Vivi Tellas: “Partí de la idea de la orfandad y de que la gente necesita contención. Acá se puede venir con amigos y también traerse unos sandwiches para luego hacer un picnic por los bosques de Palermo.”
Vivi Tellas: “Partí de la idea de la orfandad y de que la gente necesita contención. Acá se puede venir con amigos y también traerse unos sandwiches para luego hacer un picnic por los bosques de Palermo.”
Vivi Tellas retomó la dirección artística del Teatro Sarmiento, cargo que ya desempeñó entre 2001 y 2009. Convocada por Jorge Telerman, director del Complejo Teatral de Buenos Aires, la creadora del Proyecto Biodrama (biografías teatrales de personas vivas) programó para la presente temporada un ciclo de poesía y performance titulado "La luz mala. Poetas al mediodía", que se ofrecerá sábados y domingos, de 12 a 14.

El primero de estos encuentros tendrá lugar el próximo sábado, en la sala de Avenida Sarmiento 2715, conducido por Maruja Bustamante y Gael Policano Rossi más invitados. Los asistentes podrán escribir y dibujar. También podrán ofrecer su aporte, a través del hashtag #ondaencantada, para la creación de un fanzine. Los domingos, el ciclo contará con la curaduría del grupo Persons. Sus integrantes proceden del colectivo femenino de literatura "La máquina de lavar", que alcanzó difusión con su primer libro "La pija de Hegel", una mezcla de restos de lenguaje provenientes de la publicidad, la filosofía, el feminismo y la política con frases de la calle y la televisión, más emoticones y otros registros. El público podrá tomar una sopa, en el intervalo de cada función y está invitado a llevar su canasta de picnic para ir a los lagos de Palermo, a su término.

Periodista: ¿Es un chiste lo de la invitación al picnic?

Vivi Tellas
: Es verdad, como lo de asistir en pijama. Siempre trato de ofrecerle a la persona que viene al teatro una experiencia que sea un programón. Salir de casa el fin de semana al mediodía puede dar fiaca; entonces, usted se pone el pijama, el tapado y viene a sentarse en un lugar calentito, a escuchar poesía y a compartir una sopa. Es un espacio para sentirse bien, y para charlar alrededor de algo rico. Partí de la idea de la orfandad y de que la gente necesita contención. Acá se puede venir con amigos y también traerse unos sándwiches para luego hacer un picnic por los bosques de Palermo. También estoy estimulando mucho el quedarse dormido.

P.: ¿No es una falta de respeto hacia los artistas?

V.T.:
Para nada. Creo que es algo lindo. Incluso, puede ser más productivo soñar que estar despierto. No hay que avergonzarse de eso. Dormirse escuchando estas voces y luego soñar puede ser mucho más revelador porque tal vez esté inspirado por estas poesías. No sé por qué está mal visto dormir en el teatro.

P.: Bueno... se lo asocia al aburrimiento.

V.T.:
A veces se descubren más cosas estando dormidos. No sé... me gusta este tipo de experiencias, será porque nunca aguanté el control. Siempre estoy en actividad y generando nuevos espacios. Pero, siempre pienso en proyectos que no sean imposibles.

P.: ¿Nunca alteraría la modalidad de un teatro oficial?

V.T.:
Creo que hay usar la ola de energía de lo que hay y pensar qué se puede hacer con eso, en lugar de gastar energía en combatir cosas que no van a poder concretarse.

P.: ¿Puso alguna condición para aceptar este cargo?

V.T.:
No fue necesario. Todo lo que hago, lo hago con la mayor libertad posible. Lo necesito para mi alma. Y si no es así, no me interesa. Pero, entiendo que todas las cosas tienen límites. Obvio, somos adultos. Si hay un proyecto que no se puede realizar, está bien, sigo adelante con otras cosas que imagino. Cuando me invitaron a dirigir este teatro quedaron pendientes los espectáculos programados por la anterior gestión. Ahora en junio estrenaremos "La dama del mar" de Ibsen, adaptada y dirigida por Diego Lerman y en octubre una versión de "Under Milk Wood" (bajo el bosque lácteo) del poeta galés Dylan Thomas, dirigida por Mariano Stolkiner y Gustavo García Mendy. Esa es la programación por ahora, a la que logré sumarle este ciclo de poesía y performance en el huequito que encontré los sábados y domingos. Además participo de las reuniones de reflexión con Telerman y un grupo de artistas y directores para repensar el Complejo Teatral de Buenos Aires.

P.: Lástima que la mayoría de las salas sigan cerradas.

V.T.:
La Ribera se va a abrir este año y el Alvear no sé. El San Martín está en medio de una gran obra de refacción y restauración, por lo tanto en algún momento tenía que cerrar. Yo hice ahí el biodrama "Las personas" con 23 empleados del teatro por el 70° aniversario, y fue un caos trabajar en la sala Casacuberta con la obra en marcha. No había agua y no había ni esto ni lo otro. Era muy violento trabajar ahí.

P.: ¿Ya sabe qué va a programar para el año próximo?

V.T.:
No terminé de diseñar la programación, pero entre los directores que me interesa invitar figuran Mariano Pensotti; Federico León, uno de mis favoritos; Mariana Oberstern, Romina Paula...

P.: ¿Este ciclo de poesía tiene que ver con su búsqueda de la teatralidad fuera del teatro?

V.T.:
Yo voy mucho a ver poesía. Me atrae la atmósfera de esos lugares, tan viva y tan enérgica. Hoy el under está ahí, en el circuito de poesía. Son jóvenes que trabajan con música, con imágenes. Ya no se trata de una lectura tranquila de poemas; son como raperos. Hay más puesta en escena. Todo es muy performático.

Entrevista de Patricia Espinosa

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