7 de septiembre 2012 - 00:00

Un irregular álbum familiar

«Papirosen» (Arg., 2011, habl. en esp., ingl.). Guión y dir.: G. Solnicki. Documental.

Gastón Solnicki estudió en el Centro Internacional de la Fotografía y en la Tisch School of the Arts de la Universidad de Nueva York. En cambio su abuela Pola estudió, sin libros, cómo sobrevivir bajo la ocupación nazi. Pero este documental, especie de home movie, no se dedica a rememorar la tremenda experiencia de la abuela, ni sus años de posguerra, hasta levantar cabeza con una familia que hoy puede disfrutar de paz y bienestar. Eso apenas se menciona. Más bien se dedica a mostrar el amplio, variopinto grupo de descendientes y parientes políticos, entre los que la viejita es apenas una integrante más, sin demasiada voz.

Por supuesto, algunos parientes poco y nada interesan al público general, pero eso pasa en toda familia. El autor ha pintado a los suyos, mejor dicho, once años en la vida de los suyos, mediante una ilustrativa selección de registros hogareños que toma como inicio el nacimiento de su sobrino. De los cajones del hogar salieron horas y horas de fiestas, paseos, crecimientos, seguimientos, situaciones levemente vergonzantes, incluso discusiones, en fin, lo que el videasta de la familia fue grabando a lo largo de ese tiempo. Así armó con la editora Andrea Kleinman un compilado de apenas 74 minutos, duración que se agradece, aunque también se lamenten huecos de información, partes que parecen inconducentes, y vaivenes cronológicos.

Algunos fragmentos son memorables: la madre que ante una separación se pone de parte del yerno, el hombre que en un viaje encuentra y se compra el autito que quería tener cuando era niño, un par de minutos que rozan la emoción con la bobe o con el viejo sobreviviente que canturrea el tango idish «Papirosn», cigarrillos, de Herman Yablokoff, nacido Hayim Yablonik, sobre un pequeño buscavidas en tiempos difíciles (Aelita Fitingof, y, entre nosotros, Zully Goldfarb, lo lucen en sus repertorios).

Elogiar otros momentos, decir, como se ha dicho, que la obra es «un ejemplo del cine en su estado puro», «obra única de historiografia», «el mejor retrato de familia del cine argentino», y que contiene «la más fabulosa secuencia de baile de Bar Mitzvah jamás vista», etc., es un poco exagerado.

P.S.

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