El equilibrio fiscal comienza a consolidarse, pero el verdadero desafío de Argentina está en la sostenibilidad del frente externo. Vaca Muerta, el litio y el cobre se erigen como los pilares de la estrategia a largo plazo. Así lo planteó Moody's Ratings durante una presentación sobre la situación económica y el futuro de la industria del petróleo y gas argentino.
Más allá de los dólares del FMI: Vaca Muerta emerge como el ancla para la estabilización, según Moody's
Con fundamentos sólidos, bajos costos y alto potencial exportador, Vaca Muerta se consolida como el principal motor para transformar el rebote externo en una estabilidad duradera.
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Rentabilidad bajo presión: el Brent cae, pero Vaca Muerta se mantiene competitiva.
A medida que Argentina avanza en el proceso de estabilización macroeconómica, las principales agencias calificadoras comienzan a reconocer mejoras graduales en sus indicadores, aunque advierten que "la verdadera prueba para el país está en lograr una consolidación duradera de las finanzas externas". En ese marco, el sector energético y la minería surgen como los principales motores para sostener la acumulación de divisas sin depender de ingresos extraordinarios o financiamiento multilateral.
“El ajuste pendiente es el externo”, afirmó, Jaime Reusche, vicepresidente de Moody's durante el Inside Latam Argentina 2025, que se realizó este martes en Buenos Aires.
Si bien Reusche reconoció que el equilibrio fiscal representa hoy una base más sólida que en experiencias previas, el diagnóstico de Moody's es prudente. Y es que, según analiza, la balanza comercial, que en 2021 presentaba un superávit que permitía sostener el frente externo, se deterioró fuertemente en 2022 y atravesó una crisis crítica en 2023 por el impacto de la sequía. En 2024, la recuperación agrícola mejoró ese saldo, pero no fue suficiente para evitar una nueva caída en las reservas internacionales. “A pesar del superávit, el Banco Central perdió reservas, lo que demuestra que el problema de fondo sigue latente. Este tipo de superávit no es suficiente si no se lo consolida con un ingreso estructural de divisas”, advirtieron.
En este contexto, Ruesche señaló que el Gobierno recibió dos “shocks de adrenalina” que ayudaron a compensar desequilibrios: el blanqueo de capitales que atrajo unos u$s20.000 millones, y un nuevo tramo de financiamiento por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ya giró unos u$s12.000 millones y prevé desembolsos adicionales. No obstante, estos ingresos no reemplazan la necesidad de contar con una fuente genuina y sostenida de dólares.
El pozo de dólares: Vaca Muerta
“La gran ancla para sostener el ajuste externo no es el Fondo ni las ayudas financieras. Son los recursos naturales”, deslizó Reusche ante un auditorio lleno. En particular, mencionó a Vaca Muerta y al conjunto del sector extractivo como el verdadero “pozo de artillería” con el que cuenta la Argentina para enfrentar los desafíos de la balanza de pagos.
“Argentina es extremadamente rica en recursos naturales. Tiene un potencial enorme en exportaciones energéticas y mineras. Es un país polimetálico. Hemos visto descubrimientos recientes de cobre, oro, plata y litio. No es solo la historia del litio: hay una historia más profunda detrás del sector extractivo que puede generar divisas”, explicó y estimó que hacia 2030 estas actividades podrían aportar unos u$s45.000 millones adicionales por año en exportaciones.
En cuanto a hidrocarburos, recalco que las reservas probadas están ahí, y que el desarrollo de la infraestructura en Vaca Muerta será clave no solo para consolidar el superávit comercial, sino también para mejorar la competitividad argentina. Sin embargo, alertó que un tipo de cambio demasiado apreciado, impulsado por el ingreso de capitales y por el reacomodamiento macroeconómico, podría restar impulso a este proceso.
Desde la calificadora admiten que recuperar el grado de inversión para la Argentina es un proceso que trasciende a un solo gobierno y ejemplifican con Grecia, que tardó 14 años en lograrlo. Así, para Reusche, el Gobierno (y el que venga) deberá apostar a que el nuevo ciclo exportador derivado del desarrollo energético y minero funcione como un estabilizador de largo plazo que permita al país recuperar acceso pleno al crédito internacional sin volver a los errores del pasado. La meta final es clara: construir una economía con capacidad de repago, sin saltos cambiarios, ni ciclos de endeudamiento abrupto.
La salud de las empresas del sector según la calificadora
Martina Gallardo Barreyro, vicepresidenta y analista senior del equipo de finanzas corporativas de Moody’s, explicó durante el evento que “hoy es un momento clave para el desarrollo sostenible de Vaca Muerta, que representa una gran oportunidad para el país”.
La estratega destacó que el potencial del recurso en el yacimiento no convencional es extraordinario. Y es que mientras el consumo interno de crudo ronda los 500 mil barriles por día, Vaca Muerta ofrece reservas para 100 años a ese ritmo. En el caso del gas, el potencial alcanza los 200 años de consumo local.
Gallardo Barreyro analizó que las empresas líderes del sector -productoras de gas y petróleo- ostentan balances sólidos y poco apalancamiento (deuda neta/ebitda menor a 2, e incluso menor a 1 en muchos casos). Si bien indica que el endeudamiento total creció al pasar de u$s12-14 mil millones a u$s17 mil millones en 2024, fue gracias al fuerte aumento en inversión de capital (CAPEX), que pasó de u$s4-7 mil millones a más de u$s10 mil millones en los últimos años.
También destacó que la apertura parcial del mercado de deuda internacional permitió que estas empresas emitieran u$s7.700 millones entre 2023 y principios de 2025, no solo para refinanciación, sino también para nuevos proyectos, con tasas promedio de 8,8%. “Incluso se observó una baja de 500 puntos básicos en el costo de financiamiento durante la última parte del año pasado”, advirtió.
Los precios del Brent no asustan a Vaca Muerta
Desde Moody’s Ratings explican que el sector energético argentino puede dividirse entre convencional y no convencional. En el convencional, el costo de extracción ("lifting cost") ronda los u$s20 por barril, y tiene una alta dependencia del peso argentino, por lo que el fortalecimiento de la moneda local eleva los costos en dólares. Esto, en un contexto de precios internacionales del crudo más bajos, comprime los márgenes.
En cambio, en Vaca Muerta los "lifting costs" están por debajo de los u$s5 por barril, lo que permite rentabilidad incluso con los precios actuales del Brent. Además, sostienen que el costo de desarrollo es competitivo y los pozos muestran alta productividad, lo que hace atractiva la inversión en la zona.
Planes de expansión y apetito inversor
Por último, se destacó que empresas como Vista ostentan un crecimiento sólido: pasaron de producir 24.000 barriles por día en 2018 a 80.000 en la actualidad, gracias a la inversión en Vaca Muerta. Este crecimiento se basa en un portafolio de pozos rentable, que permite desplegar capital de forma sostenida.
En cuanto al interés inversor, tanto local como internacional, se pudo confirmar que se mantiene alto para las empresas del rubro como Transportadora de Gas del Sur ($TGS) y Vista ($VIST). Por ejemplo, durante la emisión de deuda de $VIST a fines del año pasado, el libro fue sobresuscripto más de cuatro veces, lo que permitió acceder a tasas competitivas, según aseguró un representante de la empresa. Si bien hoy el clima está más volátil, los fundamentos de las empresas y del recurso se mantienen sólidos. Esa es la conclusión.
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