Ver el musical de “La sirenita” en el Gran Rex es como jugar a estar en Broadway o Londres, frente a espectáculos premium como “El rey León”, “Harry Potter” o “Wicked”, que el viajero se propone como un inevitable si tiene la suerte de llegar hasta allá. De modo que los productores Carlos y Tomás Rottemberg, Ozono y MP Producciones traen a estas latitudes la posibilidad de disfrutar de un espectáculo primera A con sólo tomar el subte y bajar en el Obelisco, pagando una entrada que parte de los 20 mil pesos.
"La sirenita": un oasis teatral en la Argentina
Con este espectáculo se confirma una calidad altísima a nivel visual, desde la escenografía, al diseño de video escénico, pasando por las luces y un vestuario deslumbrante. Se presenta hasta el cierre de vacaciones de invierno.
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José María Listorti como el entrañable cangrejo Sebastián es celebrado en cada aparición.
Tras demostrar con “Matilda” y “School of rock” que el público argentino se siente cautivado por esta clase de propuestas y ávido de verlas, el engranaje productivo no se detiene y sigue redoblando la apuesta. En este caso se cristalizó con la compra de derechos del musical original de Disney que por primera vez los cedió fuera de Estados Unidos. Cuenta la directora de producción, Magalí Altman, que el sueño comenzó hace 15 años cuando llevaron a Disney un proyecto artístico y creativo propio para realizar “La sirenita” y, pandemia mediante, con el aval de de calidad de “Matilda” y “School of rock” lograron el anhelado objetivo.
Con este espectáculo confirman una calidad altísima a nivel visual, desde la escenografía del gran Jorge Ferrari, al diseño de video escénico de Maxi Vecco pasando por las luces del propio director del show Ariel del Mastro junto a Sebastián Viola, y un vestuario deslumbrante comandado por Romina Lanzillotta y Catalina Rodriguez Loredo, que originalmente en el musical de Broadway fue diseñado por la ganadora del oscar, la vestuarista Colin Atwood. Los realizadores del vestuario logran que los artistas puedan moverse con relativa comodidad dentro de los trajes de la sirenas, crustáceos y demás criaturas marinas, a la vez que destilan brillo y belleza.
Claro que esta parafernalia se sostiene gracias a sus talentosisimos protagonistas, encabezados por Albana Fuentes, surgida de un casting de miles de aspirantes a Ariel y quien derrocha la simpatía, ingenuidad y ternura desde su actuación y excepcional voz para conmover con el soundtrack de La sirenita. Su mejor momento, cuando entona “Ese lugar” y vuela en hamaca por el oceáno. José María Listorti como el entrañable cangrejo Sebastián es celebrado en cada aparición, papel con el que soñó desde que supo que se haría este musical y para el que se preparó con coach de neutro y profesores de canto. Suyas son las mejores canciones del musical, “Bajo el mar”, el clásico más conocido y “Dale un beso ya”. Desde “Matilda” y con este trabajo, Listorti se consagra y demuestra que es mucho más que el improvisador espontáneo de “Showmatch”.
Evelyn Botto compone a una Ursula impagable, sus inflexiones de voz, su gestualidad e histrionismo superan las expectativas. Cada vez que aparece siembra entre terror y encantamiento, hechiza a la platea con su maldad y sentido del humor. Este pulpo queer que vive desterrado en las profundidades del mar, lleno de resentimiento es una Ursula a la vez ciclotímica, apabullante y delirante. Su canción, “Tristes almas sin paz” queda resonando por su fuerza.
El rey Tritón lo interpreta Osvaldo Laport, quien en el estreno fue ovacionado por el público. Su prestancia sobre el escenario se mantiene inalterable y su seriedad y autoridad resultan incuestionables. El príncipe está encarnado por Pablo Turturiello, quien hace de partenaire ideal de Ariel, encantador, seductor, ingenuo y tierno, cuyos mejores momentos están al comienzo con el naufragio y en el dueto con la canción principal del show, “Ese lugar”.
Los personajes secundarios y el ensamble son excelentes, y cabe destacar la labor de Marcelo Caballero en la adaptación del musical junto a Juan Pablo Schapira, quienes lograron sintetizarlo y lo acortaron de dos horas y media de duración a una hora y media. Se agradece esa extensión que no cuenta con intervalo. Especialista en comedia musical y dirección, Caballero es además el codirector del show y responsable de la puesta en escena.
Son cientos los rubros que convierten a “La sirenita” en la mayor atracción para vacaciones de invierno, entre otros, operación de vuelos (varios tienen su momento de descenso desde el techo del Gran Rex), maquillaje, peinado, kinesiología, coach de neutro y legión de operadores y maquinistas. Un lujo que combina alta producción y nivel de talento artístico. Se espera que Carlos Rottemberg viaje a Europa con sus hijos para que definan el próximo musical para 2026. El público espera con ansias que la rueda de musicales de esta magnitud siga girando en lo que parece un oasis teatral en esta Argentina.
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