19 de octubre 2007 - 00:00

Murió Kerr, una "fría" apasionada

Deborah Kerr recibe en1994 el Oscar a la trayectoria,luego de ser candidataen seis ocasiones y no haberloobtenido.
Deborah Kerr recibe en 1994 el Oscar a la trayectoria, luego de ser candidata en seis ocasiones y no haberlo obtenido.
Londres (Reuters y EFE) --A los 86 años murió Deborah Kerr, una de las más destacadas actrices de Hollywood en los '50, famosa por películas como «De aquí a la eternidad», con Burt Lancaster, «Algo para recordar», con Cary Grant, y «El rey y yo» con Yul Brynner. «Murió el martes», dijo ayer a la prensa su agente Anne Hutton. «Su familia estuvo con ella en todo momento. Sufría Parkinson desde hace tiempo y acababa de celebrar su 86 cumpleaños y era una señora mayor. Simplemente pasó a mejor vida», agregó. Icono del glamour del siglo XX, Kerr trabajó a las órdenes de cineastas tan prestigiosos como Fred Zinnemann, John Huston, Joseph L. Mankiewicz y Vincente Minnelli, y estuvo en los brazos de Cary Grant, Burt Lancaster, Robert Mitchum, Spencer Tracy y David Niven.

Nacida como Deborah Jane Kerr-Trimmer el 30 de septiembre de 1921 en Helensburgh, Escocia, desde joven se preparó en el ballet antes de pasar al teatro y luegoal cine. Hija de un capitán del Ejército británico, se educó en el Northumberland House de Bristol, a los veinte años abandonó la danza y comenzó a trabajar como actriz en una compañía de teatro, participando desde entonces en montajes como «West End Stage», «Heartbreak House» y «Luz de gas».

Su debut cinematográfico llegó en 1941, en Inglaterra, con «Major Barbara» (« Comandante Barbara»), de Gabriel Pascal, por la que recibió el premio revelación por la Motion Picture Herald Fame-Poll. Sólo en 1947 Kerr debutó en Hollywood con la película «The Hucksters» («Mercader de ilusiones»), de Jack Conway.

Entre los grandes títulos de la década del cincuenta, que se extendió hasta bien iniciados los '60, Deborah Kerr se consagró en «King Solomon's Mines» («Las minas del rey Salomón», 1950), «Quo Vadis» (1951), «The Prisoner of Zenda» («El prisionero de Zenda», 1951), «Julius Caesar» («Julio César», 1953), «Tea and Sympathy» («Té y simpatía», 1956), «Bonjour tristesse» (1958) y «The Night of the Iguana» («La noche de la iguana», 1964).

Su elegancia y distinción la llevaron a interpretar papeles de mujer seria y fría, auqnue luego quebrada en escenas de pasión, en títulos como «From Here to Eternity» («De aquí a la eternidad», 1953). Otras de sus grandes películas fueron el citado musical «The King and I» («El rey y yo», 1956), «Heaven Knows, Mr. Allison» («El cielo fue testigo», 1957), «Separate Tables» («Mesas separadas», 1959), «The innocents» («Posesión satánica», 1960, sobre «Otra vuelta de tuerca» de Henry James) y «The Sundowners» («Tres vidas errantes», 1960).

Por varios de estos títulos, Kerr fue candidata en seis ocasiones al Oscar a la Mejor Actriz, aunque la sospechosa justicia hollywoodense jamás la premió. Como suele ocurrir en tantos otros casos, compensaron la falta en 1994 con un Oscar Honorario a su carrera.

Además de estos títulos, Kerr pasará a la historia del cine por películas como «Black Narcisus» («Narciso negro», 1947) y «The Life and Death of Colonel Blimp» (1943), de Michael Powell y Emeric Pressburger, y por protagonizar una de las comedias románticas más famosas de los años 50, «An Affair to Remember» («Algo para recordar», 1957), de Leo McCarey, donde se enamoraba de Cary Grant a bordo de un crucero transatlántico y se reencontraban, sobre el final, en la cumbre del Empire State Building.

En la década de los setenta decidió volver a sus orígenes: el teatro, con obras como «Al día siguiente de la feria», en Londres en 1972. En esa década, y en la de los '80, participó en algunas miniseries de TV como «A song at twilight» (1981), «Witness for the prosecution» (1982), «Ann and Debbie» (1984) y «Hold the dream» (1986).

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