China recortó este martes sus tasas de interés de referencia por primera vez desde octubre, y los principales bancos estatales redujeron las tasas de los depósitos, en un esfuerzo de las autoridades por flexibilizar la política monetaria y amortiguar el impacto de la guerra comercial con Estados Unidos.
Los recortes, ampliamente anticipados, buscan estimular el consumo y el crecimiento del crédito ante una desaceleración de la segunda economía más grande del mundo, al tiempo que intentan proteger los márgenes de ganancia cada vez más estrechos de los bancos comerciales.
Sin embargo, la magnitud de las reducciones fue moderada, lo que refleja el ritmo incremental de la relajación monetaria en los últimos años y, según analistas, cierta cautela de los responsables de política económica frente a medidas más agresivas mientras se desarrollan las negociaciones comerciales con EE. UU.
El Banco Popular de China anunció que la tasa preferencial de préstamos (LPR, por sus siglas en inglés) a un año —referencia para la mayoría de los préstamos nuevos y vigentes— bajó 10 puntos básicos, hasta el 3,0%, y la LPR a cinco años —clave para los créditos hipotecarios— se redujo en igual proporción, hasta el 3,5%. Ambas se encuentran ahora en su nivel más bajo desde que China reformó este mecanismo en 2019.
Los bancos más grandes del país —como el Industrial and Commercial Bank of China, el Agricultural Bank of China, el China Construction Bank y el Bank of China— redujeron entre 5 y 25 puntos básicos las tasas de depósitos en algunos plazos, según datos publicados en sus aplicaciones móviles. Reuters ya había informado el lunes sobre estos planes.
Estas reducciones deberían servir de guía para que bancos más pequeños apliquen recortes similares. Las acciones bancarias reaccionaron al alza tras el anuncio: el índice CSI de bancos subió un 0,3%.
Marco Sun, analista jefe de mercados financieros del MUFG Bank (China), afirmó que los recortes buscan «impulsar el crédito y estimular el consumo».
«Es probable que el banco central adopte una postura de espera en los próximos meses, salvo que los riesgos geopolíticos externos empeoren lo suficiente como para frustrar las expectativas de estabilización de la economía», añadió Sun.
Una recuperación aún frágil
Los recortes forman parte de un paquete de medidas anunciado por el gobernador del banco central, Pan Gongsheng, y otros reguladores financieros antes de las negociaciones entre China y EE. UU. celebradas a principios de mes en Ginebra, que derivaron en una desescalada en la guerra comercial.
Bancos de inversión globales han elevado sus proyecciones de crecimiento económico para China en 2025, tras el acuerdo entre Pekín y Washington de una pausa de 90 días en la imposición de nuevos aranceles, aunque persiste la incertidumbre en torno a las negociaciones comerciales.
«Aún creemos que será muy difícil para Pekín alcanzar su objetivo de crecimiento ‘en torno al 5%’ a menos que implemente un paquete de estímulo de gran magnitud», escribió esta semana Ting Lu, economista jefe para China de Nomura.
«Considerando la tregua comercial, Pekín podría tener menos presión para lanzar el estímulo necesario y aplicar reformas», añadió.
Los últimos datos económicos muestran un crecimiento irregular y débil. Los precios de las viviendas nuevas se mantuvieron sin cambios en abril respecto al mes anterior, prolongando casi dos años de estancamiento pese a los esfuerzos del gobierno por estabilizar el sector. Por otro lado, los nuevos préstamos bancarios cayeron más de lo esperado en el último mes.
Presión sobre los márgenes bancarios
Los recortes de tasas del martes fueron una medida preventiva, según Xing Zhaopeng, estratega senior para China en ANZ. «Uno de los objetivos es recomponer los márgenes netos de interés de los bancos comerciales y prepararse para el futuro», explicó, anticipando un nuevo recorte antes de finales de julio.
Nicholas Zhu, analista de Moody’s, prevé un período prolongado de tasas bajas en China. «La reducción del costo de los depósitos compensa parcialmente el impacto de menores rendimientos de los activos, que siguen bajo presión debido a que se espera que los bancos apoyen a la economía real», dijo Zhu.
Los principales bancos chinos ya habían recortado tasas de depósito en julio y octubre del año pasado, tras la baja de las tasas de préstamo por parte del banco central. Antes de eso, hubo tres rondas similares en 2023.
Los cinco grandes bancos reportaron márgenes más estrechos en sus resultados del primer trimestre, e incluso algunos registraron caídas en sus ganancias, afectados por una prolongada desaceleración económica.
El margen neto de interés —un indicador clave de rentabilidad bancaria— cayó a un mínimo histórico del 1,43% en el primer trimestre, según datos oficiales.
Analistas de China International Capital Corporation estiman que ese margen podría caer entre 10 y 15 puntos básicos más este año, debido a la feroz competencia entre bancos para captar clientes con préstamos baratos, mientras la demanda de crédito se mantiene débil.
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